Te aparto un pequeño mechón de dorado y sedoso pelo que te cae por el rostro, para así poder admirarte en toda tu plenitud.
Se ha levantado viento y, además de agitar los visillos de la ventana de mi cuarto, te ha revuelto el cabello, Dieciocho. Está refrescando más de la cuenta y tú, en sueños, te acurrucas contra mí en busca de calor, abrazándome y apoyando tu cabeza sobre mi hombro.
Qué hermosa eres, no puedo dejar de mirarte. Podría pasarme toda la noche en vela sólo para escucharte respirar. Porque respiras, y tu corazón late. Late fuerte. Porque, si no fuera por el brillo antinatural de tus ojos, nunca nadie podría decirte que no eres humana.
¿Podría un androide dormir? ¿Soñar, tal vez? Porque, Dieciocho, sueñas, y sonríes mientras lo haces. Tu rostro es la imagen más dulce de toda la existencia, me hace perder la noción y el sentido de las cosas.
¿Con qué sueñas, Dieciocho? ¿Acaso sueñas conmigo? Qué privilegio si así fuera, si me permitieras estar contigo incluso en tus sueños.
En cambio yo... no puedo. No quiero dormir, ni soñar, aunque fuera contigo, aun imaginando que estamos juntos en el más idílico de todos los escenarios posibles. Nunca, jamás sería mejor que estar como estoy ahora mismo, abrazándote, sintiendo tu respiración en mi piel, notando los latidos de tu corazón tan cerca del mío.
Podría pasarme la vida entera... no: toda la eternidad así, contigo durmiendo sobre mí, y yo disfrutando de tu presencia, rendido ante ti.
Porque, en efecto, así es. Desde que te conocí vivo en una dulce rendición, Dieciocho, desde el momento en que me besaste en la mejilla. Ya me tenías a tus pies. Cada recuerdo tuyo es como un tesoro que voy guardando como oro en paño en mi corazón, volviendo a ellos a cada instante para no entregarlos al olvido.
Siempre que te miro recuerdo ese primer beso, inocente. Tu mirada llena de odio y curiosidad cuando el Dios Dragón te liberó de tu carga. Y tu figura recortada en el horizonte, en el atardecer del día que te presentaste en esta minúscula isla. Eras tan imponente en tu presencia, pero tan vulnerable en tu interior.
No quiero cerrar los ojos,
no quiero quedarme dormido,
porque te echaría de menos y no quiero perderme nada.
Dulce vigilia son mis noches contigo, un valioso don de Dios el que estemos juntos en este momento. Nunca podré agradecer lo suficiente a Kami el que nos cruzara en el camino, qué podamos compartir sonrisas, besos y caricias como lo es para mí el leve roce de tus pestañas en mi mejilla. Como el regalo que es para mis sentidos el calor de tu cuerpo.
Otra vez el viento, otra vez te incomoda el frío. No puedo hacer más que abrazarte fuerte para darte mi calor, besarte en los párpados y rezar para que este momento no termine nunca, que estemos así de juntos por siempre jamás.
N/A:
Este prefacio es un songfic de la canción de Aerosmith "Don't want to miss a thing" para un reto del perfil de Fan-FictionES de Wattpad.
Gracias por leer ♡