Al siguiente día, Carolina recolectaba la suficiente fuerza emocional para volver al curso y poder cumplir con las actividades asignadas. Carolina entro al aula con unos libros y carpetas en sus manos que no tuvo tiempo de organizar al salir de su clase previa. Tras ella llegaba Jesús con una actitud despreocupada, paso junto a ella y accidentalmente la tropieza tirando sus cosas al suelo.
—Puedes fijarte por dónde caminas? —le dijo molesta.
—Tranquila, cerebrito. No es el fin del mundo. Además, ¿Qué haces cargando una biblioteca entera?.
—Son mis materiales de mi clase anterior, pero tú que puedes saber de eso si apenas y asistes a clases, al menos a mi si me preocupa no reprobar el año ¿Tú siquiera sabes dónde estás? —Le dijo con ironía, mientras recogía sus cosas.
—Claro, en otro aburrido día de escuela. Relájate un poco, ¿quieres? —Se burlo. Carolina bufo molesta.
Durante la clase el profesor se encontraba haciendo preguntas respecto al tema de la electricidad. Carolina al tener experiencia en ese tipo de temas gracias al trabajo de su padre, logro responder correctamente a varias preguntas. Jesús impaciente por fastidiarla esperaba la oportunidad para molestarla.
—Muy bien, Carolina excelente. ¿Alguien tiene algo que añadir? —Pregunto el profesor.
—¡Claro que no! ¿Quién podría competir con un libro viviente? —Fue sarcástico.
—Al menos tengo algo en la cabeza, no como otros.
—Ay, perdón, señorita perfecta.
Jesús desde aquel instante comenzó a molestarla y burlarse de manera más frecuentemente, haciéndola su centro de bromas principal.
Un día, durante el recreo, Jesús la observo sentada sola en una banca con un cuaderno en su mano y decidió interrumpirla. Se acerco a ella chica y le arrebata el cuaderno.
-—¿Qué estás haciendo? —Le pregunto mientras observaba lo escrito en el cuaderno y lo alzaba al aire fuera de su alcance.
—Tuve que soportarte todo el curso, podrías dejarme en paz al menos un momento. Devuelve eso —Le dijo intentando quitarle el cuaderno.
—Relájate, solo estoy viendo —Jesús rio, los amigos de Jesús se hicieron presente en el lugar y se quedaron observando la escena—. Solo estaba viendo si hacías tus apuntes diarios de como ser más aburrida.
—Oh, ¿Te aburro?. Lo siento, no todos estamos interesados en ser unos idiotas que piensan que ser estúpido y molestar a los demás es divertido —La ironía y sarcasmo dominaban cada una de sus palabras lo que hizo que los amigos de Jesús se rieran por la forma en la que la chica se defendió.
Jesús se molestó por aquella respuesta de su parte, tanto que actuó sin pensar. En su ataque de rabia tomo el cuaderno de la chica con ambas manos y lo rompió.
—¡¿Qué carajos haces?! —Carolina lo observaba en shock, estaba estática observando como Jesús se disponía en destrozas cada una de las páginas de su cuaderno frente a su cara.
Luego de terminar Jesús le lanzo a la cara los trozos que aún yacían en sus manos. La miro fijamente para luego retirarse. Los amigos de Jesús también se encontraban fuera de lugar y solo se observaron entre ellos y luego al chico que retiraba.
Los ojos de Carolina se cristalizaron por un momento se sintió vulnerable a pesar del fuerte carácter que tenía. Los amigos de Jesús son decir nada se retiraron del lugar para ir tras el.
—Jesús —Llamo el chico con más influencia en el grupo.
—¿Que sucede? —Respondió con mala gana al frenar sus pasos.
—¿Qué pasa contigo y Carolina? —Le pregunto seriamente.
—¿A qué te refieres? —Pregunto con desinterés.
—Me refiero a que no eres así, aunque te guste molestar —Le dijo.
—Me cae mal, me choca que siempre quiera sobresalir en todo y querer dejar al resto como si fueran unos idiotas.
—Jesús, conozco a Carolina desde que comenzamos en este instituto. Estudio conmigo durante dos años seguidos, puedo asegurarte que tiene un carácter igual o incluso mas explosivo que el tuyo. Contrólate o ambos terminarán muy mal.
Los chicos se retiraron y Jesús se quedó ahí aún más molestó al ver como sus amigos se inclinaban más a favor de Carolina.
El conflicto entre ellos aún no terminaba, Jesús era un chico sumamente orgulloso al igual que Carolina y haría de todo para fastidiarla y ella por defenderse.
En otro nuevamente en el curso los conflictos comenzaban a llegar a un punto mucho más críticos entre ambos chicos. Carolina intentaba ignorar la existencia de Jesús pero este se disponía en recordársela al lanzarle papeles hacia su asiento.
Aun así, Carolina lo ignoraba. Se encontraba con Carlos quien estaba sentado junto a ella en la mesa de prueba donde ambos intentaban arreglar unos circuitos que el profesor les había asignado.
Jesús al ver que Carolina lo ignoraba, al igual que a sus intentos de fastidiarla, se levanto de su asiento y se dirijo hacia donde ambos chicos se concentraban en la actividad.
Carolina al notar la cercanía del chico cerro los ojos y suspiro profundo como si buscará prepararse mental y emocionalmente para lidiar con su actitud.
—¿Vas a hacer algo interesante por una vez? —Dijo Jesús al rodear la mesa para quedar frente a ella.
Carlos se levantó de la mesa y Jesús enderezó su postura al ver como el chico se acercaba a el con una semblante desafían.
—Ya basta, déjala en paz —Le dijo Carlos al chico frente a el.
—¿Y tú quien eres, defensor del pueblo acaso? Esto no tiene nada que ver contigo.
—Por si no lo has notado es mi compañera y no nos dejas trabajar en paz, así que lárgate.
—¿Alguna vez haces algo útil en clase o solo estás aquí para fastidiar? —Comento Carolina llamando la atención del chico.
—Fastidiar a alguien como tú es lo más divertido que hay en esta escuela.
Carlos reaccionó empujando al chico, el profesor que se quien anteriormente estaba absorto en otras cosas dejo lo que hacía y presto atención a lo que sucedía entre lo jóvenes.