La soledad naufragante
inunda su habitación
no soporta el dolor
de la perdida de una pasión.
La noche se vuelve mañana,
el insomnio lo debilita
prefiere levantarse de su cama
a observar el panorama.
El cielo está gris
su pecho arde de dolor
cómo pudo caer en la tentación,
ahora su alma arde por la depresión.
Las gruesas gotas de lluvia
caen en la ventana,
asimilandose a sus lágrimas
que queman su garganta.
Su corazón era hermético
quien podría haberlo dañado
si el no se hubiera enamorado
pero esa sonrisa logro conquistarlo.
El pasado era perfecto
sin ansiedad y confusión,
cuanto desearía volver a ver
sus ojos color marrón.
El frío hiere su piel
logrando estremecerlo,
cómo sus suaves besos
de aquel día soleado.
La brisa choca su cabello
junto con un efímero recuerdo,
pero ella ya no existe
y el ahora está muerto.
Editado: 21.09.2021