Bolgener, 1993
Roxanne dejó a la niña en la cuna, la miró con amor, y no pudo creer, en aquel momento, lo que estuvo a punto de hacer hace ocho meses atrás, se sintió mal por sus pensamientos del pasado, sintió pavor de haber pensado hacerlo en aquel día, pero ahora se sentía bien, llena de amor, puesto que había nacido en ella el más grande amor que nunca había nisiquiera imaginado que se podía llegar a sentir. Fue hasta el cuarto contiguo, se acostó en la cama y pensó en el día que se enteró que estaba embarazada, aquella fue una noticia atroz para alguien que había tenido una sola noche de pasión con alguien de otra ciudad, con alguien que no iba a volver a ver, y peor aún por estar estudiando la universidad, ya que ahora le tocaba enfrentar a sus padres, a sus maestros, amigos, y en menor grado a la sociedad, así que, impulsada por aquel temor y terror del futuro, decidió, aconsejada por una amiga, hacerse un aborto, así que al día siguiente fue hasta una dirección que una amiga de su amiga le había dado, tuvo miedo, puesto que cuando llegó a la casa donde vivía la enfermera, tomó la decisión de regresar a su casa y regresar al día siguiente.
Y así entre pensar y pensar, dejó pasar un mes más de embarazo hasta que motivada por todos los miedos y fantasmas de su cabeza, un día martes, después de salir de clases, fue hasta la casa de la enfermera ya entrada la noche, observó la casa, ésta parecía estar abandonada, pero desesperada por aquella forma que estaba tomando su vientre, tocó a la puerta, luego de un momento salió una mujer joven, gorda, de cabellos recogidos, la cual la miró fijamente y le preguntó si necesitaba algo. La mujer hizo pasar a Roxanne hasta la sala, ahí Roxanne le explicó su situación, la mujer le preguntó cuantas semanas llevaba de gestación, a lo que Roxanne respondió que nueve semanas, la mujer le dijo que estaba a tiempo. La mujer regordeta se acerca un poco y le explicó el método con el que iban a realizar el aborto, le dijo el precio, también le dijo que no había devolución y que tenía que dejar la mitad del dinero como muestra para comprar todo lo necesario y dejar preparado todo para el día siguiente. La mujer miró a Roxanne, le preguntó si estaba segura de lo que quería hacer, Roxanne responde que sí, y luego de un momento le extendió a la mujer la mitad del dinero, la mujer tomó el dinero, lo contó, luego le dijo que tenía que saber y entender que no había marcha atrás, que una vez tomada la decisión y pactada la negociación, el aborto se llevaría a cabo bajo cualquier circunstancia. Roxanne le volvió a confirma que estaba de acuerdo y que no había ningún tipo de arrepentimiento. Roxanne salió de la casa, tenía que volver en dos días después de tomar las cuatro pastillas que la mujer le había entregado.
Aquella noche Roxanne pasó en vela, y ya entrada la madrugada, tomó la decisión de que no haría nada, que no iría donde la mujer, que esa no podría ser una mujer normal, puesto que había visto pura maldad en su mirada, y aunque perdiera su dinero, tomó la irrefutable decisión de que tendría a su hijo sin padre y sin padres, si así lo ameritaba el caso, y no se arrepintió ni se había arrepentido de aquella decisión, puesto que ahora era feliz, y aunque ahora tenía días agotadores, como en este momento que estaba muy cansada, con sueño, así que miró el reloj y decidió dormir algunos minutos.
Cuando despertó, miró el reloj, y supo que se había quedado dormido por más de dos horas, así que se levantó de la cama y fue hasta donde estaba la niña, y mientras iba a la habitación, pensó en que no la había escuchado llorar, y tal fue su espanto y su sorpresa cuando llegó a la cuna y no vio a su hija que gritó, corrió de aquí para allá, salió a la calle, gritó, preguntó a los vecinos, pero nadie había visto nada, de inmediato llamó a su amiga, y su amiga estuvo en casa después de diez minutos, cinco minutos después llegó la policía. Anduvieron por el departamento, miraron aquí y allá, hablaron con los vecinos, y después de sólo media hora, los policías avisaron que regresarían al día siguiente. Roxanne se quedó en la casa acompañada por su amiga, trataron de beber una taza con chocolate caliente, hablaron y lloraron juntas, se acostaron después de la medianoche, de pronto, cuando estaban en la cama, alguien tocó a la puerta, Roxanne salió corriendo a abrir, y cuando abrió la puerta se llevó el mas grande de los espantos al ver dentro de un cesto plástico a el cuerpo de su hija. Roxanne gritó, se abrazó a su amiga, luego cayó de rodillas, miró la cabecita, las manitas, los piececitos y el tronco desmembrado y ensangrentado como si se tratase de un plato de tallarines con carne, Roxanne miró a su amiga con una mirada suplicante, luego volvió a mirar hacia el cesto y vio un anota en la que decía: «Te advertimos que, una vez tomada la decisión y pactada la negociación, ya no había marcha atrás».
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Editado: 11.02.2025