Noches de Luna Llena (luciano D Carpinsor)

25

—¿Joder que es eso lagartija?—Pregunto Helena.

—Un truquillo chica quisquillosa.

Rápidamente los dragoncitos atacaron a los guardias armados con sus cuerpos, los envistieron hasta tenerlos alejados nuevamente. Los vampiros apenas podían resistir el ataque eran demasiado fuertes, Helena se dio cuenta del potencial mágico de aquel dragón debía respetarlo.

—Apúrate iguana con alas, debemos llevar a Mau hacia el bosque. —Grito desde el hueco de la alcantarilla.

Era un hecho para cuando regresaran iban a ser una vampira chamuscada y una elfa rostizada, Uki ya estaba considerando que Helena se había vuelto loca como una bruja.

El conde siguió abriéndose paso entre las llamas de Vladimir, ya cansado de juegos y considerando que iban a tener problemas para escapar gracias a estos molestos vampiros, decidió dejar el calentamiento atrás y…

El dragón comenzó a emerger luz muy brillante por todos, lados, casi igual a la del sol, los vampiros quedaron cegados por segundos. Hasta helena no se dio cuenta de lo que pasaba, para cuando recuperaron la vista se encontraron con un hombre levitando con alas de dragón en su espalda. Sonrisa macabra, cola de demonio y mirada penetrante.

—Helena deberás saber que no soy una iguana con alas—Dijo Vladimir con el ceño fruncido— soy el séptimo hijo del dragón del infierno… Vladimir siete. —Vladimir paso una mano por entre sus cabellos tan largos que casi llegaban a las rodillas. — y esta es una de mis trasformaciones mas catastróficas. —Rio maliciosamente y de un chasquido emergió una esfera de fuego, no hacía falta decir que el calor se quintuplico desde que entro en ese modo.

Helena miraba en pánico.

Los dragoncitos desaparecieron y en un parpadeo ya estaba al frente del conde Amadeus. Los vampiros ni siquiera tuvieron tiempo de moverse.

—Con que tú eres el que detenía mi fuego, entonces detén esto…—Vladimir cerro los puños y parecía que sus manos también brillaban.

Conecto un golpe en el rostro del conde, que lo mando volando hasta chocar con la pared dejándolo estampado allí. Un fuerte crujido sonó en la estructura del castillo, como si la pared se rompiera. El rio malvadamente.

—Tranquila tu padre no está muerto…—Agrego rápidamente— no soy un asesino, pero seguramente le tardara días en volverse a mover.

Los comandantes del conde no se pudieron mover.

—Voy a dejar algo en claro… —Todos se callaron solamente para escuchar a Vladimir— la ciudad de la libertad está protegida por uno de los siete hijos del dragón del infierno, el que se quiera atrever a buscarle pelea se las verá conmigo y con mis hermanos.

Vladimir relajo un poco la espalda.

—Siguiente quien quiera demostrarme lo que sabe.

Todos los vampiros lanzaron sus armas al suelo, y salieron volando de allí, no sin antes cargar a su conde y llevarlo dentro del castillo.

Luego que vio la rendición de sus oponentes, bajo lentamente hasta tocar el pasto corto debajo de sus pies, lo acaricio un poco antes de caminar hasta la alcantarilla,  Helena pudo percatar como todos sus instintos crecían y le gritaban que corriera, era lo único que podía hacer, pero Vladimir le brindo una sonrisa, a la par que jugaba con una pequeña mariposa de color blanco que aleteaba a su alrededor era tan cautivador y letal, una flor de loto de las más bellas que se tornaba tan filosa como una espada.

—¡Estamos muertas!—Declaro Uki casi temblando.

Él se acercó más y más al hueco de la alcantarilla.

—Vaya ya que he tomado esta forma deberé dormir unos cuantos días.—Cogió aire y luego lo soltó— pero me gusta estar en mi forma humana.—Se volvió a echar un vistazo a su cabello— ¡Helena!— la miro— tendrás que cortarme el cabello cuando lleguemos a la aldea tengo tanto que podría pisarlo cuando camino.

—Si como quieras Vladimir.—Negarse no era una opción.

—Ahora saquemos a Mau de aquí. Lo siento no poder tomar mi forma dragón hasta que deje de usar esta, eso tardara un par de días, así que caminemos, dudo que los vampiros nos quieran seguir.

Vladimir intento dar unos pasos hasta que choco con la peli verde, Uki en pánico y miedo y caos en su cabeza, le hizo una reverencia y le indico que pasara adelante quitándose de su camino.

—Pase mi lord—Agrego…

<<Que rápido te vendes Uki no pareces mi amiga>>

Helena se cruzó de brazos y negó con la cabeza.

Las criaturas desde ese día, empezaron a respetar aún más de lo que ya era a ese dragón llamado Vladimir, belleza y letalidad combinados en uno solo.

—¡Vamos a por Mau guapos!—Afirmo el dragón entrando a la alcantarilla.

Todos le siguieron.

Helena volvió a mirar a su alrededor, todo el caos que había causado en segundos, era bueno que lo tuvieran de su lado.

—No sabíamos que los dragones pueden cambiar de forma…—Espeto Helena detrás de Vladimir siete.

—No lo hacemos, soy el único que puede.




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