Querido diario:
Hoy fue el primer día real de vacaciones. Sol, medias disparejas, mamá en modo "hagamos limpieza general", y yo en modo "mi alma necesita escribir una canción con ritmo, corazón y ganas de bailar con los ojos cerrados".
Invité a Gabriel a casa.
No para ensayar. Ni para hablar del contrato.
Lo invité para componer. Pero esta vez algo nuevo, algo con movimiento. Una canción que suene como cuando alguien te mira bonito y vos haces como que no lo notás... pero sí. Claramente sí.
Llegó con auriculares colgados del cuello, helado derretido en una bolsa, y esa sonrisa suya de "esto no es una cita, pero igual me puse mi camiseta buena".
—¿Qué vamos a escribir hoy? —preguntó.
—Algo distinto —respondí—. Movido. Romántico. Pero no de lágrima... sino de mariposa con zapatillas de fiesta.
—¿Amor con ritmo?
—Exacto. "Bailar mientras me gustás", edición Sofía y Gabriel.
—Entendido. Le traigo beat, usted trae corazón. ¿Dónde firmo?
Subimos a mi cuarto con la guitarra, el cuaderno de letras, una playlist en bucle de pop energético y dos limonadas con hielo. Mamá los miró desde la cocina y gritó:
—¡Nada de que se derrita el helado sin que lo hayan usado, eh!
—¡Solo se va a derretir nuestra dignidad, señora! —gritó Gabriel.
Mi mamá rió. Yo también.
Todo empezó con una progresión de acordes alegre. Re mayor, Sol, Si menor, La.
Y una frase: > "Tengo un radar solo para verte entrar."
Gabriel se quedó en silencio. Después rió.
—¿Eso es romántico o medio acosador satelital?
—Es observacional con afecto eficiente —dije.
—Lo apruebo.
Y de a poco... la canción nació.
Con líneas que salían entre bocados de galleta y comentarios tipo:
—"Eso suena lindo, pero ¿es cantable o necesita oxígeno en la mitad?"
—"¿Cómo decimos 'me gustás un montón' sin sonar como si tuviéramos 8 años?"
—"¿Te parece que 'mirada como domingo soleado' funciona o suena a pronóstico del tiempo emocional?"
Y esta fue la letra que surgió.
🎵 Título: "Contigo Hasta el Ritmo" Autoría: A Dos Voces
[Verso 1 – Sofía] Cuando entras al lugar, mi cabeza pone "play". Tu risa es ese track que no salta en el replay.
No me hablás y ya sé que tu voz tiene compás. Y aunque finja distraída, te bailo sin mirar atrás.
[Verso 1 – Gabriel] Tu caminar me rompe el tempo, sin aviso, sin control. Sos la fiesta inesperada en mi mapa de bajón.
Tengo el pulso en altavoz, cada vez que estás ahí. Y si me das un segundo... te escribo el beat que escribís.
[Estribillo – Ambos] ¡Boom! Me encendés los pasos. ¡Yeah! Como luz en marzo. Aunque esto no sea amor, ya me cambiaste el ritmo al corazón. ¡Hey! No me sueltes tarde. ¡Ey! Bailá en este desastre. Si lo nuestro es un error, que tenga coreografía y calor.
[Puente – Sofía] No necesito flores, ni discursos ni control. Solo mirá cómo sonrío cuando me apretás el soul.
[Break – Gabriel] Y si mañana cambia el viento, si hoy se enreda lo que siento... al menos que nos encuentre tirando pasos con argumento.
[Último Estribillo – Ambos] ¡Boom! Me encendés los pasos. ¡Yeah! Como sol sin caso. Si esto es solo conexión, que se quede... con canción. ¡Hey! Aunque no seas mío, ¡Ey! Encendés mi lío. Y si no hay definición... que el mundo nos invente con versión.
🎵
La leímos en voz alta. Primero riéndonos. Después... más lento. Más en serio.
—Esto suena a videoclip con coreografía bajo luces rosas —dijo Gabriel.
—Esto suena a verdad con brillo —dije yo.
—Y también suena a nosotros. Aunque no lo digamos en voz alta.
Silencio. No incómodo. Silencio como de "dejemos que el eco hable por nosotros".
Mamá subió justo cuando estábamos grabando una maqueta.
—¿Qué están haciendo?
—Arte hormonal —dijo Gabriel.
—Ah. Bueno. Mientras no sea arte pegado con cinta en la pared, todo bien.
Nos reímos.
Y así pasó el primer día de vacaciones. Con helado derritiéndose en la cocina. Con letras enredadas en mis medias. Con sonrisas que no sabían si eran por la música, por la letra o por la forma en que sus ojos se quedaban un poco más de lo normal cuando yo cantaba.
Sea lo que sea... hoy compusimos una canción que no se baila solo con los pies.
Se baila con lo que tiembla.