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Capítulo 28: "♫Arriesgados/Peligro inminente ♫"

A veces el conocimiento individual es sobrevalorado por muchos, y en otros casos subestimado, lo cual trae consecuencias que muchas veces germinan en problemas para los que se hicieron una idea errónea, pero ¿esta era la ocasión para ello?, sin dudas, podría decirse.

—¡Léa cómo pudiste darle falsas esperanzas a esa chica! —decía el zorro desesperado a la rubia mientras caminaba de un lado a otro; la verdad, es que este accionar no traería la paz a este muchacho, sin embargo, algo era cierto, y es que Léa no tenía ni una pista de cómo resolver todo ese conflicto, y mucho menos cuando la princesa de Serdonía se oponía a decir las razones por las cuales se llevaba a cabo semejante disputa.

—Tranquilo Zaid, no es para tanto —se le escuchó decir a la heredera guerrera sonriendo despreocupadamente—. Ya se me ocurrirá algo —hizo un ligero movimiento de mano que daba a entender que menospreciaba el asunto.

—Me disculparas Léa, pero comprendo a la perfección la desesperación de Zaid, en especial cuando estamos a tan solo minutos de plantar una reunión con ella —mencionó Iris muy preocupada.

—No sé por qué están tan tensos. Yo sé más que de sobra que mi hermosa princesa encontrará un modo de salir de esta situación —aseguró Alik en lo que estaba sentado en un sofá muy amplio justo al lado de Léa—. Mientras tanto, princesa —se inclinó sobre ella tomando su mano—. ¿Por qué no hablamos de algo más a meno?, seguramente eso la ayudará a aclarar su mente.

—¿Ah sí? ¿Cómo qué? —dijo evidentemente incomoda la chica, pero dejó ser a Alik, pues le parecía divertido ver la cara que ponía Iris de descontento y desagrado.

—Cómo hablar del hecho de que sus ojos son tan preciosos como el mismo cielo —aseguró él haciendo un movimiento sugestivo de cejas.

—¿Cómo los de Iris? Pero en lo personal creo que los suyos son más bonitos que los míos —refutó la princesa Léa, quien miró con regocijo la cara de sorpresa que ponía su catalizadora. En cuanto a Alik, él se sobrecogió al escuchar semejante comparación, y enseguida, alterado, se puso a responder a las palabras de la mujer que decía amar.

—¡No estoy hablando de ella! —le alegó casi con desesperación.

—¿Enserio? —Léa se llevó una mano al rostro cubriéndose un poco los labios para ocultar su sonrisa y miró a otro lado para evitar soltar una carcajada en la cara del atractivo catalizador—. Para que te fijes en mis ojos primero que tienen el mismo tono que el de Iris, solo indica que no dejas de pensar indirectamente en ella.

—¡No! ¡Eso no es verdad! —Alik se había levantado de su lugar, y su rostro se encendió en un inesperado fuego. A pesar de su madura apariencia, él seguía siendo un adulto joven, y por esa razón no podía evitar caer en las tretas de aquella futura gobernante, por lo que al final, tremendos eran los obstáculos que Reverse tenía que atravesar para llegar a su majestad, pues se suponía que tenía un prometido, para colmo, la futura reina desviaba su atención a su compañera, quien se mostraba de a momentos incomoda por el asunto, aunque interesada en secreto. Por otra parte, Zaid no pudo evitar suspirar ante semejante escena, pues le traía aflicción aquella rubia que no dejaba de jugar con los sentimientos ajenos. Sin embargo, el circo que estaban montando fue interrumpido cuando uno de los sirvientes de Tritis intervinieron para llamarlos.

—Disculpen —mencionó el joven y bien ataviado mayordomo—. La princesa los convoca para la reunión que salvará a este reino —anunció él, y abstraídos por lo que se aproximaba, el cuarteto se miró entre ellos; no podían oponerse al destino (al menos por ahora), ya que la decisión estaba tomada, de inmediato, con una disimulada calma, los cuatro héroes se trasladaron con el mayordomo que hacía de guía para ellos, hasta que finalmente, llegaron a un salón bien amplio que se encontraba decorado debidamente de toda clase de cosas estrafalarias, por no decir que también bizarras, pues en una esquina se divisaba un caballo de oro, mientras que en el techo, la araña se encontraba mojada con serpentinas de acero.

—Tiene un gusto muy peculiar, ¿no? —mencionó por lo bajo Alik, quien por obviedad deseaba compartir su opinión con sus demás compañeros, sin embargo, no recibió una respuesta positiva, porque Iris le dio un buen codazo en las costillas que hicieron inclinar de lado al joven por el dolor, y que, a su vez, tuvo que aguantarse para no hacer un papelón frente a la gente que apenas conocían; sí, Alik entendía lo que era la vergüenza.

—¡Sean bienvenidos! —gritó la princesa de cabello rosado—. Por favor, tomen asiento para empezar con la tan esperada reunión —todos asintieron y se acomodaron de acuerdo a sus gustos: Alik se colocó junto a Léa, mientras que del otro lado lo hizo Iris, para después seguirle Zaid. Al finalizar esa insignificante tarea, la reunión dio comienzo con un golpeteo de martillo de juguete con el que cargaba la gobernante.

—Bien, es hora de empezar. ¿Cuáles son sus propuestas princesa Léa para atender el conflicto de las tierras bajas y altas? —la chica se mostró expectante y con una emoción que se manifestaba sobre la piel, de ahí que ella juntó sus manos sobre la mesa para entrelazarlas mientras se inclinaba un poco sobre la dichosa, de esa manera, daba a entender que estaba claramente interesada en este emprendimiento.

—Con su permiso, princesa Tritis —Léa se puso de pie y tosió un poco, lo que provocó que, por segunda vez, se miraran entre los chicos, ya que estaban pensando que probablemente lo que su majestad hacía era nada más que ganar tiempo—. Me temo que tenemos unos obstáculos bastante potentes que están siendo un impedimento para nuestros planes, y uno de esos obstáculos se trata de la verdadera razón por la cual está en vigencia este conflicto —anunció ella e inmediatamente, Tritis frunció el ceño y se enderezó separando sus manos para así apoyar sus palmas sobre la mesa.




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