Note Max ©

Capítulo 32: "♫Dragofilios♫"

Muchos de nosotros conocemos ese dicho que dice: “errar es de humanos”, sin embargo, en este caso, se aplica también a seres mágicos. Diamant daba el ejemplo perfecto de aquella persona confundida; desorientada en su camino, ¿y por qué no?, en su vida, ya que, después de estar un largo tiempo esperando a que su “amo” apareciera, quizás hasta había perdido el juicio en el tramo. No obstante, ¿podría haber un error en aquello?, ya que ella insistía con vehemencia, que Alik era a quien buscaba.

—Pero él ya te recalcó más de diez veces que no es la persona que crees —Léa intentaba razonar con la muchacha, pero la felina, no entendía.

—¡No puede ser nya, simplemente se trata de él, estoy segura nya! —gritó con desespero.

—¿Por qué no dejamos que venga con nosotros y compruebe por ella misma que está equivocada? —aconsejó Iris.

—¡No estoy equivocada nya! —declaró la gata.

—Puede que eso funcione —suspiró con pesadez la heredera al trono, pues estaba bastante estresada con el asunto; la situación se llevaba a cabo desde que habían resuelto el tema con el reino de Serdonía, y ahora que estaban a punto de irse de allí, no encontraban la manera de quitársela de encima.

—¿Entonces tengo que soportar a esa mujer durante todo nuestro viaje? ¡Diablos, ya tenía suficiente con esa enana y esa cola de zorro! —exclamó Alik, quien luego recibió una mala cara por parte de Zaid y el reproché de la más baja le sobrevino después.

—¡Tú siempre comportándote como un simplón! ¡Nunca cambias! —aseguró la pequeña Iris mientras lo señalaba.

—¡Oye, baja ese dedo y deja de llamarme de esa manera, niña poco atractiva! —Iris no pensó que volvería a escuchar esas palabras por parte de ese sujeto, pero ahí estaba, incordiándola de nuevo. Por consiguiente, ella no dudó en confrontarlo una vez más.

—¿Qué dijiste? —gruñó la joven acercándose al muchacho, a quien parecía que iba a golpear aun con la diferencia muy marcada de alturas.

—¡Basta! —Zaid se interpuso entre ellos y confrontó a su amo abiertamente por primera vez—. Señor Alik, quizás sea su lacayo, pero no puedo dejar pasar su falta de delicadeza. ¿Acaso no podría ser un poco más considerado con la princesa Iris?

—¿Por qué diablos le sigues llamando “princesa” cuando no lo es? Y, por otro lado, no se me canta —le contestó de mala gana el animal guapetón.

—Es porque… ¡ella es la belleza encarnada! —declaró Zaid haciendo un gesto exagerado con su cuerpo, y soltando un evidente suspiro de chico enamorado; la situación pasó a ser extravagante, por no decir que graciosa, aunque había un detalle que omitieron los aventureros, y era que Diamant seguía ahí.

—¡Ya, nya! —gritó largamente la felina sin paciencia, quien esta vez fue la que puso un alto a la situación—. Retomando el tema nya, voy a serles compañía, y estoy segura que se acostumbrarán a mí pronto. ¡Nya! —la chica de enrulados cabellos hizo un gesto encantador, aunque todos pusieron cara de pesadez ante ello—. No deberían de ser tan sombríos… nya —mencionó con un poco de timidez, y para aflojar la tensión del resto, sujetó su guitarra con la intensión viva de utilizarla—. ¿Qué tal si bailamos para reanimarnos nya? —exclamó más enérgica de repente.

—¡No gracias! —se apresuró a decir Léa para luego agregar—. Por ahora nos toca retomar nuestro viaje, y necesitamos conservar energías.

—Oh… bueno, nya —expresó con decepción la gata Persia.

—A todo esto, ¿a dónde nos dirigimos esta vez? —preguntó Alik cruzado de brazos.

—Nuestra siguiente parada es el pueblo de Domadores de Dragones, está a un paso del reino Licántropo y Vampírico —declaró Léa.

—El reino de los Licántropos y de los Vampiros… he escuchado sobre él, dicen que es muy peligroso pisar las tierras de esas dos especies por las confrontaciones que se han dado por generaciones, incluso se rumorea que los que viajaron en busca de la Nota Vanguardista anteriores a la nuestra, evitaron cruzar esas tierras —informó Iris.

—También había escuchado sobre eso. ¿Será verdad? —mencionó con preocupación Zaid.

—Nya, nya —negó con la cabeza la gata—. Creo que no deberíamos guiarnos por los rumores nya —aconsejó ella—. Después de todo, es una simple historia aquello, ¿no, nya? —preguntó moviendo sugerentemente sus orejas. Lo planteado por Diamant era acertado, bueno, no confirmado, pero lógico, es decir, ¿por qué temer a algo de lo que no estaban seguros que era cierto? Ante esta cuestión, ambos catalizadores, el zorro, y la princesa Léa junto a su nuevo integrante, decidieron que era mejor comprobar los rumores aunque, antes que nada, sería bueno saber si iban por el sendero correcto.

—Zaid, ¿podrías confirmarme la posición de la Nota Vanguardista? —preguntó la heredera al trono, y he ahí que él asintió.

—De acuerdo —a Zaid nada más le bastó con cerrar los ojos para sentir la presencia del objeto que tanto estaban buscando, y después de la leve revisión, anunció—. Vamos por buen camino.

—Bien, entonces hay que remontar —como si una cuerda estuviera atada a la cintura de cada uno de ellos, los ahora cinco integrantes del aventurado grupo, caminaban en fila hacia su siguiente parada: el pueblo de Domadores de Dragones, el cual también era llamado “Drafilios”. La aldea Drafilios, encanto de naciones, se especializa en la tan atractiva actividad que involucra a estos seres alados antes mencionados. Sus principales ingresos vienen de la compra y venta de estos animales mágicos, los cuales son bien preparados para sus nuevos dueños. Sin embargo, desde que empezó a decaer el planeta por la ausencia de la Nota Vanguardista, situaciones notablemente inquietantes envolvieron a todos sus habitantes, y ellos no eran la excepción. Por lo que, después de dejar Serdonía, y pasadas unas cuantas noches estrelladas en plena intemperie, de los cinco integrantes, menos uno, estaban ya hartos de las chacareras interminables que se les imponía, y claro, a pesar de que amaban la música en todos los sentidos, había momentos en los que no cualquiera podía soportar más de una semana seguida la reproducción de una misma melodía, y aquí tenemos el ejemplo vivo de nuestros protagonistas.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.