Cuando la llama del amor se enciende, es difícil apagarla, mientras más fuerte es el amor de los enamorados, más intenso será el fuego. Es la llama más hermosa y dañina que existe, puesto que cuando se ama con tanta pasión, sin darnos cuenta terminamos dañándonos, ya que los amores más intensos son los más destructivos.
Aunque también esta destrucción es la más tentadora, porque la ruina que este amor desata es tan divina que no se percibe que esa llama que arde con gran rigor terminara por quemarlos.