—Mierda Paige, aplazaré química. —Mi mejor amiga sin ningún tipo de arrepentimiento comenzó a carcajearse mientras hacía sus libros a un lado, le tiré un cojín—. Deja de reírte desgraciada, ayúdame mejor.
Se levantó de su silla giratoria para acercarse a su cama donde yo estaba con mi cuaderno y los libros abiertos, y por si no fuera poco mi computadora abierta con videos de Youtube a los que no le entendía ni un pepino.
Muy típico de mí, era un asco en lo que lleve tal vez algo de logística, quizás por ello fallaba en la vida. Me hacía falta la lógica.
Paige era como el cerebro de nuestra amistad, cabía decir que era una súper amistad.
—Esa tu boca, Grace —rodó sus ojos y tomó mi cuaderno haciendo una mueca. Sí, yo era la boca sucia de la amistad, ella ya había dejado de serlo—. ¿Cómo quieres entender si ni siquiera te puedes la tabla periódica? Hija, vas a aplazar.
Gruñí y me tiré de espaldas en su cama —cabe destacar que era muy suave—, lloriqueé un poco hasta volverme a incorporar. Mi mejor amiga me daba una mirada de reproche.
—Deja de leer niña inútil, pon atención a las clases —negó con su cabeza mientras ajustaba sus lentes de pasta negra gruesa—. Terminarás castigada si sigues así.
—Pensé que al venir a tu casa me libraría de mi mamá, pero veo que no es así. —Volvió a rodar sus ojos mientras se concentraba en ver su libreta de apuntes.
—Me vuelves a decir mamá y te saco de mi casa —me amenazó, a veces podía llegar a tenerle miedo, más cuando adoptaba un tono de voz bajo y ronco.
—¿Sabes qué Paige? Dejaré la escuela a un lado y me tomaré un descanso —dije mientras me acomodaba mejor en su cama—. Además, igual me puedo volver stripper si dejo la escuela. Nos hago millonarias, aunque con el cuerpo de refrigeradora y hamburguesa que tengo dudo mucho que lo logre.
—Me sigo cuestionando el porqué de ser tu amiga —tomó su celular mientras repiqueteaba sus uñas en su escritorio—. Cada vez te pones más rarita, por no decir tonta.
Reí, realmente lo hice. A veces Paige con sus comentarios refunfuñones lograba sacarme sonrisas, ella era una muy buena mejor amiga. Sabía qué decir en los momentos correctos, además de siempre o al menos algunas veces ser la parte sensata de las dos.
Nuestra amistad comenzó cuando teníamos diez años, ella buscando un lugar dónde comer y yo ofreciéndole amablemente el puesto a mi lado. Cuando comenzamos a hablar de cualquier cosa supe que ella era totalmente diferente a mí, pero a la vez muy similar, demasiado extraño. Nuestra amistad creció y decidimos hacer nuestro pequeño grupo de dos a uno de seis, donde las otras cuatro personas eran hombres. Carter, John, Adrien y Joseph.
Paige a decir verdad era muy hermosa, de las dos ella era la que más sobresaltaba llamando la atención. Su cabello era ondulado negro espeso caía hasta sus hombros, su cara tenía la proporción perfecta, aunque las mejillas en exceso que tenía la hacían ver adorable. De ojos negros profundos que demostraban demasiada frialdad, pero a la vez transmitían seguridad. Su piel era blanca a la que le adornaban pequeños lunares. Era alta y tenía un buen cuerpo, como ya lo había dicho, ella resaltaba ante la vista de todos.
Me desplazaba por mi feed de Instagram mientras veía algunos memes de libros que efectivamente ya había leído y me había encantado. Me detuve en un pequeño comunicado de una página de libros a la que seguía.
"... Es la nueva sensación, tal vez esta sea una nueva era para los lectores quienes ahora tienen la difícil situación de elegir un bando. La mayoría se está yendo por lo nuevo, lo fresco. Muchas personas afirman que esta aplicación es mejor que la ya muy trillada ReaderApp.
Y tú, ¿En cuál te quedas? ¿DreamBookApp o ReaderApp?".
Fruncí mi ceño, diablos, ya estaban haciendo a ReaderApp algo trillado, eso era feo muy feo. Casi como decir Wattpad entre Booknet.
Curiosa de tener una respuesta ante tal comunicado de la página de Instagram me dirigí a mi AppStore, en el buscador coloqué el nombre de la aplicación y de inmediato me aparecieron un montón de aplicaciones similares. La primera opción entre la gran lista era la correcta. Con un logo de un libro abierto junto con una pluma y de ella saliendo letras las iniciales de la aplicación se mantenían en el centro. Le di click a descargar.
Minutos después cuando la aplicación ya estaba descargada la abrí y me pidió que introdujera mi usuario o creara una cuenta. Fui por la segunda, puse mi correo electrónico que utilizaba especialmente para este tipo de cosas de prueba y pensé una contraseña. De inmediato el circulito que indicaba que se encontraba cargando mis datos en la plataforma me accedió a la página principal.
Géneros literarios se cernían ante mí, presioné la de romance juvenil y millones de historias aparecieron ante mis ojos. Deslicé hacia abajo y había una que me llamaba la atención; Celestials. Interesante.
Comencé por leerla adentrándome a un mundo de fantasía y romance.
—¡Paige! ¡Paige! Esta aplicación es increíble —le chillé a mi amiga—. Debes descargarla, está a-som-bro-sa.
Giró su silla para verme y me dio una mala mirada.
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Editado: 14.07.2021