Cuando Aiden y Theo llegaron a Vallesol, el sol ya comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de un naranja suave que reflejaba sobre las calles empedradas. Aiden no había hablado mucho durante el viaje de regreso, solo había tocado su guitarra, intentando encontrar en la música algo que lo sacara de su confusión. Ahora, con el auto estacionado frente a su apartamento, el silencio que había llenado el vehículo se extendía a su alrededor.
"¿Quieres salir a caminar un rato?" preguntó Theo, al notar que Aiden aún no se movía. "Te vendría bien un poco de aire fresco."
Aiden asintió lentamente, sin muchas ganas, pero aceptó. Era mejor estar afuera que quedarse encerrado en su mente. Salieron del auto y comenzaron a caminar por las tranquilas calles de Vallesol. La ciudad, aunque pequeña, tenía un encanto único. Las casas de colores cálidos y las plazas llenas de flores les daban una sensación de calma, algo que Aiden apreciaba, pero que en ese momento no podía disfrutar completamente. Su mente seguía atorada en Odett, en su mirada, en sus pasos de baile, en el recuerdo de lo que había sido.
"¿Te encuentras bien?" le preguntó Theo, mirando de reojo a su amigo mientras caminaban. "No pareces estar tú últimamente."
Aiden suspiró, mirando las luces que comenzaban a encenderse en las ventanas de las casas. "No lo sé, Theo... Creo que he estado persiguiendo algo que tal vez no existe. O al menos no como lo recuerdo."
Theo lo observó en silencio por un momento antes de hablar. "A veces la memoria puede jugar malas pasadas. Lo que recuerdas de alguien, de algo, puede ser tan idealizado que cuando lo ves de nuevo, ya no es lo que pensabas."
Aiden se detuvo en medio de la acera, mirando al frente. "Pero no es solo eso. Es... la música, Theo. La conexión que siento cuando toco, cuando canto. Siento que hay algo más, algo profundo, algo que no puedo explicar. Y ella... Odett, ella está conectada con todo esto. Es como si el destino nos hubiera reunido en otra vida, pero ahora, ella no me reconoce. Y yo no sé cómo hacer que lo haga."
Theo se detuvo a su lado y puso una mano en su hombro. "No tienes que forzar nada, Aiden. A veces las cosas tienen que suceder a su tiempo. Y si es el destino, lo hará. Pero no puedes dejar que eso consuma tu vida. Tienes que seguir adelante, no puedes vivir en el pasado."
Aiden asintió, aunque sus ojos seguían reflejando la incertidumbre que sentía. "No lo sé. Es difícil. Mi corazón me dice que ella es la misma, pero también me dice que debo dejar ir el pasado."
"Entonces, ¿por qué no pruebas a vivir en el presente, a ver qué pasa?" sugirió Theo, con una sonrisa comprensiva. "No te estoy diciendo que olvides lo que sientes por ella, pero tal vez es hora de que mires a tu alrededor, a lo que tienes aquí, ahora."
Aiden lo miró, sabiendo que Theo tenía razón. Tal vez, al centrarse en el presente, podría encontrar una manera de sanar. "Quizás tienes razón... Tal vez debo concentrarme más en lo que tengo aquí y ahora."
Después de un rato de caminar en silencio, llegaron al pequeño parque de Vallesol. Aiden se sentó en una de las bancas, mirando el lago que reflejaba las últimas luces del día. Theo se sentó junto a él y sacó su teléfono.
"¿Qué tal si grabamos algo nuevo? Tal vez una canción diferente, algo que te haga sentir bien, algo que no esté ligado a Odett."
Aiden pensó por un momento y luego sonrió. "Está bien. Lo intentaré."
Sacó su guitarra y comenzó a tocar unas notas suaves, sin prisa. Era una melodía diferente, más ligera, más alegre. A medida que las notas fluían, Aiden empezó a cantar, esta vez sin el peso de la nostalgia que siempre había acompañado sus canciones para Odett.
"Cierro los ojos y me dejo llevar,
por los vientos que me llevan a algún lugar.
El sol se pone, la luna aparece,
y mi alma al fin en paz se mece."
La música comenzó a llenar el aire, una canción más optimista, un suspiro de esperanza en medio de tanta incertidumbre. Theo sonrió mientras grababa, sabiendo que este era un paso importante para su amigo. Aiden estaba aprendiendo a dejar ir lo que no podía controlar, y eso, de alguna manera, lo estaba sanando.
Al terminar la canción, Aiden dejó escapar un suspiro de alivio. "No es lo que había planeado, pero... se siente bien."
Theo guardó el teléfono y se levantó de la banca. "Eso es lo importante. Ahora, sigamos adelante. Vamos a disfrutar el momento, a vivir el ahora. El resto llegará cuando tenga que llegar."
Aiden lo miró y asintió, levantándose también. "Sí, tienes razón. Gracias, Theo."
Juntos caminaron por el parque, dejando atrás la melancolía del pasado y enfocándose en el futuro, sabiendo que el tiempo, la música y el destino harían su trabajo, como siempre lo habían hecho.
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Editado: 14.03.2025