Notas invisibles

Día 48 - Cámara, acción... y también confusión

Querido diario:

Hoy amanecí con el corazón haciendo percusión libre en mi pecho.

Porque hoy no venimos a ensayar. Hoy no hay segundas oportunidades. Hoy no hay "después te sale mejor".

Hoy es el rodaje. Las cámaras se prenden. El foco se enciende. Y nuestro sueño... se vuelve visual.

06:35 a. m. – en la van

Gabriel y yo fuimos recogidos por una van blanca con el logo de Sonaluz pegado en las puertas como si gritara "¡vamos a filmar un temazo, prepárense todos!".

Yo llevaba una bolsa con snacks, otra con cambios de ropa, una botella de agua con brillitos (porque sí), y los nervios retorciéndome la panza como si quisieran hacer piruetas propias.

Gabriel subió con auriculares puestos, lentes oscuros y un termo que decía "probablemente café, pero podría ser coraje líquido".

—¿Dormiste? —le pregunté.

—Sí. Como tres canciones lentas y un remix.

—Perfecto. Estamos radiantes.

Nos miramos. Nos reímos. Nos temblaron las piernas.

07:12 a. m. – llegada al set

El lugar... WOW.

Un galpón gigante transformado en un universo visual:

Pantallas LED enormes con luces móviles que respiraban color

Dos sets montados: uno con estética urbana de calle nocturna falsa, otro lleno de espejos y humo bajo control

Camarógrafos caminando tipo cardio profesional

Asistentes con cintas adhesivas colgando como colas de sirena ocupada

Y por supuesto, Cami, nuestra estilista, corriendo entre percheros:

—¡Sofi, hay cambio de top para la toma en reversa! ¡Y Gabriel, tus cordones otra vez no cooperan con la estética general!

Yo me quedé tiesa por 0,3 segundos.

Porque era hermoso. Y aterrador. Como cuando ves a alguien que querés mucho triunfando... y te das cuenta de que ese alguien sos vos.

08:06 a. m. – maquillaje, vestuario y primer colapso miniatura

Mi primer conjunto: Top cruzado negro, pantalón gris con líneas reflectivas, zapatillas blancas que gritaban pop protagónico.

Gabriel: Camisa holgada azul eléctrico, pantalón negro brillante, accesorios mínimos pero ultra pensados. (Cami gritó "¡glow minimalista con contexto emocional!" y todos asentimos, aunque nadie entendió del todo.)

Entramos a la sala de maquillaje.

La maquilladora, Carla, me dijo:

—No estás nerviosa. Estás contenida.

—¿Eso es bueno?

—Eso es artístico.

Y me guiñó un ojo mientras me delineaba.

09:14 a. m. – primer intento

Todos a posición.

Yo en el set de espejos. Gabriel en el otro extremo. Luces tenues. Pantalla lista para explosión visual.

El director (Javi, con gorro de pescador y voz de radio cálida) dijo:

—Recuerden, esta toma es captura emocional. Ustedes ya se lo saben. No bailen perfecto, bailen real.

Primera toma.

Yo olvidé que tenía que girar hacia la izquierda en la cuenta 8. Me giré hacia la derecha. Me choqué con el borde del espejo. Literalmente. Sonó un "tonk" universal.

Todos pausaron.

Yo, con dignidad fingida: —Quería probar cómo se ve el dolor en cámara.

Risas generales. Incluso el director se tapó la boca de risa.

—Está bien —dijo—. ¡Eso fue reacción genuina! Pero vamos de nuevo.

10:05 a. m. – calor, nervios, detrás de cámaras reales

Cami trajo ventiladores portátiles. Martu tomaba clips de detrás de cámaras: yo sudando y tratando de que no se me empañen los lentes, Gabriel haciendo expresiones raras con la boca para "calentar voz" pero pareciendo un pez confundido.

—¿Estamos listos? —preguntó Tania, desde el costado, con un walkie talkie que parecía saber más de lo que decía.

—Casi —dije.

—¿Por qué esa cara de gata pensativa?

—Porque mi corazón va en compás de dubstep y aún no sé si eso encaja.

—Confía. Las mejores tomas salen cuando dejás de querer gustar y solo... estás.

11:32 a. m. – tomas emocionales

En la toma número siete, todo coincidió.

Gabriel y yo frente a frente. Luces girando. Niebla baja, como un suspiro del set. Y esa línea exacta de la canción que dice:

"No cambié. Me mostré."

Yo no pensé. No actué. No bailé. Respondí.

Y cuando la música bajó y quedó la última nota, los técnicos no dijeron nada.

Sólo se escuchó la respiración entrecortada de nosotros dos.

Y Javi, con voz bajita, dijo:

—Eso fue alma grabada. Ya está.

12:44 p. m. – detrás de escenas: versión comedia documental

Martu nos entrevistó entre tomas.

—Gabriel, ¿cómo describís tu experiencia en tres palabras?

—Sudor, error... y euforia.

—¿Y vos, Sofía?

—Orgullo, torpeza sincronizada... y un poquito de drama innecesario, gracias.

Ambos rieron.

Martu enfocó a Gabriel bebiendo agua directo de una botella que decía "esto no es actuación, tengo sed real".

Yo me despeinaba con un secador apagado porque mi flequillo decidió no respetar la gravedad emocional de las tomas.

14:20 p. m. – última escena

Nos paramos en el centro del set urbano.

Cámara en dolly. Todos en silencio.

La toma final: Miro al frente. Gabriel da un paso hacia mí. Nos giramos al mismo tiempo. Cae el beat. Bajamos juntos.

Y sin hablar, sin ensayar... nuestros brazos se tocaron apenas.

Justo antes de que corten.

Fue accidente.

Y fue perfecto.

El director no gritó "¡corte!". Susurró.

—...quedó.

Querido diario:

Hoy grabamos nuestro videoclip. Pero grabamos algo más:

Nuestra amistad envuelta en luces. Nuestra historia bailando en tiempo real. Nuestro miedo convertido en cámara lenta.

Y aunque no sé qué va a pensar el mundo cuando lo vea... yo lo voy a mirar y decir:

"Eso lo hicimos nosotros. Con nervios, con golpes, con risas. Y sobre todo... con verdad."



#6674 en Novela romántica
#2903 en Otros
#277 en Aventura

En el texto hay: cantantes, inspiracion, sueño

Editado: 18.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.