4 años atrás
Cuando pensaba en el futuro me veía a mi misma como una mujer exitosa. Trabajando en una de las mejores empresas de la ciudad, teniendo un sueldo envidiable, planificando muchos viajes, viviendo la vida que mis padres hubieran querido para mí.
También me veía enamorada. Enamorada de Logan.
Me veía despertando todos los días con él, seguramente ya casados, haciendo las cosas más simples como preparar el desayuno. Despidiéndonos antes de ir al trabajo y regresando a casa con la seguridad de que estaríamos locos por volver a estar al lado del otro.
En mis metas más cercanas nunca nos visualicé con un bebé.
Quiero decir, luego de un par de meses de salir con Logan llegué a la conclusión de que me gustaría que fuera el padre de mis hijos algún día, pero no ahora. No cuando no estábamos preparados. No cuando ni si quiera habíamos hablado del tema.
En algún punto de mi vida creía estar segura de querer ser madre... hasta que me enteré de la noticia hace una semana y ya no estoy tan segura de ello. Aunque estoy convencida que mi inseguridad se debe más por el tiempo en el que llegó que por el deseo de querer ser mamá o no. De todas formas, eso no quita el hecho de saber que no es el momento indicado.
Logan y yo estábamos a un solo mes de cumplir un año juntos. Ninguno de los dos había puesto sobre la mesa el tema de los hijos porque ¿quién en su sano juicio piensa en tener hijos a los diecisiete? Nunca le había preguntado si quería ser padre. Nunca le había preguntado si nos veía teniendo hijos.
¿Se le habrá pasado por la cabeza la idea de tener un bebé conmigo?
No realmente. No ahora, al menos.
Se suponía que al terminar de estudiar podríamos viajar durante dos meses al rededor del mundo. Con todo el dinero que poseían nuestras familias, realmente no era descabellado pensar en esa posibilidad. Nosotros ya habíamos hablado del tema. Ya habíamos elegido los países que queríamos visitar y cuánto tiempo pasaríamos en cada uno.
Me imagino que ahora que hay un bebé en camino podemos despedirnos de uno de los tantos planes que teníamos, porque habíamos hecho planes, pero un bebé no estaba ni en el plan más lejano de dos chicos de diecisiete años.
—Este caso no tiene sentido —Logan aparta la laptop—. Creo que nosotros deberíamos de darle cátedra al profesor.
"Cátedra". Tampoco era una palabra que estuviera en el vocabulario de alguien de nuestra edad, pero su inteligencia era lo que más me gustaba de Logan.
Ahora mismo nos encontrábamos en su casa, tratando de resolver algunos casos que nos habían dejado en la clase de acciones legales, o al menos él trataba, porque yo no podía parar de pensar en cómo darle la noticia de mi embarazo.
—No creo que logremos captar la atención de cuarenta alumnos por más de treinta segundos.
Logan se ríe de lo que digo y yo solo puedo mirarlo como una tonta. Algo dentro mío me dice que no iba a volver a ver esa sonrisa en mucho tiempo.
Había pasado una semana desde que me enteré que estaba embarazada y apenas si había logrado asimilar la noticia. No había hablado con nadie respecto a esto. Quería que la primera persona en enterarse fuera él, pero necesitaba encontrar el momento adecuado para decírselo.
¿Asimilaría la noticia con tranquilidad o entraría en pánico como yo?
—Creo que hemos avanzado lo suficiente como para entregar algo el viernes, ¿te parece si paramos un rato?
—Sí, claro —musito.
Comienzo a guardar mis cosas, sintiendo su mirada fija en mi espalda. Luego de unos minutos, decide hablar.
—Oye, ¿te sientes bien? Has estado un poco rara en estos días —asentí, tratando de convencerme más a mi que a él—. ¿Segura? Sabes que puedes contarme cualquier cosa.
Ok, pensé. Este es el momento, tengo que hacerlo.
—¿Tú... te ves en un futuro conmigo?
Bueno, eso no es lo que quería decirle, pero fue lo primero que salió.
—¿A qué viene esa pregunta?
¿A qué viene esa respuesta?
—Me gustaría saber —me encojo de hombros, disimulando mi nerviosismo— ¿Me ves incluida en tu vida cuando piensas en el futuro?
Por favor, di que sí.
—Bueno, claro que nos veo juntos. Siendo dos grandes abogados, trabajando en una gran empresa, viviendo una vida de ensueño. Viajando. Sí, viajando mucho.
—¿Teniendo hijos? —pregunto con voz temblorosa.
Logan se ríe entre dientes e inclina la cabeza divertido.
—Sí, tal vez en algunos años.
—¿Cuántos años?
Pregunto cautelosa, porque necesito saber. Necesito saber que no estaré sola en esto.
—No sé... ¿unos diez? Realmente creo que primero deberíamos enfocarnos en nosotros y luego pensar en tenerlos. No nos veo siendo padres en cinco años, eso sería irresponsable.
Auch.
—¿Qué piensas en nueve u ocho meses? —susurro, dejando que comience a sacar sus propias conclusiones con lo que acabo de decirle.
Logan me observa con una sonrisa, esperando el momento en que le diga que todo esto es una broma. Al darse cuenta de que estoy completamente seria, la sangre abandona su rostro.
Juro que pude ver el momento exacto en que su cara pasa de la diversión al desconcierto, para segundos después dar paso al miedo.
Comienzo a retorcer mis manos y siento como mi vista empieza a arder.
#142 en Joven Adulto
#3118 en Novela romántica
amor adulto, celos amor complicaciones deseo sexo, amigos con dereceho
Editado: 14.10.2025