Nodus Tollens

27: Nodus Tollens.

            Sesshomaru empezó a ir a terapia psicológica, al principio estuvo inseguro con su decisión, pero luego no fue en retroceso. Hubo muchas mejoras en su comportamiento sin que yo no le dijera nada: saluda a otros humanos de manera cortés, ya no suprimía rasgos de su apariencia al salir, entre otras cosas. Solo hemos tenido un pequeño problema ―que no es muy grave―: el sexo; no soy una persona que necesite tenerlo en cada momento, he pasado dos años sin tenerlo desde mi ruptura con Koujaku, sin embargo, Sesshomaru estuvo inseguro: pensó que su deber como pareja era complacerme.

            ―¿Por qué piensas eso? ―Abracé a Sesshomaru sin poder evitarlo―. Yo no voy a huir solo porque el sexo no es seguido.

            ―¿De verdad?

            ―Lo digo enserio, no pasa nada, si no te sientes seguro de una segunda vez, no te lo voy a cuestionar ―. Mi corazón late de la ternura que me causa Sesshomaru ¿cómo es que un daiyokai tan grande ser tan tierno? Supongo que su espíritu perruno tiene mucho que ver con ello.

            Hace unos días conocí a su padre sin haber formado parte de nuestros planes, se trató de un hombre muy agradable y risueño, algo que no esperaba. El señor Taisho admitió estar sorprendido al ver a su hijo actuar tan “manso” con un humano.

            ―¿Te sientes mejor? ―pregunté. Él asintió―. Sesshomaru, en dos días será mi graduación. Y yo aún no sé qué hacer.

            ―Si quieres quedarte con tu familia, entiendo.

            ―Me tendré que alejar de ella tarde o temprano, ser un tutor requiere que te transfieran a los lugares con más yokais en el mundo: ya sea Tokio, Osaka, Gunma o Nara.

            Le doy un beso.

            ―Zero, ¿qué pasa si en un futuro ya no quieres estar conmigo?

            ―Si quieres que permanezca a tu lado para siempre, sigue haciendo esa mirada de cachorrito, es poderosa.

            ―¿Mirada de cachorrito?

            ―Sí, no puedo creer que un ser que vivió siglos llenos de sangre y matanzas pueda tener una mirada tan tierna.

            Mi relación con Sesshomaru se puede considerar sana: no discutimos con frecuencia, no nos metemos en la privacidad del otro sin consentimiento; a diferencia de Ichiru, es muy complicado que me ponga celoso por algo o alguien, por otro lado, Sesshomaru solía sentir celos cada vez que veía a Koga actuar muy familiarizado ―ya que no parecía entender lo que era el espacio personal―, pero no me pidió que no me viera con él o me culpó en aquella situación. Si esta relación continúa así, es muy probable que dure por mucho tiempo, me gusta sentirme tranquilo al lado de alguien.

 

[…]

 

            Al tiempo pasado, partí a Saitama, con mis anotaciones y con una carta escrita por  Sesshomaru para la universidad, anunciando que terminé con mi labor. Me siento orgulloso por mi progreso, a pesar de que fui a Nara con pocas expectativas, hubo desafíos para mí, tal vez no tan complicados como a veces pensaba, ni tan sencillos. Volví a ver a mi familia, los abracé bien fuerte y agradecí su apoyo.

            Mi ceremonia de graduación fue un día feliz para nosotros, a pesar de tener muchas dudas rondando por mi cabeza.

            ―Parece que lo hemos logrado, Kiryuu ―expresó Akatsuki―. Admito que extrañaré a mi paciente, tiene unas anécdotas geniales ―me comentó con cierta añoranza en su tono de voz.

            ―Yo planeo vivir en Nara por un tiempo, allá hay muchos yokai por visitar ―informé con un deje de tranquilidad.

            ―¿De verdad? Yo iré a Gunma a establecer mi profesión ahí. Te deseo mucha suerte, Kiryuu. ―Palmeó mi hombro.

            ―Muchas gracias, también te deseo suerte ―, sentí una gran presión en mi pecho, ¿de verdad estoy listo para dejar Saitama otra vez?

            Supongo que me acostumbré a la comida extranjera de Nanako y al trato de Sesshomaru que me hace sentir especial.

            ¿Estoy seguro de dar este paso? Mi miedo era que se acabara la magia entre nosotros. Iré a trabajar a Nara y hacer que mi relación funcione, si no funciona, tengo la opción de irme.

            La celebración familiar que hicieron en mi honor fue reconfortante, ver nuevamente a mi tío Yagari embriagarse era como respirar aire fresco nuevamente. La tía Hio me dio uno de sus abrazos estranguladores y besó mi frente. Mi familia me deseó suerte con mi decisión, a pesar de que la mayoría no sabía que estaba saliendo con un daiyokai.

            Permanecí un mes en Saitama, para despedirme de ella. Mi madre lloró, aunque sus lágrimas no eran tantas a comparación con las de mi padre. Ichiru casi me tumba al suelo; antes éramos inseparables, desde pequeños quisimos vivir juntos a pesar de nuestras disputas frecuentes, parece que ese sueño infantil lo hemos dejado atrás.

            Compré el boleto para Nara, hubo una mescolanza entre tristeza y alegría que se colaron en mi interior. En el tren, la voz de aquella mujer que anunciaba nos dio la bienvenida a Nara. Vine sin avisar, así que esta vez no habrá nadie esperándome. Me cuestiono continuamente, es normal que dude, ya que a pesar de que me dije en un pasado que mi relación con Koujaku iba a ser eterna, no funcionó como habíamos imaginado; tengo miedo que eso mismo ocurra entre Sesshomaru y yo.

            Me levanté de mi asiento y bajé del tren, tuve que ir a pie hasta el pueblo Suzaku. La primavera es una estación hermosa, no tengo frío como la primera vez que vine a este lugar y mi perspectiva cambió por completo, ya no siento esa irritación que había experimentado la vez que llegué aquí con intenciones con ser el tutor de alguien. Mi corazón se acelera y mi único pensamiento es llegar.

            Seguí caminando por ese sendero hasta llegar, respiré hondo, y seguí avanzando. De la casa de Sesshomaru, salió Nanako corriendo como si apenas se hubiese enterado de mi presencia, corrió tan rápido y me abrazó que casi me caí al suelo.




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