Noches de Luna Llena (luciano D Carpinsor)

19

 

El dragón de más de ochocientos años.

Seguramente estaba aletargado, pero le importaba una mierda, lucharía por helena y lo haría hoy, mañana y siempre.

—¿Que pasa Mau?—Vanesa entraba en el juego.

—Secuestraron a Helena y la aprisionaron en una torre, ayúdame.

La druida maldijo y se quejó, seguramente estaba golpeando el piso de la plataforma desde donde vigilaba el bosque.

—Nos declararon la guerra Vanesa.

—Si lo sé.

Mau salto unos troncos que habían derrumbados por los vientos huracanados, como no tenía tanto tiempo uso su Black Lightning  y se elevó por el cielo, extendió los brazos para ubicarse y enrumbo su cuerpo en una caída en picada hacia el sur, así llegaría mas rápido, si podía atacar en el amanecer cuando los vampiros no podían defenderse mejor, solo necesitaba sacar a Helena de allí nada más.

Tenso su mandíbula lleno de ira.

Los vampiros se la iban a pagar caro.

 —Mau—Hablo Vanesa— tengo cien guarda bosques listos para ti, no son muchos, pero su fuerza es comparada con cien hombres por cada uno.

—¡Bien!

—También por la mañana llegaran las nuevas criaturas que Víctor busco, creo que son trecientas, y por ultimo tenemos a tus lobos, y el posible dragón que estás buscando.

Mau seguía cayendo en picada desde el aire, en su forma de lobo.

—Dales espadas y armaduras, también otras cosas… que sean necesarias, los duendes también combatirán en el campo de batalla.

Mau se acercó más a una de las montañas que más se elevaban de la tierra, entonces se preparó para el impacto, y luego…

—Lo único que sé es que correrá sangre.

Cayendo al piso, aulló fervientemente, que los vampiros supieran, los lobos le iban a atacar, por haber cometido el peor de los pecados.

Estropear su amor.

Corriendo con mucha velocidad se internó a las profundidades de las montañas, la cueva era muy parecida a  la de su manada.

Se internó en sus fauces, las paredes estrechas no permitían la movilidad de su lobo, entonces volvió a convertirse en un humano, adentro de la cueva hacía calor, se quitó la capa y la arrojo por allí, siguió adentrándose, la oscuridad era tan prominente que uso sus ojos de cazador con el cuerpo humano, eso le gustaba mucho energía,  Mau mascullo algunas veces, antes de llegar a una encrucijada, ante la duda, entonces uso aquellas habilidades que poseían los lobos para encontrar grupos grandes de ciervos, era una habilidad que permitía, reconocer criaturas vivientes a una distancia considerable. Sin embargo un dragón contenía muchas energías, y podía ser captado a centímetros o metros bajo tierra, o a metros sobre el nivel del cielo, Mau cerró los ojos para localizar la señal, concentrándose pudo captar la energía acumulado debajo de sus pies, tan abajo que parecía ser un túnel, inmediatamente busco una bajada por la cueva y si no la encontraba usaría sus poderes para hacer un hueco y llegar directamente. Por suerte, uno de los corredores apuntaba hacia abajo y pudo adentrarse más en la cueva.

Corrió con sus piernas de humano, siempre se cansaba más, los pulmones de los lobos eran siete veces más grandes que los de un humano, por ende podían moverse mas rápido y correr largos viajes sin cansarse prácticamente nada, sin mencionar que sus músculos y huesos eran casi el triples de fuertes, era una raza muy avanzada, pero esclavizada por sus grandes dotes físicos.

La cueva parecía que era habitada por noblims, una raza parecida a los duendes pero malignas, aunque tampoco vio ninguno.

Ni siquiera un trasgo.

La cueva era tan oscura que hasta los ojos de Mau fallaban en ocasiones, a la distancia pudo ver una pequeña hendidura que parecía brillar, tal vez era…

Mau corrió más fuertemente y encontró oro, un tesoro gigante, entro por esa pequeña hendidura, que se trasformó en una puerta gigantesca por donde podía caber un ogro, y la luz brillante lastimaron sus ojos dilatados, Mau rápidamente dejo de usar sus dotes de lobo y quedo como un humano normal, pasando las manos por los ojos para recobrar la visión cegada se encontró con el personaje que ansiaba ver, aunque habían pasado años desde que no le veía por ahí.

Estaba en su letargo.

Y lo más importante para un dragón era que no lo despertaran.

Mau trago saliva, y poco después avanzo algunos pasos, el dragón se movió de posición, provocando una fuerte tembladera en las paredes. Mau temió, y a la vez pensó que era un terremoto. ¿Cuánto poder tenia esta criatura ancestral? la única vez que Mau lo vio, fueron hacer más de cincuenta años, se lo encontró dormitando en el bosque, desde esa ocasión no le había vuelto a ver, hasta hoy.

Cogiendo una tremente bocanada de aire, Mau grito para despertarlo.

Pero no funciono.

—¡Tiene el sueño pesado!—Mascullo.

Se trasformó en lobo y le mordió la cola, pero fueron los dientes de Mau quienes salieron lastimados y descarto el volverlo a morder.




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