Corrimos, su pecho no era distinto al mío; tampoco sus sentimientos.
Nos escondimos, sus manos alcanzaron las mías; sus dedos se acoplaron con los míos.
Respiramos al mismo ritmo, su aliento humedeció mis labios; sus gemidos encendieron mi estómago; sus latidos se mezclaron con los míos.
Nos unimos…