Chicago, Illinois. 2024
"¿Entonces sí irás?", me dice la castaña mientras mira su celular.
La respuesta era no, pero conociéndola, no dejaría de insistir, así que decidí decirle que sí, aunque no pensaba ni asomarme por esa fiesta.
"¿De verdad? Espero que no me estés mintiendo para luego cancelar", dice, haciendo un puchero mientras hala levemente mi brazo.
"Bueno, ya, ya. Cuéntame cómo fue tu cita con Marcos", cambio de tema rápidamente. Para mi suerte, al escuchar su nombre, los ojos oscuros de Anna se iluminan. Tomo la taza de café que está frente a mí y le doy un sorbo mientras ella empieza a contarme todo con entusiasmo.
Anna y Marcos han estado enamorados desde que se conocieron en primaria (o al menos eso es lo que opina todo el mundo a su alrededor), pero nunca se habían atrevido a dar un paso más. Supongo que ambos temían arruinar la relación que ya tenían, o tal vez eran demasiado cobardes como para admitir sus sentimientos. Así que, cuando Anna me contó hace un par de semanas que él la había invitado a salir, no me sorprendí. Al contrario, me alegré de que, después de tantos años, se dieran una oportunidad.
Media hora después, cuando mi amiga terminó su relato, decidimos salir del pequeño café y caminar hasta nuestras residencias. Aunque no vivíamos en el mismo lugar, nuestros departamentos estaban muy cerca uno del otro. Irónicamente, solo teníamos tiempo de vernos unas pocas veces al mes. Anna estaba terminando su doctorado en psicología y, además, trabajaba horas extras en la consulta, lo que le dejaba muy poco tiempo libre. Por mi parte, trabajaba tanto que a veces olvidaba que tenía una vida. Aunque suene a explotación, fue una decisión que tomé hace mucho tiempo: poder trabajar era un privilegio y una herramienta, y no quería desaprovecharla.
Salí de mis pensamientos cuando llegamos al edificio 1000M, la residencia de Anna. Le di un corto abrazo de despedida y esperé a que entrara al lobby. Antes de cruzar por completo, se volteó y vi sus ojos llenos de preocupación.
"Has estado muy callada hoy. ¿Está todo bien?", frunció el ceño.
"Siempre soy muy callada. Estoy bien", le aseguré. Aunque era cierto, también lo era que algo rondaba mi mente. Mi respuesta no pareció convencerla, pero me conocía lo suficiente como para saber que no diría nada si no quería.
"Sé que no me dirás nada, pero aquí estaré para escucharte", dijo, dándome una última mirada antes de entrar a su edificio.
Me tomó un par de segundos retomar mi camino. Coloqué las manos dentro de mi abrigo y empecé a caminar por la calle medio vacía, algo muy común un domingo por la tarde en esta pequeña ciudad. Pasé por el parque infantil que estaba cerca de mi edificio. Había varias familias disfrutando y riendo con sus pequeños. Me detuve un momento sin poder evitarlo. Los niños siempre me ponían de buen humor, y en un día tan gris como este, necesitaba recordar cómo era cuando la vida parecía más simple, cuando no entendía de preocupaciones ni problemas.
Pero mi realidad era otra. Ya no era una niña, solo una adulta que deseaba nunca haber crecido. Terminé de caminar al final del parque hasta llegar a mi tan conocido lugar: mi refugio. Mi departamento no era lujoso ni nada del otro mundo, pero era el primer lugar que compré con mucho esfuerzo. Sentía tanta paz al llegar allí, sabiendo que era bien recibida, aunque solo por mi pequeña perrita Molly.
Crucé las puertas de vidrio y me dirigí al cuarto de correos. Hoy esperaba un paquete importante, y estaba ansiosa por abrirlo. Busqué mi casillero y coloqué la clave. Después de un pequeño clic, la puerta se abrió y dejó ver una caja blanca. La recogí rápidamente y cerré la puerta, pero sin darme cuenta, un sobre blanco que estaba debajo de la caja cayó a mis pies.
Extrañada, fruncí el ceño y me agaché para recogerlo. Volteé la carta para ver el remitente, y en ese instante, el tiempo pareció congelarse.
"A. Vander".
Leí el remitente una y otra vez. Mi respiración comenzó a agitarse y mis manos temblaron sin control. Si él sabía dónde estaba, eso solo podía significar una cosa: todos lo sabían.
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Editado: 09.12.2024