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Capítulo 48: "La otra raza"

Si hay algo que la gente odie, es la irresponsabilidad para con ellos, especialmente hablando cuando esto tiene que ver con temas acerca de su bienestar, y ciertos acuerdos que les traen ventajas. Pero vamos, nuestros héroes estaban ahí con el único motivo de rescatar a su valiosa enana, quien aún seguía atrapada entre esas lianas, es por ello que Alik Reverse se concentró y empezó a cambiar la tonalidad de su cabello, desatando así su deslumbrante habilidad.

—Prepárate Zaid —le avisó Alik.

—¡Sí!

Como si se tratara de magia (lo cual era) las nubes se acoplaron para hacer más nocturno el paisaje, de ahí, empezaron a caer pequeñas gotas mientras que el de mechones dorados se colocaba una mano en el pecho e instintivamente soltaba su voz. De forma impresionante, la lluvia que tocaba el suelo y que empezaba a crear charcos a sus alrededores, marcaba un hipnótico ritmo a base de parlantes inexistentes. No obstante, no era el único detalle a destacar, porque antes de que el famoso catalizador realizara su acto, voces en forma de eco (que quién sabe de dónde provenían) hacían su aparición como introducción.

♫ “Sonidos del viento (x2)”

“Murmullos del viento (x2)”

“Lazos de la lluvia (x2)”

“Relatos de la lluvia (x2)”

“Diluvios de corazones”

♫ “Avanzamos…

Y nos tocamos dulcemente,

Relatamos…

Nuestro amor indecentemente,

Avanzamos…

Y nos tocamos dulcemente,

Relatamos…

Y revelamos la verdad de los inocentes”.

De entre el manto de nubes se desprendían algunos rayos de sol que terminaron actuando como luces, las cuales se pasearon por la tierra como si se tratara de un inmenso escenario, recreando así fantásticos efectos sobre el bosque de lianas y los espectadores sombríos que se encontraban bien ocultos entre unos arbustos cercanos a nuestros héroes.

“Avanzamos…

Y nos tocamos dulcemente,

Relatamos…

Nuestro amor indecentemente.

Avanzamos…

Y nos tocamos dulcemente,

Relatamos…

Verdades infinitamente perversas.”

Para ese momento, sus acechadores dejaron verse en un grabe descuido de su parte, pues la música de Alik Reverse se había apoderado de sus corazones, por lo que los elfos oscuros quedaron expuestos. Sin embargo, tanto el zorro como el catalizador, no hicieron caso de las ovaciones de aquellos entrometidos, quienes deseaban formar parte de alguna manera del espectáculo. Fue así que la interpretación siguió su camino, aún con el remarcado objetivo de llegar a la hermosa pequeña.

“¿Por qué avanzamos?

¿Será que es este nuestro destino?

En este momento no puedo discernir nada,

No sé el porqué de mi presencia ahora,

Te he estado buscando más de lo esperado,

Me he plantado aquí a tu lado.”

♫ “Atraído por la tormenta,

Destinado a ti mujer,

Simplemente no lo puedo del todo entender,

Convertido en tu sirviente,

Plantado aquí a tus pies,

¡Despierta al fin de una buena vez!”

♫ ¡Destinado a ser tu sirviente aquí y otra vez!

Nuevamente la melodía volvía a hacer de las suyas, y le permitió a la lluvia cambiar de tonalidades provocando un efecto apabullante que le daba también lugar a la finalización de la canción, la cual fue una de las más apasionadas que el morocho de mechones dorados pudo haber creado, por consiguiente, dejó que la lluvia siguiera su curso de forma normal al igual que su cabello, lo que también le permitió hacer regresar del encanto a los invitados no deseados que se mostraron confundidos por lo sucedido, e inmediatamente después, los dos muchachos se mostraron decepcionados, ya que lo que hizo el de mechones dorados no había dado ningún resultado.

—¿Qué fue lo que pasó amo Alik? ¡La canción no ha funcionado como pensábamos! —le reprochó Zaid, quien se veía desesperado, pues las lianas no se removieron ni un centímetro de su base.

—¡No lo sé! —exclamó él guaperas del grupo notablemente frustrado.

—¡Hey! —gritó una mujer elfo del montón que estaba con ella—. ¡No se olviden de nosotros! —cada hombre y mujer de su raza, portaba un arco, y con éstos los señalaron, dándose así por enterados de la desgraciada situación.

—¡Diablos! ¡Me centré tanto en lo que hacía que no me fijé en estos idiotas! —declaró el catalizador, y después de decir aquello, retrocedió poniéndose al lado de Zaid.

—¡Ah! ¡Sus flechas están recubiertas de magia; no podré pararlas! —observó alarmado el zorro en lo que elevaba su antebrazo frente a él, y al poco tiempo, las cuerdas de los arcos se tensaron enseguida liberando los proyectiles que volaron con gran velocidad contra ellos. No obstante, justo antes de que las puntas impactaran contra la piel de los muchachos, lo que parecía ser una ráfaga, cortó en dos las saetas de sus enemigos.




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