Nolan & Melody

V E I N T I O C H O

N O L A N

–Melody, sé que me comporté como un completo idiota el otro día, y también estoy consciente de que me dijiste que no querías volverme a ver, pero tengo que decirte esto antes de que sea demasiado tarde, o sea ya sé que es tarde porque tu me odias y probablemente me quieras ver muerto en este momento, pero necesito decirte esto… ¡Agh! Eso suena terrible.

Había llegado media hora antes de que la primera clase terminara, por lo que me había encerrado en una sala de estudio de la biblioteca a pensar que le diría exactamente a Melody cuando la viera. Aquello iba a ser una tarea difícil, fue demasiado especifica la última vez que nos vimos cuando me dijo que no quería volver a tener nada que ver conmigo, y si pudiera yo tampoco querría verme, pero la conversación con Lana en la mañana había abierto una nueva brecha de valentía que conforme iba pasando el tiempo se iba agotando. Ya no estaba tan seguro de que hablar ahora fuera buena idea, sobre todo teniendo en cuanto que si me ve ahorita delante de ella no dudara dos veces en golpearme o matarme.

–Melody, soy un completo idiota, no merezco tu perdón… Eso suena peor que lo de hace un rato ¡carajo! ¿Por qué es tan difícil?

Una parte de mí seguía atormentándose por lo que le había dicho a Melody ayer, o, mejor dicho, por lo que había callado. Porque ahora sé lo que siento y lo que quiero que suceda, y sé que esta decisión que acabo de tomar es lo mejor para los dos, así ninguno de los dos sale lastimado y pude reevaluar sus sentimientos hacia el otro.

La campana sonó, recordándome que el cambio de clase había comenzado y que faltaban solo dos horas para comenzara el descanso y yo pudiera hablar con Melody. Tomé mis cosas, las manos habían empezado a sudarme. Si así estoy ahorita no quiero ni imaginarme cuan nervioso me pondré cuando la tenga frente a mí.

 

La clase había pasado demasiado rápido para mi desgracia, y me sorprendí a mí mismo deseando que el señor O’Donnell siguiera hablando sobre la historia de la física cuántica, aunque no comprendiera ni una sola palabra de lo que estuviera diciendo. Mi cerebro seguí absorto pensando cómo es que le diría a Melody lo que en realidad estaba pasando.

–¡Hey amigo!, ¿qué es lo que te sucede? Estás más callado de lo normal y eso me asusta–fingió tener un escalofrío–. La última vez que estuviste así de callado fue cuando me confesaste, ya sabes, eso.  

Al verme que no respondía insistió, dándome un golpe amistoso al hombro. Por fin lo miré, pero no porque estuviera molesta por el golpe, sino porque de alguna forma necesitaba contar lo que me estaba pasando en voz alta antes de que explotara como una olla a presión.

–Hablaré con Melody–mi amigo frunció levemente el ceño–, por lo que sucedió ayer, yo necesito decirle qué es lo que está pasando conmigo–miré hacia enfrente, a un par de metros estaba su amiga loca, quien me vio y me lanzó una mirada de odio profundo– antes de que su amiga me mate–completé cuando vi que la chica caminaba hacia nosotros con pasos furiosos.

–¡Carajo Nolan! –susurró Lyssander quien se había escondido detrás de mí–, ¿qué demonios le hiciste a esa chica?

¿Era buen momento para salir corriendo o me vería demasiado cobarde? Más de lo que ya era.

–¡Nolan Adler! –gritó la chica cuando faltaban sólo tres casilleros.

Había demasiados estudiantes en ese momento, algunos voltearon a verme mientras se susurraban algo, mientras que otros veían a la chica marchar decididamente hacia mí.

«Genial, lo que me faltaba, que una loca me golpeara frente a todos». Tomé aire de manera profunda, aceptando mi destino, mientras detrás de mí Lyssander se seguía escondiendo sin deja de ver asombrado por encima de mi hombro a la chica que se ya estaba frente a nosotros.

Ya de cerca, la chica era aún más intimidante que a la distancia. Su ceño no estaba fruncido, pero sus ojos expedían una frialdad absoluta, así como un odio profundo hacia mí, sus brazos estaban cruzados sobre su pecho, y se limitó a alzar una ceja cuando vio a Lyssander escondido tras de mí, me miró a lo que yo sólo respondí encogiéndome de hombros. Moví mi hombro para que el chico me soltara y saliera de su patético escondite. El chico carraspeó un poco y salió, pero aun así no se puso a mi altura y se quedó unos pasos atrás, espacio suficiente como para que pudiera escuchar sin dificultades lo que tuviera que decirme la amiga de Melody.

–Me gustaría decirte que eres un idiota, pero supongo que eso ya lo sabes–a mi lado escuché como Lyssander hacia un pequeño gesto de sorpresa–. Sé lo que le hiciste a Melody, y sólo te diré una cosa–se acercó a mí, retrocedí unos pasos golpeándome con el cuerpo de mi amigo, quien me sostuvo. La chica no dejaba de apuntarme con el dedo–; eres demasiado afortunado de que Melody todavía sienta algo por ti y que me pidiera que no te matara, porque si de mí dependiera, ahorita mismo estaríamos celebrando tu funeral, Adler–hizo una pausa, bajó el dedo y soltó un suspiro. Y continuo, con un tono menos serio, frio y amenazador–. Sé que no estoy en derecho de pedirte esto, mucho menos de meterme en sus asuntos, pero habla con ella… Lo que hiciste fue la peor bajeza que algún chico puede hacer en el mundo, pero sé que no fue tu intensión haberlo hecho– «¿era mi idea o sus facciones se habían suavizado un poco?» –. ¡Carajo! –le dio una patada a la nada, cosa que nos hizo retroceder aún más a Lyssander y a mí. «Sí, sólo había sido mi imaginación»–, no sé qué demonios estoy haciendo al buscarte una excusa barata, sólo hablar con ella, ¿de acuerdo?




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