Odette caminaba por las calles de Vallesol con la mente completamente nublada. Había algo que no podía quitarse de la cabeza, algo que la inquietaba, un sentimiento de incomodidad y confusión que la había seguido desde la cafetería. Había sido muy clara con Aiden, había gritado, había dejado claro que no quería que él siguiera tocando esa melodía, esa canción que no dejaba de rondar en su mente, algo que la hacía sentir... vulnerable. Y aún así, no podía sacudirse la sensación de que algo le faltaba en su vida.
—¿Por qué me siento así? —se preguntaba, apretando las manos en los bolsillos de su abrigo mientras caminaba sin rumbo fijo.
Su amiga Clara había notado que algo no estaba bien, como siempre lo hacía. Al principio, Odett había tratado de disimular su malestar, pero Clara no era fácil de engañar.
—¿Qué te pasa? —le había preguntado Clara, con esa mirada que parecía atravesar a Odett.
—Nada, no es nada, —había respondido con rapidez, pero Clara no se dejó engañar.
Ahora, allí, en ese café acogedor, después de contarle a Clara lo que había sucedido en la cafetería, Odett se sentó frente a su amiga, mientras ésta la miraba con una expresión que oscilaba entre la incredulidad y la diversión.
—Entonces, —dijo Clara con un tono sarcástico—, me estás diciendo que un tipo que apenas conoces está tocando música que hace que tu cuerpo reaccione de una manera... rara. Y que, al mismo tiempo, te está haciendo sentir como si algo te faltara, como si hubiera una parte de ti que no encaja. ¿En serio, Odett?
Odett suspiró, mirando al vacío, sin saber cómo explicar lo que sentía. Clara no parecía entender, pero lo que decía resonaba en su mente.
—No lo sé, Clara, —respondió con voz baja, sin poder articular mucho más—. Es como si esa música... esa melodía... algo en ella me conecta con algo, algo que no logro recordar. No lo sé. Es como si fuera un recuerdo olvidado, algo tan lejano, tan profundo, que... no sé cómo explicarlo.
Clara se echó atrás en su silla, frunciendo el ceño mientras tomaba un sorbo de su café. Parecía pensativa, pero al mismo tiempo, como si fuera difícil para ella comprender lo que Odett le estaba diciendo.
—O sea, —dijo Clara con una sonrisa que mostraba algo entre diversión y burla—, ¿quieres decir que un tipo que apenas conoces te hizo sentir como si hubiera una conexión de otro mundo, de otra vida? Vamos, Odett. ¿En serio crees en esas cosas?
Odett frunció el ceño, molesta. Clara tenía razón en parte: no quería creer en esas cosas, no quería sentirse como una tonta atrapada en una historia que no tenía sentido. Pero ahí estaba, sintiendo esa extraña atracción hacia Aiden, hacia su música, hacia algo más grande que ella misma.
—No lo sé, —respondió, su voz más suave, pero también más firme—. No quiero creer en nada que me haga parecer... irracional, pero hay algo en mí que me dice que esto no es normal. Algo me dice que... que lo he sentido antes.
Clara arqueó una ceja, sorprendida por las palabras de su amiga, pero rápidamente su expresión se tornó más relajada.
—Ok, ok, entiendo... —dijo Clara con tono bromista—. ¿Y qué vas a hacer al respecto? ¿Ir a buscarlo y preguntarle por qué tu cuerpo reacciona a sus canciones, o vas a dejar que el destino haga su trabajo?
Odett la miró, sin saber qué responder. ¿Qué podía hacer al respecto? ¿Cómo podría ir detrás de un hombre que no comprendía completamente y que, de alguna manera, parecía estar jugando con su mente?
—No lo sé... —dijo finalmente, con un suspiro. Creo que necesito tomarme un tiempo para entender lo que está pasando, porque... no puedo seguir ignorando lo que siento.
Clara, al ver la seriedad en los ojos de Odett, dejó de bromear y la miró con más atención. La preocupación apareció en su rostro, aunque no dijo nada. Sabía que cuando Odett se ponía así, era porque algo realmente importante le rondaba la mente.
—¿Y si te lo digo así, —continuó Clara, suavizando su tono—, ¿y si todo esto es solo un capricho? Tal vez te has obsesionado con algo que te hace sentir bien, que te hace sentir viva, pero tal vez no sea más que eso. ¿Y si es solo tu mente jugando trucos contigo?
Odett la miró fijamente, sus pensamientos revoloteando. Clara tenía un punto, pero también había algo que la decía que esto no era solo una fantasía, que había algo más profundo en todo esto. Su intuición, aunque siempre la ignorara, le decía que no estaba equivocada.
—Tal vez... —dijo finalmente, su voz débil, como si aún no estuviera segura de lo que pensaba. —Pero, ¿por qué siento que algo me falta? No puedo ignorarlo, Clara. Algo en esa melodía, algo en Aiden... no sé, hay algo que me conecta, algo más allá de lo que puedo comprender.
Clara la observó por un momento, luego dejó escapar un suspiro resignado.
—Ok, ok... —dijo Clara, levantándose. Haz lo que sientas que tienes que hacer. Pero recuerda, Odette, no puedes seguir buscando respuestas a algo que ni siquiera sabes si es real. A veces, las cosas son solo lo que son, y no todo tiene que ser tan complicado.
Odette asintió con la cabeza, aunque en su interior, sabía que no podía simplemente ignorar lo que sentía. Había algo más en todo esto, y no podía dejarlo ir. Tenía que averiguar qué era, incluso si eso significaba enfrentarse a lo que desconocía.
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Editado: 14.03.2025