La reunión con Zaid no había sido para nada positiva, y encima, la princesa no parecía estar lista para ese encuentro, especialmente cuando momentos después, arribaron de la nada: Hakim, Samael y Belfry; sus principales enemigos cumplieron con su palabra, pero ahora que estaban juntos los ocho, no se limitarían a sólo hablar.
—Oigan, ¿no les parece que ese peliblanco se ve demasiado aterrador? —las palabras de Alik, sacaron de su transe a la rubia, quien se percató ahora de la presencia de sus otras enemistades.
—Bueno, está completamente poseído por la oscuridad Alik, aunque siempre me pareció extraño, porque se supone que no debería ser el caso —respondió Iris.
—Por fin tenemos el gusto de juntarnos y conversar, Léa Milenios —declaró el lobo de fuego, quien se puso delante de Zaid.
—Samael… —murmuró su alteza su nombre y, con un semblante serio, se dirigió a éste—. Por lo que veo, tú eres el que ha orquestado todo, ¿o estoy equivocada? —el pelirrojo levantó sus cejas para luego contestarle con una sonrisa en el rostro.
—Que observadora. Sí, ¿para qué seguir ocultándolo, si pronto estarán muertos? —expresó con gran simpleza, y se dispuso a decirles todo lo que deberían saber—. Seguro que tienen muchas dudas, así que se las aclararé una a una antes de nuestra batalla final —le hizo un gesto con el dedo a Zaid para que se acercara, y al momento de hacerlo, lo tomó del rostro con brusquedad para luego obligarlo a sacar su lengua—. ¿Ven a este chico? Yo fui el que le hizo este croma.
—¡Desgraciado! —gruñó Alik—. ¡Por culpa de esa cosa, tuvimos muchos problemas!
—¿Y eso qué? —elevó su rostro algo ensombrecido sin desaparecer la mueca de diversión que se le dibujaba en el éste—. A esto se le llama estrategia. ¿Qué sentido iba a tener hacer todo lo que hice si me descubrían enseguida? Ya deberías saber, estúpido catalizador que, para que algo sea exitoso, debes planear, y tomar medidas al respecto —Samael miró a Zaid, y sonó sus dedos. El simple acto realizado, hizo que el croma de su lengua desapareciera, liberando así al zorro del hechizo—. Ya no es necesario que lo tenga.
La princesa entre cerró los ojos con algo de sospecha, pues no entendía qué sentido había en quitarle la magia de su lengua, especialmente si planeaba usar a su amigo más adelante, a menos que esa no fuera el caso.
—¡Espera un segundo nya! —declaró la gata gauchesca poniendo una mano al frente para detener su habladuría, ya que tenía preguntas que hacerle—. ¿Entonces qué hay de los micrófonos nya? ¿Cómo es que puedes usarlos nya?
—¿Aún no lo entiendes, gata estúpida? —esa forma de llamarla, hizo que Diamant se enfadara.
—¡No me digas así nya! —gruñó la chica.
—Se los explicaré también —afirmó y mencionó lo siguiente—. Soy un demonio, pero no cualquier tipo de demonio —se llevó su pulgar al pecho y declaró con entusiasmo—. ¡No sólo tengo la habilidad de los lobos elementales sino que también soy el hijo de su Dios: Sir Syrkei!
La última revelación impactó a nuestros héroes de una forma extremadamente intensa, tanto, que todos se pusieron pálidos. Las hojas que caían seguían su curso aún con toda la tensión, y mientras esto sucedía, el clima musical cambiaba a uno más intenso.
—De modo que es por eso que Gaikoz no podía explicarnos de quién se trataba. No era que no lo recordaba; él entendía que se sujeto era Samael, pero no podía decirnos nada al respecto —alegó temblorosa Iris. A lo dicho por la más baja, le siguió una sonrisa llena de nerviosismo por parte de Léa.
—Supongo que ahora entendemos por qué en esta generación debían ser dos los catalizadores y no uno —la princesa afirmó sus pies al suelo y sujetó enseguida su collar.
—Eh —el lobo de fuego alargó esa expresión al ver a la rubia sujetar aquella pieza de joyería—. ¿Ya tienes ganas de pelear, heredera de Shion? ¿Acaso no esperarás a saber cuál es mi objetivo principal?
—Para mí ya es suficiente con todo lo que has hecho hasta ahora, es por eso que sea cual sea tu objetivo, sabemos de sobra que no lo haces alguna buena razón, así que… ¡vamos a detenerte ahora mismo! —declaró Léa—. Es hora de ponerle fin a tus maquiavélicos planes.
—Pero que ansiosa… —comentó Samael observando con molestia el accionar de aquella heroína.
—¡Yo, la reina de Shion, exijo hoy con gran vehemencia tu presencia! ¡Espada que une el cielo y la tierra! ¡Key Bahamut despierta! —su alteza no dudó en llamar a su fiel arma, ya que a pesar de la responsabilidad que podría cargar en esta batalla, los nervios no le impidieron lanzar su dije sobre su cabeza, logrando así que fuera envuelta en un claro líquido que más tarde atraería su forma. Después de la impresionante aparición de aquella columna de agua, el colgante se transformó liberando sus alas de dragón, para finalmente caer en las manos de su majestad al finalizar su invocación—. ¡Adelante mis amigos! ¡Hay que salvar a este mundo! —alegó la princesa sosteniendo su espada, y fue la primera en echarse a correr contra sus enemigos.
—¡Yo voy contigo nya! —declaró Diamant al ser contagiada por la valentía de la rubia.
—¡Vamos Alik! —le ordenó Iris, quien ahora tomó un poco de aire para empezar a abrir el concierto y así, brindarles apoyo a la princesa.
Ambos catalizadores se posicionaron el uno al lado del otro para luego elevar lentamente sus dedos hacia el cielo, permitiendo también que el clima del escenario se convirtiera en uno tropical, por mientras una vivaz batería los acompañó junto al potente sonido de una guitarra eléctrica, no obstante, no fueron los únicos en querer realizar una función, puesto que Hakim también sacó su instrumento, lo cual significaba, que iba a ir contra los catalizadores.
La música no se detuvo, como tampoco la bella parejita, quienes no se vieron afectados por la provocación del hermano de Zaid. Al mismo tiempo, se daba el primer choque de ideológicas entre Samael y Belfry, contra la rubia guerra, aunque tampoco debemos dejar afuera a nuestro querido zorro, quien encaró a Diamant.