Hoy hubo un momento en que no importó nada.
Éramos dos almas uniéndose para formar un mismo cuerpo, una misma alma. Te sostuve como mi mundo; acariciando cada centímetro de ti, grabando tus rasgos en mí piel, mente y corazón.
Te amo, Venus. Hoy, mañana y siempre.
Oswaldo.