Hola, de nuevo.
¿Sabes? Hoy me pregunté cómo es que una chica tan preciosa con esos ojos ambarinos que te roban el alma, fuera capaces de notarme. Y esa sonrisa al ensancharse tuviera la facultad de transportarme a un lugar celestial… ¿Fueran dirigidas a mí? Un desalineado chico
Algo opuesto, definitivamente.
Te observé copiar los apuntes de clases para estar al corriente. Detallé en mi mente tu rostro concentrada en aquellas hojas llenas de una caligrafía suave.
Al final del día te agradecí tu compañía con una sonrisa tímida, y tú lo regresaste con un beso en la mejilla.
Cuando regresé a casa, hice un baile ridículo por la felicidad.
Oswaldo.