Noches de Luna Llena (luciano D Carpinsor)

35

Lo que le faltaba a Mau un tipo con celos enfermizos que viniera también a matarlo, ¿es que nadie en ese mundo podía enamorarse de una persona estable psicológicamente?

Los generales ya tenían preparadas y formadas las hordas en el campo de batalla, los vampiros fueron cediendo terreno y el ejército de la ciudad pudo avanzar algunos pasos, desde allí la batalla fue más fácil para el reino de la libertad.

Uki llevo a la tienda de campaña a Helena y se resguardo con la ayuda del general de los elfos y un elemental del agua era de gran ayuda para su protección.

—Vladimir por favor regresa de inmediato para acudir a la formación.—Mau le hablo con su tono autoritario y aunque fuera por telepatía también le alzo la voz.

—¡Voy!

En segundos Vladimir trasformado en un dragón más pequeño pero letal acudió al campo de batalla, tomo su forma humanoide y se incorporó a la formación.

Mau estaba ya acoplado con Víctor dando órdenes.

—¿Cuál es el plan de ataque Mau?

—Los vampiros vienen del sur, concentremos todas las fuerzas allí, no sabemos cuántos son pero si sabemos que apenas tienen dos horas haciéndonos sufrir.

—Entonces vamos a acorralarlos…—Recomendó Vladimir.

Inmediatamente desde lo lejos se vio una horda más grande de vampiros y un tipo de carrosa levitando… todos prestaron su atención.

—No puede ser…—Grito  Vladimir a la multitud— ese es el señor de las sombras.

Todos miraron.

—¡Lo que faltaba!—Espeto Víctor mientras tiraba al suelo su espada.

Mau gruño…

—¿Cuantos son?

Aunque fuera el señor de la oscuridad y demás, no se iba a rendir fácilmente. La vida de sus compañeros estaba en peligro.

—Puedo ver quinientos…—eran vagas especulaciones del general dragón, Vladimir trato de mirar con sus poderes pero la oscuridad se lo impedía—Seguramente hay más detrás de ellos, lo mejor será que los exterminemos.—Sin pedir permiso a nadie Vladimir se alzó en vuelo y alcanzo una velocidad temeraria, inmediatamente hizo una esfera en sus manos y la lanzo al aire.

Tomo su forma de dragón y luego llameo fuego conteniendo el ataque, ganando un poco más de tiempo. Mau abajo preparaba la contienda, la batalla seria aérea y mucho no tenían la oportunidad de volar, los cambiantes inmediatamente se trasformaron en pegasos, haciendo un grupo de veinte en total, Mau se montó en uno con la vanguardia.

Víctor le seguía mascullando maldiciones, los vampiros iban a pagar por tanto desastre, las hordas del señor de la oscuridad se rompieron por efecto de las llamas del dragón, y el cuerpo gigantesco de Vladimir los hacia volar deliberantemente.

Mau y compañía no tardaron mucho en ponerse a la par con el general dragón, Vladimir hacia que su fuego llameara más fuertemente, el sonido que hacían las llamas era parecido al de un volcán en erupción, calcinaba a algunos pero tampoco podía contenerlos a todos, Mau rápidamente fue abatiendo a los que rodeaban el dragón, era difícil mantenerse en el Pegaso, con las garras lograba degollar algunos mientras permanecían en vuelo, haciendo que sus cuerpos cayeran al suelo como una bala. Los pegasos eran agiles y también lograban esquivar la mayoría de los ataques de los vampiros.

En torno a minutos otra horda de vampiros llegaba desde el lado este…

—¿Demonios cuantos son?—Mau tomo posición y reagrupo a los pegasos en un grupo rápidamente, estaban siendo atacados por muchos vampiros, abajo las cosas también estaban prendidas, los guerreros contenían a los vampiros con los humanos y los elfos, hasta los trasgos se las estaban viendo mal con aquel ataque.

—¿Que hacemos Mau son demasiados?—Víctor se acercó para escuchar las órdenes del líder, pero fue interceptado por un vampiro.

Y a Mau lo tacleo haciéndolo caer del Pegaso, Mau cayo lentamente desde la altura más temeraria que alguna vez voló. Veía como todo pasaba lentamente y hasta sus sentidos se habían agudizados, mientras caía observaba como el ataque de los vampiros estaba haciendo una cólera entre sus hombres, el asedio de los infieles, conllevaba a la destrucción de la villa. Mau tenso su mandíbula resignado, eran muchos, fue su error, no pueden hacer nada en comparación con un ejército real y preparado. La primera vez tuvo suerte pero ahora solo le quedaba la perdida. Se dio vuelta al cuerpo en el último segundo y luego se trasformó en lobo, cayendo a los interiores del bosque, entre unos pinos y un sendero… el sacudió la cabeza un par de veces para ver en donde estaba, y luego desde su posición miro al cielo, su corazón albergaba la derrota, la primera gran derrota, tal vez no tendría que ir a la guerra sin ejército.

¿Cómo había llegado a esas alturas? ¿Cómo no se dio cuenta? El bosque le aviso de todo esto en varias ocasiones, en tres noches consecutivas, conspiraban en contra y no se dio cuenta.

La culpa únicamente era suya. No era digno de ser el líder de la aldea. Era un fracaso sin reconocimiento y tenía ganado el filo de una espada.

—¿Mau estas bien?—La voz de Vladimir lo saco de aquellos pensamientos deliberantes, mientras se levantaba del piso para volver a la batallas.




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