Nosotros a través de los diferentes colores de la vida

EL FUEGO DE LA IRA

ARIA

Cuando salí de la casa de Kevin no tenía ganas de dirigirme a la mía, dado que seguramente sería ese el primer lugar al que me irían a buscar. Como alternativa me dirigí al único lugar en el cual podía sentirme: resguardada de la lluvia, caliente y sobre todo a gusto. Ese lugar era el bar "Cofeeandbook". Era un bar encantador que ofrecía un lugar para leer y tomar algo caliente. En ese rincón se encontraban libros de ahora y libros antiguos, de épocas pasadas así como de pequeñas mesas y sillas que recordaban a una tetería. Subí a la planta de arriba en la cual se encontraba el espacio de lectura y me senté en una de las mesas en donde dispersé todos los apuntes que me había traído para estudiar, ya que los primeros exámenes del trimestre se avecinaban. Al poco rato subió un camarero para recogerme el pedido. Se notaba que era joven y que estaba en prácticas por la forma en la que se dirigió a mí.

- Muy buenas tardes señorita. ¿Que desearía tomar?

- Quiero un café con leche semi-desnatada y con sacarina y si tenéis una tostada de tomate natural con aceite y un poco de sal.

- Muy bien. En un rato le traigo el pedido.

- Muchas gracias.-Tan pronto se marchó vi como mi móvil empezaba a vibrar. No vi de quien era la llamada, simplemente lo apagué; pues en aquel momento solamente quería estar sola. Me puse a mirar los apuntes y a subrayarlos por colores resaltando: los puntos más importantes en amarillo, los apartados en rosa oscuro, los subapartados en azul y los apartados dentro de los subapartados de color verde claro. Siempre utilizaba ese mismo sistema para estudiar pues me ayudaba a ver que iba dentro de que cosa. Mientras estaba subrayando el temario el joven camarero se acercó con mi pedido.

- Espero que disfrute de su estancia, aunque viendo lo que tiene montado en la mesa no me parece muy divertida.

- Es lo que toca supongo. Los exámenes se acercan y es el último año, así que tengo que dar lo mejor de mí para entrar en la carrera que quiero.

- ¿Te puedo dar un consejo sin que te parezca mal como estudiante?

- Claro. Todo consejo es bien recibido.

- No te centres solo en los estudios y disfruta de la vida de vez en cuando. Es cierto que el último año de entrar en una carrera es estresante; pero de vez en cuando está bien salir con tus amigos para despejarte. Te lo digo por experiencia. El año pasado me pasé mucho tiempo enfrascado en los estudios y esto hizo que me distanciara de mis amigos. Conseguí entrar en lo que quería, eso es cierto; pero por un precio demasiado alto, la amistad. Así que sal con ellos de vez en cuando.

- Gracias. Es un buen consejo; pero de hecho acabo de estar con ellos hasta ahora.

- ¡Oh! En ese caso me alegro. Te dejo para que sigas estudiando. Por cierto mi nombre es Diego, por si necesitas o quieres algo más solo tienes que gritarlo.

- Gracias por todo- Luego de esa pequeña conversa me dejó de nuevo sola con los apuntes. No sabría determinar el tiempo que estuve estudiando anatomía e historia; pero cuando noté que necesitaba otro café sentí el olor de este de nuevo. Levanté la cabeza dispuesta a darle las gracias a Diego, quien me dirigía una sonrisa.

- Supuse que necesitarías otro. Llevas aquí como 3 horas sin parar de estudiar.

- ¿Qué? ¿Ya es tan tarde? ¡Oh dios mío! Debería irme a casa. Mis padres deben estar preocupados y mi amiga también. Gracias por el café en serio y por todo- Empecé a recoger las cosas con rapidez para salir del café y coger el bus con destino a casa.

- Si quieres puedo llevarte yo, no es molestia. De hecho me sentiría más seguro que dejarte ahora sola por la noche.

- Eres muy amable; pero no quiero molestarte.

- No es molestia alguna. De hecho termino el turno ahora. Así que si esperas un poco ya te llevo a casa- Al final acabé aceptando; pues no me apetecía para ser sinceras coger el autobús. A los pocos minutos salimos del bar y nos dirigimos por una pequeña calle, que apenas estaba iluminada. Estaba empezando a coger miedo y las palabras de mi madre venían a mi cabeza una y otra y otra vez "nunca salgas con extraños ". Encendí el móvil y vi que la última llamada era de Jake por lo que señalé su número en marcación rápida con la esperanza de no tener que recurrir a este. Estaba cada vez nerviosa.

- ¿A dónde vamos?No me suenan estas calles y apenas hay luz en estas.

- Confía en mi preciosa no va a pasarte nada malo si me haces caso- Fueron esas las palabras las que me hicieron reaccionar.

- ¿Sabes qué? Prefiero coger el bus. Vivo lejos y no quiero molestarte. Seguro que estás cansado del trabajo.

- No te preocupes por eso- Dijo al tiempo que se acercaba a mí, haciendo que retrocediera y tropezara con un bloque suelto y le diera así vía libre para actuar.

Me encontraba en el suelo, con el encima de mí, forcejeando por deshacerme de él y gritándole que me dejara. En medio del forcejeo conseguí deshacerme un instante de Diego lo que me permitió llamar a Jake a través de la marcación rápida y del manos libres. Deseé que pudiese oír aquella llamada y que viniese a ayudarme. En medio del forcejeo Diego consiguió robarme un beso, el cual yo respondí mordiéndole, haciéndole algo de sangre y haciendo que se alejase un rato de mí.

- Me has mordido puta. Esto no se va a quedar así- Vi el odio en sus ojos, y vi mi vida pasar por delante.

Al parecer la enfermedad no acabaría conmigo, sino que sería aquel chico. Me agarró fuertemente las manos y me subió el jersey, dejando al descubierto mi cicatriz y mi sujetador de color azul celeste con topos dorados.

-Tienes un cuerpo muy lindo para despreciarlo, por lo que vas a tener suerte y no te voy a hacer daño todavía. Antes quiero probar este cuerpo y ver hasta donde aguanta. -Empezó a tocar mi cuerpo lentamente al mismo tiempo que lo olía. Intenté forcejear con él para liberarme; pero era más fuerte que yo, por lo que lo único que conseguía eran arañazos y pequeñas rozaduras sobre mi piel. Justo en el momento en el que estaba a punto de quitarme los pantalones se escucharon a lo lejos las sirenas de la policía. Grité pidiendo ayuda; pero Diego consiguió taparme la boca, haciendo que poco a poco me costase respirar. En un momento en el cual me encontraba más inconsciente que consciente escuché mi nombre a lo lejos. Alguien me estaba buscando.



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En el texto hay: drama, amor, amistad

Editado: 11.06.2019

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