Novio Falso; Jeon Jungkook [#1]

VISITA

 

  —La acusé de querer buscar conexiones. —Jiah señaló con los palillos metálicos a Haneul.

En ese momento me llevé a la boca un bocado de arroz, mientras escuchaba lo que habían hecho luego de que me fuera ayer.

  —¿Te gusta sacar a la luz lo que aparentan ser? —pregunté verdaderamente curiosa.

  —No es mi pasatiempo favorito, pero si tengo la ocasión de dar unas palabras para ver su reacción, no dudo en tomarla.

Negué suavemente y miré a Haneul que permanecía en silencio. No había mucha diferencia de su actitud cuando estábamos con el anterior grupo, Kang no es de personas tan habladoras como Jiah.

El día anterior no pude volver a hablar con ellas por cuestión de unos trabajos que debía realizar y no toqué en demasía el teléfono. La última persona con la que interactué de mi círculo de amigos que se reduce a tres, fue Jungkook.

Ahora estábamos en la hora del almuerzo. Como era de esperarse, fuimos las habladurías del día en el momento en que las tres entramos juntas conversando. No lograba escuchar lo que decían, pero sabía que no paraban de mirar en nuestra dirección.

Me fijé en Jiah que estaba al frente de mí. Envuelta con una sudadera negra, el cabello rubio rizado recogido en un moño hecho cebolla —aunque algunos rizos se escapaban— y pantalones deportivos. Luego miré a mi costado, que estaba sentada Haneul con un aire simple, una camiseta blanca metida por sus pantalones oscuros de cintura. Un moño de cola alta y su flequillo bien peinado, en las puntas del cabello achocolatada traía sutiles ondulaciones. Los movimientos elegantes la acompañaban. Al contrario de Jiah, que su postura era más despreocupada.

Le di un toquecito en el hombro a Haneul con la palma. —Que no te incomode Jiah, a ella simplemente le gusta arrinconar a las personas.

Ella sonrió con timidez. —Oh, no. No me importa que sea así, es sólo que no estoy acostumbrada a las personas que dicen lo que piensan.

Jiah la volvió a apuntar, pero esta vez con comida entre los palillos. —Deberían intentarlo, te hace sentir ligera.

Con mis palillos bajé el suyo hasta el plato con una sonrisa plana. —Si~ es bonito que seas franca en algunas ocasiones, pero hay algo que se llama sutileza y empatía. —Continué comiendo.

  —No soy tan burra Misuk, sé con quién utilizar el tacto. —Se llevó otro bocado de comida.

Mantuvimos un agradable silencio momentáneo, cada una con sus propios pensamientos, claro, Jiah a veces murmuraba cosas, pero para sí misma. Así que me distraía con sus murmullos.

Aún así, logré enfocarme en lo que quería preguntar desde anoche, cuando permanecí despierta por unas horas demás analizando todo lo que había revelado Haneul sobre la condición de Siyeon.

Hablar de esto no era cualquier cosa, era un tema serio porque involucra la salud mental de una persona y que dependiendo de cómo se encontraba podría afectar a otros, ya sea físicamente o verbalmente.

  —Jiah, ¿qué piensas de lo que reveló Haneul de Nam? ¿Lo sospechaban? —Hice las primeras preguntas de las cuales tenía más curiosidad.

Ella dejó los palillos a un lado de la bandeja y entrelazó su manos para posicionarlas frente al surco de la nariz.

  —Está claro que ninguno sabía que Siyeon tiene esta condición. No estoy segura si el propio Tae era consciente.

  —Pero todos llegaron a sospechar algo.

Jiah asintió. —Sí, estábamos de acuerdo en que Siyeon no es del todo cuerda en cuanto a relaciones.

Toqué con los dedos a un ritmo lento la mesa. —¿Y cuál es tu opinión al respecto?

Haneul dejó de comer y prestó atención a las palabras de Jiah. En realidad, todas ya habíamos terminado de comer. —Cuando conocí a Siyeon, fue por Tae presentándola como su novia. Y aunque al principio quiso ganarse la confianza de todos, sentí un aura pesada proveniente de ella. Tiempo después me di cuenta que era intensa con él y falsa con el grupo.

Haneul intervino. —Intensa... ¿Acaso se la pasaba mucho encima de él, enviándole mensajes e intentando que toda su atención recayera en ella?

Jiah cerró los ojos y asintió. —Pensé que era de esas niñas pegajosas y controladoras. Lo peor es que sabía jugar bien las cartas y no parecer ante Taehyung que lo tenía con mil ojos vigilantes sobre él.

Ladeé la cabeza. Si Siyeon estaba tan obsesionada con Tae, ¿cuándo tuvo la oportunidad de empezar a buscar la atención de Jeon? —¿Jungkook te dijo el momento en que Nam empezó a coquetearle?

La rubia bufó. —Ni hizo falta que me lo dijera. —Se señaló un ojo. —Con estos ojitos presencié el nefasto momento.

  —¿Es que siempre estás en el lugar oportuno o cómo? —pregunté arqueando una ceja sorprendida del hecho de que Jiah escuchaba conversaciones o veía escenas de índole sospechosa justo en instantes inesperados.




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