10. “Para mí, todo tiene significado.”

Marta

Realmente no podía entender cuál era su relación. ¿Solo amigos? Pero entonces, sus palabras sobre cómo conocía bien el apartamento no encajaban, más bien daba la impresión de que habían tenido una relación... ¿Tal vez ella está enamorada de Daniil? Pero, ¿él siente lo mismo? Demasiadas preguntas...

— Bueno, nuestra relación es bastante complicada. O tal vez, por el contrario, simple, no lo sé — suspiró. — A los diecinueve nos prometimos que no habría nada entre nosotros, que seríamos amigos, porque la amistad es más importante. Y antes de eso, ella simplemente me daba largas. Desde los catorce años.

— ¿Quizás no cree que nuestra relación sea ficticia? — sugerí. — Por eso estas visitas, las propuestas de salir juntos. ¿Quiere hacer una prueba?

— No lo sé — Daniil suspiró. — Pero al final del día, es mi vida, ella no tiene nada que ver con eso. Quiero decir, no puede influir en mí.

— Sí, claro — sentí satisfacción al escucharlo decir eso. — Realmente, nadie puede influir en la vida de otra persona... ¿Me ayudas a poner la mesa en el comedor?

— Sí, sin problema — asintió. — Dime qué hacer...

***

Después del almuerzo, recordé que quería visitar a mi madre y llevarle dinero. Se lo mencioné a Daniil.

— ¿Vendrás conmigo? — pregunté. — ¿O prefieres que vaya sola?

— Tengo entrenamiento esta noche, así que mejor ve sola, ¿de acuerdo? Podemos ir juntos en otra ocasión, para que no se preocupe.

— Sí, sin problema, entonces llamaré un taxi...

Mi madre me recibió con preocupación:

— ¿Estás bien? ¿Nadie te maltrata? — preguntó cuando le entregué el dinero.

— Todo está bien — dije. — La abuela de Daniil me trata muy bien. Ayudo en la casa, cocino, voy de compras. Así que considera que solo estoy trabajando como asistente del hogar.

Lo dije para que mi madre no se preocupara demasiado por mi estatus de "prometida".

— Pero pareces triste... — me miró atentamente. — ¿Daniil no te está acosando? Si lo hace, solo dímelo. Lo pondré en su lugar. Podemos encontrar el dinero de otra manera.

— No — negué con la cabeza rápidamente. — ¡Por supuesto que no! Y casi nunca está en casa...

— ¿Estás segura? ¿Ninguna insinuación? ¿Nada de eso? — continuó mi madre. — Aunque parece un buen chico, sigue siendo un hombre... Y sabes lo que quieren los hombres...

— Bueno, lo has visto — dije, sintiendo que mi corazón latía demasiado rápido. — Es educado... Creo que si necesita sexo, lo encontrará sin mí. Sabes cuántas admiradoras tienen los futbolistas.

Y también estaba Marina... Pero no le conté a mi madre sobre ella. Cambié el tema a la salud del pequeño.

— Bueno... Lo importante es que no te acose y que tampoco te guste — dijo finalmente. — Entonces estás a salvo.

— A salvo — asentí. — No te preocupes por mí. ¡Soy una chica adulta!

Por nada del mundo le diría que sus palabras sobre que no me gustaba Daniil no eran ciertas...

***

Cuando regresé a casa, Daniil aún no había vuelto. Pero sabía que tenía un partido al día siguiente, así que pensé que tal vez estaba entrenando intensamente y no me preocupé demasiado. Cené con la abuela, luego ella se fue a su habitación, y Daniil aún no había regresado. Decidí preguntarle cuándo volvería para calentar la cena. Llamé a su número, pero el teléfono no respondía.

Por alguna razón, pensé de inmediato en Marina. No sabía qué decía el mensaje que ella le había enviado por la mañana. Y no sabía qué le había respondido Daniil. Tal vez la había invitado a una cita y yo estaba esperando en vano.

Probablemente debería haberme ido a dormir, pero llamé a su número de nuevo. Solo esperaba que estuviera bien... Tal vez un accidente o algo peor... El teléfono seguía sin responder...

Me quedé sentada en la cocina, incapaz de irme a dormir, cuando de repente escuché que se abrían las puertas de entrada. Me levanté de un salto y corrí al pasillo. Vi a Daniil, que se quitaba los zapatos tranquilamente, como si nada hubiera pasado, como si no hubiera llegado tan tarde. Al estar cerca de él, sentí el aroma de un perfume femenino. Así que definitivamente había estado con Marina, ahora no tenía dudas...

Daniil

El entrenador no dijo quién jugaría por la mañana, y eso me enfurecía. Pero no hice ninguna escena. Soy un profesional. ¿Qué más podía hacer?

Mi ánimo estaba por los suelos, incluso quería emborracharme, pero, por supuesto, no podía. Así que, para sacarme esa tontería de la cabeza, corrí diez kilómetros extra, y solo después me fui a casa.

En el ascensor me encontré con una vecina que olía a un perfume floral barato. Pensé que el día no podía empeorar más.

Cuando entré en casa, Marta me miró de una manera extraña.

— ¿Pasa algo? He estado corriendo. Aún no me he duchado después de eso. Aunque sí lo hice después del entrenamiento.

— Te llamé, quería preguntarte si cenarías, pero supongo que no tienes hambre — dijo después de una breve pausa.

— ¿Por qué no tendría hambre? — no entendí.

— Bueno, tal vez comiste algo con Marina — apartó la mirada. — Pero si quieres, puedo calentar la cena ahora.

— No he comido, solo he entrenado y luego corrido, y mi teléfono se quedó sin batería. No voy en coche al entrenamiento, corro para moverme más. Así que no cargué el móvil.

— Ah — vi que su rostro se iluminó con una sonrisa. — Maldición, no pensé que podría haberse descargado. Pensé que estabas en una cita...

— ¿No te dije que Marina y yo somos amigos de la infancia? No una pareja — fruncí el ceño.

— Lo siento por haber dicho eso — Marta se sonrojó. — No quería ofenderte...

— No me ofendo — suspiré. — Bien, iré a ducharme. Luego cenaremos y a dormir, porque mañana es un día importante...

***

Cuando ya estábamos en el dormitorio, no podía dormirme. Me quedé acostado boca arriba mirando el techo, mientras Marta fingía dormir. Pero se notaba que, a pesar de tener los ojos cerrados, su cuerpo no estaba relajado como suele estarlo en las personas dormidas, y su respiración no era tan uniforme.