Capítulo 5: Nuevos Horizontes

Con cada ensayo, Sofía y Daniel se sentían más conectados, tanto musical como emocionalmente. Las tensiones de la semana anterior parecían haberse desvanecido, reemplazadas por un renovado sentido de propósito. Decidieron que su próxima actuación no solo sería un homenaje a Ella Fitzgerald, sino también una celebración de su propio viaje musical juntos. El día de la actuación llegó, y el bar estaba lleno de amigos, familiares y amantes del jazz. El ambiente era eléctrico, y Sofía podía sentir la energía en el aire. Se prepararon en el backstage, revisando las últimas notas de su repertorio.

-“Recuerda, canta desde el corazón,” le dijo Daniel, mientras le sonreía con confianza. -“La música es nuestra conexión, y esta noche es solo para nosotros.”

Sofía respiró hondo, sintiendo que la emoción la invadía. Cuando subieron al escenario, la multitud estalló en aplausos, y Sofía sintió que su corazón latía al ritmo de la música. Comenzaron con una de las baladas más emblemáticas de Ella Fitzgerald, y mientras cantaban, Sofía se dio cuenta de que no solo estaba interpretando una canción; estaba compartiendo su alma. La química entre ellos era palpable, y la audiencia se dejó llevar por la magia de la música. Después de su actuación, los aplausos resonaron en el bar, y Sofía sintió una oleada de felicidad. Daniel la miró con admiración, y en ese momento, supo que habían creado algo especial juntos.

-“¡Fue increíble!” exclamó Daniel, abrazándola. -“Nunca había sentido algo así en el escenario.”

Esa noche, mientras celebraban con amigos, Sofía se sintió en la cima del mundo. Sin embargo, a medida que la emoción de la actuación se desvanecía, la realidad de la audición de Daniel en Nueva York comenzaba a pesar en su mente. La idea de que pudiera irse la llenaba de ansiedad. Mientras compartían risas y anécdotas, Sofía decidió que era el momento de abordar el tema.

-“Daniel, ¿has pensado en lo que pasará después de la audición?” preguntó, su voz suave pero firme. -“¿Qué harás si te eligen?”

Él se detuvo un momento, su expresión cambiando. -“La verdad es que no lo sé,” respondió, su mirada perdida. -“Es una gran oportunidad, pero también significa dejar atrás todo lo que he construido aquí, incluyendo nuestra música.”

Sofía sintió que su corazón se encogía. -“No quiero que sientas que tienes que elegir entre tus sueños y nosotros. La música es lo que nos unió, y siempre lo será,” dijo, sintiendo que sus palabras eran más importantes que nunca.

-“Lo sé, y eso es lo que me asusta,” admitió Daniel, su voz cargada de emoción. -“No quiero perder lo que tenemos, pero tampoco quiero dejar pasar esta oportunidad. Es una lucha interna.”

Sofía tomó su mano, sintiendo la calidez de su conexión. -“Tal vez podamos encontrar una manera de hacerlo funcionar. No tienes que hacerlo solo. Estoy aquí para apoyarte, sin importar lo que decidas.”

Ambos compartieron una mirada profunda, y en ese instante, Sofía supo que su amor por la música y por Daniel era más fuerte que cualquier desafío que pudieran enfrentar. Mientras la noche avanzaba, el bar se llenó de risas y música, y Sofía se sintió agradecida por cada momento compartido. Al final de la noche, mientras se despedían de sus amigos, Daniel se volvió hacia Sofía.

-“Gracias por estar a mi lado. No podría pedir un mejor compañero musical,” dijo, su mirada llena de sinceridad. -“Quiero que sepas que, pase lo que pase, siempre serás parte de mi música.”

Sofía sonrió, sintiendo que su corazón se llenaba de amor. -“Y tú serás parte de la mía,” respondió, segura de que juntos podrían enfrentar cualquier desafío que la vida les presentara. Con el sonido del jazz resonando en sus corazones, Sofía y Daniel se adentraron en un nuevo capítulo de su historia, listos para descubrir lo que el futuro les depararía en su viaje musical y en su amor.