Novia desafortunada

La verdad

Leonardo

 

Conduje intentando no pensar en que quiere decirme Adrián y que es tan importante para definir la situación como urgente. Rafaela me dijo que tuviera cuidado, ella tampoco parece confiar demasiado en lo que él podría decirme. 

 

Detuve mi auto en la dirección indicada encontrándome con una casa bastante suntuosa y rodeada de flores. No puedo evitar recordar el jardín que Carolina cultivaba en mi hogar. Entrecerré los ojos dejando escapar una pequeña sonrisa. Ya no duele, es como un recuerdo del pasado que solo se queda en eso, en un recuerdo. Mi corazón ahora esta lleno del amor de Rafaela, quien incluso ha curado todo el vacío que antes me ahogaba. 

 

—Qué bueno es volver a verte después de tanto tiempo —la voz de mi hermano interrumpió mis pensamientos. 

 

Entrecerró los ojos sonriéndome en forma amigable. Dicen que esa sonrisa lo heredó de su madre, y debe serlo, a mi padre nunca lo he visto sonreír de esa forma para que lo haya heredado de él. Con seriedad tomé la mano que me ofreció para saludarme. Las estrechamos a pesar de mi seriedad. 

 

—¿Sigues sin perdonarme? —Adrián alzó ambas cejas tal vez pensando que la expresión de mi rostro se debe a eso.

 

Suspiré, la verdad es que ya no importa. Desde que tengo a Rafaela el haber perdido a Carolina dejó de torturarme. Por otro lado, me siento tenso esperando que es lo urgente que quiere decirme y es por eso que mi semblante luce así de serio ¿No iba a esperar que me mostrara jovial luego de esa llamada?

 

—Eso ya es cosa del pasado —le respondí siguiéndolo al interior de su hogar. 

 

Adrián movió la cabeza a ambos lados. 

 

—Me quedé con la mujer que amabas ¿Podría cometer un hermano una infamia peor a esa?

 

No le respondí. La verdad es que es difícil reconocer lo que me ha enceguecido por tanto tiempo. El desamor no me dejó ver la realidad de la relación que tenía con Carolina. Nunca tuvimos un enlace fuerte capaz de sobre llevar cualquier situación, lo nuestro era tan frágil que incluso una pequeña brisa de viento lo hubiera roto.

 

—La amaba, pero no fue suficiente y a la vez ella había dejado de quererme, ninguno de los dos tenía la fuerza para luchar contra la adversidad, por eso fui yo quien terminó ese compromiso, vivíamos en la crónica de un futuro matrimonio que iba a terminar mal —indiqué con sinceridad—. No fui capaz de entenderlo antes, Carolina no me debía nada, ya nosotros no éramos pareja cuando ustedes comenzaron a salir.

 

Adrián me contempló en silencio. Luego dibujó una ligera sonrisa.

 

—Mis intenciones no fueron enamorarme de ella. Nos juntamos porque queríamos ayudarte —confesó tomando asiento y tomándose ambas manos—. Cuando terminaron su compromiso, Carolina, vino a mí. Me habló de tu madre, de como ella resultaba más peligrosa de lo que parecía. Y el control que mi padre y ella ejercían en ti sin que tú te dieras cuenta de eso. A pesar de que el amor entre ustedes ya había acabado ella seguía preocupada por ti. Quería que fueras feliz, no solo necesitabas una mujer a tu lado que te amara lo suficiente para estar a tu lado sin dejarse aminorar por tu madre, sino además era necesario que tu abrieras los ojos y te dieras cuenta de que si seguías permitiendo que manipularan tu vida nunca serías feliz. Mientras buscábamos como hacerte reaccionar se nos ocurrió fingir que éramos novios, pero sin poder evitarlo poco a poco empezamos a sentir algo el uno por el otro...

 

Guardó silencio, bajando la mirada. 

—El día de tu cumpleaños pensamos que, si declarábamos nuestra boda eso podría afectarte tanto que padre te dejaría de lado, libre, pensando que no podías heredarlos. Planeábamos rescatarte luego de eso y ayudarte a enfrentar una vida lejos del control de tu familia, estamos desesperados por sacarte de todo esto. Y fue cuando esa joven mujer, Rafaela, se sacrificó por ti. Nos dimos cuenta que no fue correcto buscar hacerte reaccionar a la fuerza y que además, ahí estaba a tu lado la mujer que necesitabas —dicho esto me sonrió con sinceridad—, solo nos quedaba dar un paso al lado pero no contábamos que Giorgio Santoro les jugara sucio a ambos. Fue nuestra culpa no preverlo.

 

Arrugó el ceño, preocupado. No supe que decir, siempre creí que tenían malas intenciones hacia mí y escuchar que fue todo lo contrario, la verdad no sé qué decir. Solo Guardé silencio intentando no lucir nervioso, aunque parece haberse dado cuenta ya que colocó su mano en mi hombro en forma cariñosa. 

 

—Perdón hermano, debimos decirte todo desde un principio. Quisimos ayudarte y al final solo te causamos mayor problema.

 

Se colocó de pie tomando unos documentos que tenía en su escritorio para extenderlos frente a mí. Los tomé sin entender que era esto, pero es probable que sea por la razón por la cual me ha llamado con urgencia.

 

—Te llamé por Giorgio Santoro. Me he estado reuniendo con él cuando descubrí que estaba juntándose en secreto con algunos socios de nuestro padre. Fue sospechoso que alguien de nuestra competencia más directa quisiera de la nada asociarse contra nosotros. Más aun cuando debe conocer al revés y al derecho el tema del monopolio, tanto los hoteles Hall, como los Hoteles Gran Skyp ocupan el 80% del mercado hotelero del país. Supuse que escondía algo más, mira esos documentos, habla de tratos de colusión futura, y Fíjate el último documento. Giorgio planea fusionar ambas empresas para luego manejar los valores del mercado a su gusto, pero dejando a otro tipo como presidente de su compañía. Lo que planea es destruir a nuestro padre, acabar con todos los Hoteles Hall, declararse inocente por estar lejos del manejo de la empresa para luego llegar como el héroe a retomar el cargo y quedarse con el hotel más grande del país. 




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