Capítulo cuatro: Gusto en conocerte

Mila

Oí a un auxiliar de vuelo ayudándome a empacar mis maletas y me giré, ya que su voz sonaba muy cerca.

Lo vi. Allí estaba, junto a mi papá en mi asiento, empacando sus pertenencias distraídamente. Rápidamente, me volví hacia la ventana, esperando que no me hubiera reconocido. El pesado del aeropuerto había tomado ese vuelo en particular.

Por suerte, parecía que no me había reconocido.

-Ah, eres el novio de mi mejor amiga, ¿verdad?- dijo. Mi corazón dio un vuelco al escuchar su voz.

Ahora era obvio que sí me reconocía.

-Ah, hola.- Abrí los ojos y esbozé una sonrisa falsa.

-Hola.- Me miró a los ojos con tranquilidad, y su sonrisa se transformó en una expresión egocéntrica.

-Sí, soy yo. Me llamo Milagro (te dijeron que me llamo Mila), y mi papá también se llama Orlando- añadí, extendiendo la mano a modo de saludo. Él la tomó y, al hacerlo, me miró a los ojos.

-Xavier, dirían algo como: 'Mucho gusto en conocerte, pero te reconozco desde pequeños de la escuela...'

-No puedo permitirme perder el regreso con mi familia- completé por él. -Tu primera impresión no fue la mejor.

-Sí, ya lo sabía, exacto.-Apretó la mandíbula y apartó la mirada.

Nos soltamos de la mano y volví a girar hacia la ventana. Me puse los auriculares y abrí un álbum de música en el móvil.

Lista de reproducción n.º 8: "DV"

Toca: "Alegría" de Tiago PZK, Anitta y Emilia

¿Interesante? Más bien mujeriego.

Cerré los ojos y, sin darme cuenta, me quedé dormido junto a mi padre.

(Y por Xavier, Raúl, desde pequeños tenían siete años, pero era un desconocido popular, burlándose e inventando para mí. Pero ¿qué hiciste desde que comenzamos la escuela? Ahora tenemos diecisiete y terminamos. Déjanos en paz, ahí tenemos lo mismo).

(Mierda.)