Noches de Luna Llena (luciano D Carpinsor)

43

El alfa se levantó de la silla y claro que los sentimientos que quería sembrar en Helena ya estaban germinado, no iba dejar que nada le pasara ni a ella, ni a su nieto, aunque fuera la raza enemiga, o tan siquiera el creía eso, llevaba a un familiar en su vientre, la sangre que decencia de la suya, aunque fuera una raza tan odiada por los lobos, —Sin embargo por el no— entonces iba a defender como el abuelo que era.

—Me voy tengo que hacer algunas cosas en la ciénaga, mejor cuentas a Mau cuanto antes, se pondrá contento y si no me avisas y le doy un par de golpes para que acepte. Ah…—agrego antes de irse— y si algún lobo te hace algún tipo de daño, entonces me avisas y lo crucifico.

Helena rio.

—Vale…—Ese hombre lobo, había sufrido, había sentido, tenía que pertenecer a la ciudad de la libertad. O tan siquiera ser un buena abuelo para su niño.

Helena recuperando su fuerza se levantó de la camilla y entonces vago por los pasillos hasta encontrar a Mau, ella estaba tan emocionada como alterada e insegura, sus manos temblorosas yacían sin descanso sobre sus pechos, y cubría su cara para no ser vista por los lobos, aunque no le importaba mucho, Mau aun permanecía en descanso, pero sabía que la noticia lo iba a poner a brincar en una sola pata, o pie, dependiendo en qué modo estuviera, abrió la puerta de la cámara en donde estaban las brujas limpiando la herida y les ordeno que salieran, ellas obedecieron rápidamente y mostraron sus respetos haciendo una reverencia.

—¡Helena!—Vocifero Mau desde su posición casi inmóvil.

—Tengo que contarte algo importante Mau—Rápidamente se puso a un lado de su amado y cogió su mano, ella lo miro fijamente a los ojos—Pero tienes que estar calmado.

—Dime, no me digas que son malas noticias.

—No. En lo absoluto.

La vampira beso apasionadamente los labios de Mau antes de declarar que…

—¡Estoy embarazada! tu papa lo descubrió ya.

Mau quedo en blanco y sin palabras, solo contemplaba la belleza de su vampira, Helena temía la respuesta sólida y concreta.

Mau respiro profundo para calmar sus emociones, su corazón se aceleró un poco, no mentira, se aceleró tanto que tal vez se le iba  a salir del pecho, pero también tenía ganas de gritar, iba a tener un hijo con la vampira de su vida, su sangre se hirvió como si estuviera haciendo el amor, ¡un hijo! la emoción tan exuberante se apoderaba de sus venas y cada extremidad de su cuerpo, tanto que quería ponerse a saltar pero, su pierna no lo dejaba y dudaba que la vampira también lo dejara, esta mañana nunca pensó que una noticia así, lo invadiera, pero no se cansaba de sentirla, de escucharla quería pasar el resto de su vida con ella, no le importaba y que se preparara porque este no iba a ser el único hijo que iban a tener, no… le haría unos cien cuando menos…

—No me podías poner la tarde aún mejor.

—Si pero… las brujas no dejaran que me suba a ti, y te haga el amor unas diez veces.

Mau rio tan burlonamente que a ella le dio gusto escucharlo.

Miro a los ojos de la vampira, esos ojos claros estaban tan quebradizos y temerosos del futuro que tal vez se estaba nublando la cabeza entre pensamientos tan inertes, y que invadían su mente colapsando su cuerpo, siendo estos propios retazos de orgullo mezclados con inseguridad que no la hacían avanzar, Mau también era sabio como su padre, aunque nunca tan maquiavélico. Pero como portador del Black Lightning no dejaría que nada le pasara ni  a su mujer ni a su hijo.

—Te amo.—Susurro tan pasito pero con su voz ronca, esa que llegaba a lo más profundo del alma vampírica, tan adentro que la perforaba y la hacía suya.

—Yo también Mau.

Helena se quedó más tranquila, ¿Por qué desconfió de Mau? Siempre le había demostrado que podía contar con él, y más que su amante era parte de su ser, sintiéndose cada vez más tranquila, yacieron allí esperando que saliera la noche, para que sus pasiones subieran.

Los días fueron pasando en la montaña del norte, hasta que ya la aldea estaba completamente reconstruida con la ayuda de los duendes y cambiantes la tarea fue muy fácil y sencilla, Vladimir ya tenía un ejército preparado por si acaso alguien más quería atacarlos, y el festival estaba en marcha, Víctor se enteró que Helena estaba embarazada a través de Uki, y entonces planeo una fiesta para celebrarlo, aunque no sabía cómo lo tomaría Mau, aunque el que tuvo la idea, fue el rey. Precisamente el padre de Mau.

—¡Vladimir! Porque el castillo tiene grabados de llamas en forma de un incendio.

El dragón termino de hurgarse la oreja izquierda y luego comprobó que había sacado una buena bola de cera, finalmente la arrojo al aire por allí.

—Tenía que poseer un poco de estilo dragón.

—No—Protesto Víctor.

—¿Porque no general Víctor?

El gruño.

—Quedamos que las llamas eran… para…

—Son más productivas allí. En templo para la veneración de Vanesa esta mejor decorado con los árboles que puse en medio del camino.

Víctor lo lamento.

—Pondré fuegos artificiales del color verde para conmemorar ya su mes. El tiempo pasa rápido.




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