Ese sonido en su ventana lo comenzaba a fastidiar, piedrita tras piedrita eran disparadas con el afán de despertarlo o molestarlo, lo que caiga primero. Bradley esperaba a que sea lo que sea que esté haciendo eso parase de una buena vez, no había descansado del todo bien, puesto que se pasó toda la noche —y el resto de la madrugada- viendo la televisión.
—Pst, pst… Brad.- llamó aquella voz que él ya muy bien conocía, quien no le bastó con solo llamarlo un par de veces, sino que también siguió con su actividad inicial y no estaba dispuesto a parar.
No hasta que su mejor amigo lo escuche.
Uno, dos, tres, cuatro…
—MICHAEL.- habló con fuerza mientras no le quedaba de otra que salir de su cama a regañadientes, buscando con la mirada su reloj para finalmente fijarse de la hora: casi medio día. Maldijo por lo bajo, apartó las cortinas y desvío la mirada por la luz repentina.— ¿A qué se debe tu visita?- Interrogó de inmediato apenas abrió una de las hojas de su ventana y descansaba en el marco de la misma.
El ya mencionado celebró por su triunfo, mas trató de no perder el tiempo y empezó a extender lo que sostenía.
—No te he visto conectado en estos días, por eso me tomé la molestia de venir a buscarte y enseñarte algo que posiblemente te int-
—¿En dónde conseguiste eso?- interrumpió, reconociendo lo poco que podía distinguir de la imagen, era diferente, pero aun así…—, ¿Qué día es hoy?
—Martes- respondió Michael, quien luego lo miró con confusión e incluso se burló de un despistado Bradley, algo nuevo—, lo tomé de un poste, supongo que lo colocaron mientras todos dormían, no lo sé.
Se encogió de hombros restándole importancia, procediendo ahora a explicarle de qué trataba.
Bradley, fuera de escucharlo, susurró ese martes sin poder creerlo del todo, no había sentido el pasar de los días y eso que solo transcurrieron… Negó con la cabeza y comenzó a mirar de un lado a otro desde su ventana, percatándose así de las calles infestadas de esos afiches.
O parte de ellas.
Llevándolo a creer que hay alguien detrás de todo esto, que conoce de su situación y que lo hace por querer provocarlo, o quizá no. Probablemente se trate de alguna coincidencia extraña, una mala broma, un algo. Pero de ser así, ¿por qué se le fue enviado primero dicha invitación? ¿Acaso lo de ese día no fue real y fue producto de esos sueños que se dan dentro de otros? No, imposible, porque esa angustia de perder lo único que lo acompañaba f-
—¡Bradley!- gritó Michael tratando de llamar su atención, cosa que logró y no dudó en…— ¿Pasa algo?
Volvió la vista hacia su contrario y dudó, dudó demasiado en contarle o no sobre lo que pasó ese día, no estaba del todo seguro si tomaría en serio sus palabras o como algo fantasioso, ficticio, que llanamente pasó por su mente.
—…no pasa nada, no te preocupes.
Y antes de que siquiera Michael le diga algo, porque notó que su respuesta no fue del todo sincera, su madre lo llamó a viva voz. Situación que lo llevó a disculparse y despedirse de él, claro, no sin antes volver a doblar el afiche para llevarlo consigo. Bradley, por su parte, solo lo vio marcharse, sonriendo levemente al ver como es que su mejor amigo llegaba, abrazaba a su madre y le mostraba con alegría lo de aquel show.
Quizá y están teniendo una pequeña charla para que vayan próximamente o, posiblemente Michael, le pida ayuda con el padre de Brad para que vayan en conjunto, que le dé el permiso más que nada.
Quien sabe.
Exhaló fuertemente y se apartó de la ventana, quería buscar sus ropas, cambiarse y estar así en casa. Aunque tampoco es que sea delito que pase lo que resta del día como esta vestido ahora, en pijama, no es como si existiera alguien que vaya y multe por eso o que lo lleve a la cárcel incluso.
—Puff…- soltó una sonora carcajada, llevándose una de sus manos a la cara negando levemente.
El preguntarse en qué estaba pensando no se hizo esperar, a lo mejor e inconscientemente trataba de levantarse los ánimos de algún modo. Siguiente a ello se llevó las manos a la cintura y observó su habitación como si buscase realmente algo, un recorrido visual que terminó por la computadora. Bradley quería encenderla, sumergirse en sus investigaciones cotidianas, mas decidió que el día de hoy no lo haría.
No porque no quiera, es solo que…
Desvío la mirada ignorando su existencia y se dirigió a la primera planta, probablemente el hacer la limpieza mensual del día lo haría olvidar siquiera un buen rato que tiene ganas de manipular dicha maquina. Y antes de pisar el último escalón, observó sus ropas y volteó ligeramente mientras pensaba en si que debía o no volver para ponerse otras prendas más adecuadas para la actividad que realizaría.
No lo vio necesario, a fin de cuentas él se encontraba solo en casa.
Ocasión de lo más perfecta como para aprovechar la ausencia de su progenitor, pues antes de buscar a primera instancia los utensilios de limpieza, fue hacia la radio y la encendió, buscó su emisora favorita y pidió perdón por la bulla que haría a continuación.
Un perdón, más que nada, dirigido hacia sus vecinos.
—De todos modos, nadie me puede decir ni reclamar nada.- se burló en secreto.
Incluso a veces creía que era demasiado beneficioso ser el hijo de un destacado oficial de policía, y en otras, no. Pues ese pequeño detalle le jugaba en contra.
Muy en contra.
Hizo una mueca de fastidio con solo recordarlo y luego, corto ni perezoso, fue en busca de los utensilios para así empezar de una muy buena vez por el baño, después la cocina, el comedor, la sala.
—…el cuadro de mamá.- murmuró, acercándose lentamente para tomarlo y limpiarlo como es debido.
No entendía porqué esa, y en las demás donde ella aparece, se encontraban volteadas. Tampoco tenia el valor de preguntarle a papá sus razones, ignorándolo por completo no sin antes colocarlas como estaban en un principio a pesar de saber que al final del día, estarían boca bajo nuevamente.