El ladrón y Von Kramer. Quiero el libro. Es hora de seguir las pistas del ídolo.
El ídolo a pesar de lo destructivo, tiene un secreto. Sea lo que fuere, debemos encontrarlo antes que todos ellos.
La gran nave simulaba una forma gigante de monstruo. Era un aspecto grotesco. Al observarlo, todos de forma estoica como si una gran masa fuera hacia ellos, generaba un pánico escénico de la situación. Los hombres de negro salían de la taberna de la casa central del poblado. Figuraban muchas especies que curiosas se amontonaban cerca del gran taller de Louis que estaba sobre el final de una extensa calle que tenía algunas bifurcaciones hasta un final que desembocaba con el nombre de Parasite, nombre que fue puesto por Noir y Louis, por alguna razón. Los motivos son desconocidos; otros individuos se estaban alejando de la zona por cierto temor a lo inexplicable. El polvo del viento de la pueblada se iba esparciendo gradualmente y aumentando a medida que se iba estacionando. La nave era una gran ballena en su forma metálica, y debajo de ella estaban los propulsores de aterrizaje, ampliando aún más la bruma que se dirigía a todos los que se habían asentado allí.
El colosal aparato con una ventana pequeña, muestra una figura atenta cuya vista esta direccionada a alguien en especial.
¿Noir, sabes algo? - Pregunta Louis con cierto análisis. -
Tengo la misma pregunta – Responde - ¿Tu? – Y dirige la mirada a Caciope con dudas. -
A mí no me mires looter. No porque sea una saqueadora tengo que ser sospechosa por todo –
Se mofa de alguna forma Mikonos –
¡Va! Creí que eran amigos tuyos – Confiesa con cierta ironía
Pensaba lo mismo de ti -
Parecen una pareja desalineada
¡¡Claro que nooo!! – Responden ambos
¿Con él? Ni pensarlo – Expresa con asquerosidad Caciope
Esa dama es un demonio descarrilado – Manifiesta Mikonos con indiferencia
¡¡Cállate!!
¡¡Cállate tú!!
¡¡Basta de tanta pelea!!. ¡Con seguridad los trajiste tú, mujer!
Niña, deja de buscar riña – Le da un grito y luego se mantiene meditabunda – Espero no sea quien creo que es.
Von … - Expresa Louis
¿Quién? – Se pregunta Lerna –
¡Von Kramer! – Explaya Mikonos – Un antiguo mariscal; caza recompensas; mafioso, político, y bueno todo esos sinónimos de miserables de alto grado.
¿Y qué crees? ¿Looter?
No son buenas noticias. ¡Uhhff! – Primero Car, y todos su sequito, y ahora éste otro personaje siniestro. ¿Es que todos se habrán puesto de acuerdo para la búsqueda de un ídolo?
Vamos a tener una gran sorpresa.
¡Mikonos!
No respondas con tanta prisa Louis, te puedo asegurar que no tengo nada que ver con él.
Lo sé looter, solo que me intriga, a no ser que tengan preparada una sorpresa con ustedes dos. Sobre todo con la dama.
Caciope da una vuelta a mirar a Louis.
En efecto, tu eres la que conoce bien la historia del ídolo de Aldebarán.
Solo los datos que llevan el libro. No soy una erudita de ello.
No hay tiempo para decidir quién o no conoce la historia, preparémonos - Expresó Mikonos alarmando la situación. -
El gran aparato espacial se estaba estableciendo en el suelo en el fragor de un estrepitoso chirrido insoportable.
Elmer Sou, uno de los hombres de negro dio aviso al mister, Westerland Car. Comunicó ni bien la situación se estaba confrontando en una compleja manera de conflicto.
Ese maldito de Van Kramer – Expira parte del puro con su sonrisa malévola – ¿Quieres quitarme la gloria del ídolo? ¡Je! ¡Je! Ni tú ni los de arriba podrán. El mister toma su móvil, con un solo mensaje. “Vigilen al looter y la estafadora” De ser preciso, usen fuego.
¡Enterado!
Desde su operador, da aviso a otro de sus hombres.
¡Argus!, Ponte en marcha. -
No sé por qué nos meteremos en nuevos problemas – Confesó Mikonos. Todos lo observaron detenidamente y en sus pensamientos cabía la posibilidad del escape, algo que Caciope determinó con tal de lograr su objetivo, luego vería que hacer con el Mister Westerland Car, ya que aquel estaba constantemente vigilando. Tanto el looter como ella de forma empírica en la experiencia sabían que aquellos villanos deseaban el ídolo y la respuesta podría ser el libro.
Fue la primera idea de Noir.
El monstruo descendió hasta la última expiración de sonido al establecerse en la base férrea de las arenas. Unas luces verdes marcaron la apertura de la compuerta que se abría con una escalinata, y sobre una opaca oscuridad descendían algunos seres de origen gamideano. Eran altos con barbas largas, ojos color celeste. Sus ropas eran color marrón. Chaqueta y pantalón y zapatos con plataforma que los hacía más altos. Se colocaron en dos filas y detrás de ellos con dos escoltas de la raza quimérica daba su aparición el tal Von Kramer. Mariscal gamideanodel planeta luxor en la constelación de tauro.
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