Aiden caminaba por las tranquilas calles de Vallesol, mientras el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, tiñendo el cielo de un naranja cálido. Su mente estaba llena de pensamientos, algunos confusos, otros claros, pero todos entrelazados en un solo hilo: Odett. Había decidido darle espacio al destino, no forzar nada, pero a medida que pasaban los días, las dudas seguían surgiendo. ¿Por qué la conexión era tan fuerte entre ellos en otra vida? ¿Por qué, si el destino no quería que estuvieran juntos, le había permitido recordar todo?
Theo caminaba a su lado, callado, como si respetara el espacio mental que Aiden necesitaba para procesar sus pensamientos. De vez en cuando, lo miraba de reojo, pero no interrumpía.
Finalmente, después de unos minutos de silencio, Aiden rompió el incómodo quietud.
—¿Sabes qué? —dijo en voz baja, sin mirarlo—. Estoy empezando a pensar que tal vez el destino no quiere que Odett y yo estemos juntos en esta vida.
Theo lo miró, con una ligera fruncida de ceño, como si no entendiera completamente lo que Aiden quería decir.
—¿Por qué lo dices? —preguntó Theo, deteniéndose un momento mientras Aiden continuaba caminando, mirando al frente.
—Porque no lo entiendo, Theo. —Aiden se pasó la mano por el cabello, frustrado—. Recuerdo todo. Todo. Desde que la vi en ese escenario hasta cada pequeña melodía que toqué para ella en nuestra otra vida. ¿Y ahora? ¿Por qué? ¿Por qué me hizo recordar? Si en esta vida no es para ser, si ella no me reconoce, si no está dispuesta a darme una oportunidad... ¿por qué?
Theo permaneció en silencio por un momento, procesando las palabras de su amigo. Finalmente, decidió hablar con calma.
—A veces el destino no es tan claro como creemos, Aiden. —dijo, con voz suave pero firme—. Tal vez no los quiera juntos en este momento, tal vez las cosas se desarrollen de una manera diferente. Pero el hecho de que la recuerdes, que todavía sientas que hay algo ahí, no puede ser una coincidencia.
Aiden lo miró brevemente, notando la sinceridad en los ojos de Theo.
—Lo sé. —Aiden se detuvo y suspiró, mirando el cielo que ahora se volvía cada vez más oscuro—. Pero es frustrante, Theo. Si ella no está lista, si no me recuerda, si no quiere lo mismo que yo... entonces, ¿por qué aún siento esa conexión? —Aiden hizo una pausa, como si estuviera hablando consigo mismo—. ¿Por qué este sentimiento no se desvanece? ¿Por qué la música me sigue llamando, como si ella estuviera cerca, como si estuviera en mi vida aún cuando no lo está?
Theo lo observó, sabiendo que Aiden estaba pasando por un torbellino emocional. Se le acercó y puso una mano en su hombro.
—No tienes que tener todas las respuestas, Aiden. Tal vez este sentimiento no se trata de tenerla ahora, sino de recordar lo que fue, lo que significa. El hecho de que ella no te recuerde, eso no cambia lo que ya vivieron. Si el destino realmente quiere que estén juntos, lo hará. Y si no es ahora, tal vez sea más adelante. —Theo hizo una pausa, pensando sus palabras—. A veces el destino tiene una manera extraña de unirnos, y otras veces nos pone pruebas para ver si realmente estamos dispuestos a seguir el camino, aunque no lo entendamos por completo.
Aiden lo miró, viendo la calma en los ojos de su amigo, y aunque aún sentía una parte de él sumida en la incertidumbre, algo en las palabras de Theo le dio una ligera sensación de consuelo. Aun así, no podía dejar de pensar en la frustración que sentía.
—Quizás... —dijo Aiden, pensativo—. Tal vez estoy tratando de forzar algo que no está destinado a ser ahora. Pero el hecho de que recuerde... de que sepa que estuve con ella antes, me hace pensar que tal vez alguna vez lo será. —Aiden miró hacia el suelo, dejando que sus pensamientos se asentaran—. No sé si el destino tiene una razón para todo esto. Tal vez... tal vez está esperando que aprenda algo, que entienda algo sobre mí mismo antes de reunirme con ella.
Theo asintió, comprendiendo lo que Aiden trataba de decir. No podía prometerle que todo saldría bien, pero podía darle un poco de paz, aunque fuera temporal.
—Eso es lo más importante, Aiden. —Theo le dio un apretón en el hombro—. Lo que importa ahora es que no pierdas de vista quién eres y lo que realmente deseas. Si Odett está destinada a ser parte de tu vida, lo será. Si no, entonces seguirás adelante, pero con los recuerdos y las lecciones que has aprendido. A veces el camino no es tan directo como queremos, pero eso no significa que no llegue a su destino.
Aiden cerró los ojos un momento, respirando profundamente. Sentía que la frustración que había estado llevando durante tanto tiempo comenzaba a aligerarse, aunque no desapareciera por completo. En su corazón, aún había esperanza, aunque sabía que no podía forzar nada.
—Gracias, Theo. —Aiden lo miró con una pequeña sonrisa triste—. Sé que tienes razón. Solo... no sé si puedo esperar mucho más. No sé si puedo esperar a que ella me recuerde. —Aiden hizo una pausa—. Pero sé que si el destino quiere que estemos juntos, lo estará haciendo todo por alguna razón. Y si no, entonces tendré que vivir con ello.
Theo asintió una vez más, dándole una sonrisa de apoyo. No había mucho más que pudieran decir. El silencio cayó nuevamente sobre ellos, pero esta vez no era incómodo. Era un silencio lleno de aceptación, de comprensión. Aiden no tenía todas las respuestas, pero sabía que el camino no se iba a cerrar. Solo tenía que aprender a caminar por él, paso a paso.
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Editado: 14.03.2025