Estaban haciendo formaciones para recibir su prueba final, poner en práctica sus conocimientos de maestría hacia las criaturas que deseaban pertenecer a la sociedad humana. Zero sabía que a cualquiera le puede salir una prueba de valor alto como bajo, algo que ponía un poco nerviosos a sus compañeros.
Cuando terminaron de repartir informes de sus pacientes, unos se aliviaron y otros se desconcertaron; Zero pertenecía al grupo de los desconcertados, no solo porque le tocó uno de valor alto, sino que se trataba de un daiyokai, cuando los daiyokai deberían estar prohibidos como asignación de prueba. Era cierto que le fascinaba la mentalidad de los yokai, sin embargo, nunca se esperó el nivel de yokai más problemático que podría existir.
Se dirigió a la oficina de la directora, rezando porque fuera alguna equivocación por parte del sistema de repartición. Los pasillos estaban repletos, pero logró llegar a directoria. Fue atendido por el administrador antes de dejarle entrar.
Su directora: Juuri Kuran, le mira de manera fija con esos ojos borgoña y con una sonrisa amable en el rostro, le pidió que tomara asiento y le preguntó por su presencia.
—Creo que cometieron un error al poner este archivo en el registro de asignación —respondió mientras colocaba la carpeta azul sobre el escritorio.
—Déjeme ver. —La señora Kuran se quedó leyendo detenidamente el archivo y debió estar buscándolo en la base de datos de su computador. El sonido de las teclas fue lo que escuchó por unos minutos que le parecieron eternos. Ella cerró la carpeta y dijo—: No hay ningún error, joven Kiryuu, puede leerlo si quiere.
Zero arqueó una ceja y decidió leer la descripción del caso y los registros de conducta del daiyokai.
—Aquí dice que le fueron asignados tres maestros, el cual, el último presentó resultados favorables con su conducta. En ningún lado dice que haya presentado otra mala conducta, así que no entiendo por qué me toca evaluar a un ser que ya está habilitado para la sociedad —protestó.
—Verá, joven Kiryuu, el daiyokai Sesshomaru sí pudo presentar resultados favorables de conducta, sin olvidar que finalmente está cumpliendo con la abstinencia requerida, mas sin embargo no convive con seres humanos —aclaró con un tono de voz firme.
—Si no presenta problemas, no debería ser de mucha importancia el que no se relacione con seres humanos —argumentó mientras cerraba la carpeta.
—La Organización de la Conducta de Seres No-Humanos no fue la encargada de asignarle nuevamente un mentor, fue petición del mismo paciente —. Zero se sintió sorprendido, los yokai son seres orgullosos que suelen preferir no ser habilitados a la sociedad, por eso eran más complicados de amaestrar, pero nunca esperó escuchar en que un daiyokai solicitaría ayuda de comportamiento—. Vive en la zona rural de Nara, y asegura en que su tutor se le otorgará una habitación y comida. No podemos negarnos a esta solicitud, además, no exige a ningún profesional y suponemos que sus resultados anteriores hará un poco más sencillo el proceso.
—Si es tan sencillo, ¿por qué categorizaron la asignación de valor alto?
—Tomamos en cuenta la especie, es una de las más antiguas y peligrosas. Como sabe, anteriormente los daiyokais eran considerados como los superiores de los otros yokais. Además, el señor Sesshomaru es un ser muy importante para el bienestar de nuestra sociedad, que no desarrolle empatía es un poco dificultoso para nosotros.
Zero suspiró con resignación.
—Bien, aceptaré esta prueba de final, ya que parece que no tengo opción.
—Es bueno que lo asimile, joven Kiryuu.
No podía creer en que pasaría la mitad del año con el ser más peligroso de Japón.