Es hábil como bella, aunque para cautivar a un saqueador, se necesita alfo así como estilo. ¿Lo tendrá?
El camino estaba delineado con postes que expandían una luminiscencia. En éste planeta como en muchos se misturan dos polos opuestos el antiguo estilo de vida de muchos años atrás con la biotecnología. Hay diferentes entornos de pragmatismo a la hora de escoger por cada gobierno como llevará a cabo ello. Todo siempre depende del capital. El vil y maldito capital por lo que nos adentramos en éste arte vil. Hubiera querido escoger otra profesión. Sin embargo no soy bueno en nada más que el engaño como ardid de talento.
En cuanto las palabras de Mikonos se iban gestando, él imaginaba las situaciones complejas. Caminando con un bolso de poblado en poblado. Cruzando gentes. Entrando en lugares sanos, y lúgubres casuchas prohibidas.
Pactando acuerdos siniestros por pagas que a veces pueden no ser lucrativas.
Sus manos moviendo una perilla. Un número por aquí, otro por allá. Una letra allí, y otra acá. La puerta de acero se abre. Los documentos a su alcance. Los toma y escapa silenciosamente expandiendo un gas.
Escalando un rascacielos que llega al espacio mismo. Alcanzar casi la cima y abrir con un lápiz dibujando un circulo un agujero en un vidrio. Entrar cuidadosamente como un gato sigiloso. Y junto al silencio expandir un polvo para ver el sistema de seguridad de aquel sitio. En medio la exposición de un bello libro con una imagen de un rey adorado por multitudes. Un documento único. Y El mercado oscuro lo venderá bien. Se mueve rápidamente estirando su cuerpo para pasar por cada línea de laser del sistema de seguridad. Esquiva hacia abajo. Y luego arquea su cintura estirando las piernas en una posición de yoga. Después vuelve a moverse dando un giro de ciento ochenta grados en dirección a la derecha en el aire pasando entre dos líneas cruzadas. Y por último el alambrado de luces que cubre el centro. Se agacha e inclina y con un pitillo lanza dardos envía un disparo a un agujero minúsculo, imposible para el ojo normal poder captarlo. Un orificio que si quiera cabe una pulga, realizado por una raza de microscópicos habitantes que se encargan de la seguridad. Calculo la física de la distancia para apuntar como un francotirador. El looter tiene esa capacidad que no posee nadie más. Al dar en el blanco. Poco a poco las bifurcaciones se desvanecían y fue acercándose al centro en el cual se ubicaba la pieza. Claro que los habitantes de seguridad estaban allí. Pero el vil ni bien ingresó lanzó el gas que los adormeció. Y luego cerró las cámaras de seguridad cegando las lentes. Un letal vapor que ingresa en todos los poros y trajes impermeables. Esas tretas solo podían ser de aquel semi humano intrépido. Dibujo un circulo con una tiza y creó un holograma tan real que confundiría a cualquiera. El cuadro estaba dentro de un cubículotransparente. Tomó otra obra. Una que hizo él mismo. Era de todo para éste oficio. A veces escribía e intercambiaba palabras creando tontas historias. Esta es sobre un robo excepcional de una pieza. El autor agradece. La imagen. Un horrendo dibujo.
Todo el proceso anterior fue repetido. Y salió de allí. Aquel libro se perdió en algún planeta en subastas. Se expresa que lo posee un magnate de las Pleyades. El capital recibido fue suficiente.
Él, miraba al frente el andar del camino.
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Editado: 09.11.2024