Aiden
Desde que regresé de mi viaje a Italia he sentido una necesidad de reclamar lo que es mio, nunca había pensado en el hecho de que alguien pudiera quitarme a Dania, me siento como un maldito niño peleando por un dulce, no se que sucede pero la realidad es que no quiero escuchar ni ver como toman lo que es mio, nunca he querido nada lo suficientemente fuerte como para atarme a ello, no hasta que llegó Dania. Al principio fueron sentimientos extraños, un sentimiento de querer encerrarla y nunca dejarla salir, no mentía con lo que le dije a Dania, realmente quería encerrarla y amarrarla y no dejarla salir, ella es como una pintura de oro para mí, sería codicioso y ambicioso solo por ella, soy capaz de dejar morir a toda mi familia por ella y no arrepentirme por ello, ahora entiendo lo que una vez mi padre me dijo ¨ Algún día lo entenderás, entenderás que algún día llegara alguien que intentes matar con todas tus fuerzas pero no podrás¨ y ahora lo entiendo, entiendo a mi padre, él no puede matar a mi madre porque él solo hecho de pensar en que Dania se aleje de mi me hace perder control, ella es mi oxígeno, mi carne y sin lugar a dudas mi corazón lo tiene en su mano y es la que hace que funcioné correctamente, es mi obsesión, mía, y solo mía y ahora lo sé, sé que nunca dejaré que alguien más tenga lo que me pertenece y lo dejé en claro cuando disparé a Bruno, no planeaba matarlo pero quería que quedara claro que ella es mía y ya no podrá besarla, ni tocarla, nadie, no él, ni Eilem, ni Gianna, y mucho menos Joshua Anders por que aún no creó que Odette simplemente haya decidido odiarlo ya que ella lo ve con dolor, traición y enojo al mismo tiempo, algo pasó entre los dos que aún ni Dania ni Odette me quieren decir y eso me vuelve malditamente loco por que ella no debería de esconderme nada. Dania ¿Qué carajos pasó cuando estaba fuera?
Una llamada interrumpió mis pensamientos y visualicé el nombre del teléfono, suspiré, mi propio juego estaba llamando
-Cariño- dijo Yesica del otro lado del teléfono –
-Yesica – dije sin ánimos y ella rió detrás del teléfono-
- ¿qué quieres? - dije molestó –
-Tengo antojos- dijo haciendo puchero-
-Te encargaré comida- dije simplemente y ella habló interrumpiéndome-
-El bebé quiere que papi venga a ver a mami- dijo Yesica y suspire-
-Estoy ocupado- dije y ella negó-
- ¿Qué rayos te pasa? Soy la mama de tu hijo, mínimo visítame – dijo Yesica-
Si había ese pequeño problema en mi vida, mi juego estaba embarazada de mi y Dania aun no lo sabía