Notas de una maldita sinfonía

Capítulo 3

02 de Julio de 1992

Una noche sombría llena de vagas brisas ambulantes, las nubes obstruyendo la tenue luz reflejada por la luna, los pequeños movimientos ondulantes del río surcan la tierra, algunos murciélagos dispersándose por las copas de los árboles, las calles desoladas y en completa obscuridad, un grito rompe el silencio, nadie parece importarle, todos siguen en sus refugios, las pocas luces terminan por ser desaparecidas, la penumbra termina por arrasar a los habitantes.

Una mujer se encuentra llorando ante la sombra de un árbol, su jardín está aislado, nadie se molestó en ir a socorrer, está desvanecida en el lodo, sus manos se llenan rápido de tierra, una pequeña candela está colgada al inicio de su patio, en el suelo alguien más sucumbió, totalmente inerte, su cuerpo pálido y a su alrededor un líquido espeso que la rodea, los brazos le han sido extirpados, su cabellera arrancada desde lo más profundo, una madre desolada de ver el cadáver incompleto de su hija, tiembla e intenta tocarla, se ahoga en su propio lamento, queda sintiendo como la sangre le llega a las manos, una corriente de aire hace desaparecer la última luz que le ilumina.

Los primeros rayos del sol han sido obstruidos por aquellas nubes testigos de aquella escena tan sombría. Una pequeña joven sale de su hogar corriendo, apenas pronuncia una despedida inaudible, sale en a prisa recorriendo algunas calles, pocos habitantes han salido, todo está en total calma, se tropieza y tambalea antes de poder sujetarse cae en dirección a un señor de edad avanzada, ambos quedan en el suelo, ella sobre él, se levanta rápidamente e intenta disculparse, no se queda a esperar la respuesta y el señor la queda furioso.
Se aproxima a una tienda de instrumentos musicales, al abrir una campanilla da a conocer su llegada, un joven detrás del mostrador se gira con impaciencia, estaba haciendo limpieza, al verla la ignora y de vuelve, ella no se detiene y avanza hasta poder tocar su hombro, él se detiene y se dirige a ella.

– ¿Qué sucede Katia? –dijo el joven desanimado, ella estaba tratando de recobrar el aliento, su respiración era cortada y algo agresiva– ¡No te precipites!, Respira –salió de detrás del mostrador y se fue a darle calma.

– Es-es-es que –apenas podía pronunciar las palabras, se contuvo y espero a que su cansancio se esfumara, poco a poco iba recobrando su normalidad– ¿Aún no te has enterado? –dijo Katia con gran esfuerzo, se dejó caer y quedó un momento sentada en el suelo– Ven Arath, siéntate para que te pueda contar mejor.

– Solo vienes a interrumpir por tus chismes sin sentido –exclamó Arath alejándose de nuevo a retomar su actividad–, tengo mucho por hacer y tú lo sabes –le dirigió una mirada acusativa, ella se levantó y quiso ir detrás aunque quedó quieta– ¿Por qué te quedas ahí?, ¿Vas a intentar convencer o terminarás llevándome como las veces anteriores? –se golpeó la cabeza.

– Porque soy buena te daré a elegir, vas conmigo por favor o, ¿debo recordarte la otra forma? –dijo soltando una risa sarcástica, extendió la mano hacia él– ¡Vamos!, de cualquier manera este sitio siempre está vacío, casi nadie compra un instrumento y además no se va a enterar tu jefe –quedó esperando hasta que Arath terminó por asentir, ella se abalanzó dándole un abrazo y un beso en la mejilla– ¡Si!, Has tomado una gran elección.

Toma de su mano y le jala para que avance, ella va contenta y emocionada, mientras Arath es todo lo contrario, al salir saca la llave de su bolsillo y cierra por completo, deja el letrero colocado en CERRADO.
Medio día y la población sigue oculta, son pocos los individuos que transitan, un coche pasa con gran lentitud, los espejos bajan y alguien desde dentro queda viendo al par de jóvenes, ellos no se percatan y continúan su camino.
Avanzan varias cuadras hasta llegar a un pequeño apartado un poco lejos del centro, hay varios policías vigilando el lugar, una ambulancia y algo similar a un forense, se quedan distantes viendo aquella situación tan incómoda, la pequeña casa verde ha sido desocupada, los vecinos no salen a ver lo que ocurre.
Arath queda viendo desconcertado y queda viendo a Katia, ella está callada observando, se esconden detrás de un árbol a lo lejos.

– ¿Qué ha sucedido? –cuestiona Arath lleno de angustia, no hay respuesta por parte de ella– ¿Por qué me has traído aquí? –su voz se quiebra al ver salir a una persona con una camisa de fuerza y varios hombres sujetándola, sacude a su amiga.

– Pensé que ya lo sabías –responde sin desprender la vista– Hallye fue asesinada anoche, por lo poco que sé es que... –hizo una pausa, de la casa sacaron una camilla cubierta en su totalidad–, alguien la torturó y aniquiló –se gira bruscamente y sacude a Arath. Todos empiezan a dispersarse, pronto queda de nuevo hundido en silencio– ¡Vamos! –se acerca a aquel hogar, él va detrás y entran tratando de evadir las cintas de precaución.

– ¿Qué harás? –dice susurrando, gira que nadie esté cerca y se introduce.

La casa fue desocupada, quedaban algunas imágenes de la familia y otros adornos, al estar más adentro hay un caos, el lugar tiene indicios de incendio y vidrios por todo el suelo, el crujir los hace girar a cada paso, muchos objetos y paredes golpeadas, con rastros de sangre, encuentran la puerta del patio, Katia lentamente la abre, las hojas del árbol están carbonizadas, se quedan inmóviles viendo en la superficie.

– E-e-ella –expresa tartamudeando Katia, da un suspiro doloroso, sus palpitos aún aumentado y su mano está temblorosa– Ahí fue... –señala bajo el árbol, él fija su mirada intentado descifrar que trataba de decir– donde la encontraron mutilada por su madre –el lugar ya estaba desolado y las marcas aún persisten.

No se contiene y se gira, sale huyendo a toda prisa, siente una nostalgia y no puede permanecer más viendo aquella escena, él se queda quieto, después se da cuenta de lo ocurrido y va detrás de ella, alguien le intersecta al salir y le queda observando, le da un empujón para seguir avanzando, ve de nuevo a Katia en aquel árbol, esta vez más triste, los sollozos se dejan escuchar cuando se aproxima lo suficiente, se sienta a su lado, la rodea con el brazo y acaricia suavemente su cabello, ella se encoge en hombros, ninguno dice nada al respecto, las hojas descienden con lentitud.



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En el texto hay: miedo, thriller, terror

Editado: 14.08.2020

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