Hola, querida.
Sé que tiene mucho tiempo que dejé de escribirte. Pero es por una razón, nos hemos mantenido en hacer actividades.
Fuimos a museos, y nos besamos tanto que nuestros labios se hincharon.
Hicimos un maratón de tus películas preferidas y de las mías.
Una vez intentamos meternos tantos bombones cupieran en nuestra boca, hasta que terminé perdiendo porque estaba ahogándome, fue un susto que terminó en risas que dolieron nuestros estómagos.
Una noche escuchamos nuestras canciones favoritas y debatimos porqué la música es un analgésico del alma.
Me hiciste compañía cuando intenté aprender a manejar. Estaba nervioso, pero tu mano en mi brazo; fue un tranquilizante inmediato.
Intentamos acampar, pero tuvo que ser interrumpido porque los mosquitos nos estaban devorando.
Nuestras actividades se enfrascaron en disfrutar cada segundo del día.
Te besaba todo el tiempo, cada oportunidad que tenía lo hacía, recordándote lo preciosa que eres.
Oswaldo.