ENCONTRARTE

[Veintisiete]
 

Inevitablemente pasé toda la noche sin dormir, rodé sobre la cama con una ansiedad que no permitía que cerrara los ojos, ni hallaba una posición cómoda por la inquietud que sentía al desconocer el paradero de Misuk.

Jiah me corrió de su casa una vez que determinamos lo que haríamos a continuación, quería que descansara en mi casa lo que restaba de la noche hasta encontrarnos en la estación por la mañana. 

¿Pero cómo podía descansar sabiendo que Misuk fue secuestrada por un lunático?

Observé la única foto que tenía de Misuk en mi galería. ¿Por qué no teníamos fotos juntos? ¿Por qué no le confesé mis sentimientos en aquél momento cuando ella dio el primer corto paso? 

Quizás me veía como alguien que entró en crisis por la ausencia de una persona. No lo podía evitar, estaba preocupado y mi mente no pensaba con claridad. 

Lo único que rondaba era el pensamiento de que ella permaneciera bien donde sea que estuviera.

Apreté los puños cuando otros pensamientos atroces se interpusieron a la imagen de mi preciosa Misuk. Casos que he escuchado toda mi vida por mi padre, escenarios que he leído en la desaparición de una persona.

Tortura, maltrato, violación, muerte... No.

Mi cuerpo se tensó y elevé las manos hasta mi cabello para tirar de los mechones con una ansiosa desesperación.

No. No debía continuar por ese hilo de pensamientos. Me estaría lastimando si seguía pensando negativamente. 

Podría ser imposible debido a las circunstancias, pero tenía que pensar en positivo, que la encontraríamos pronto y que ella estaría bien.

Me había sumergido profundamente en distintas cosas que pensaba, que el tiempo pasó rápido y la mañana había llegado.

El timbre del teléfono sonó y en la pantalla previsualicé el mensaje de Taehyung que ya estaban en la estación y esperaban por mí.

Me levanté en una exhalación y fui al baño a asearme y espabilarme en un intento de quitarme la cara de cansancio que seguramente llevaba, pero no sentía por la adrenalina de saber que Misuk no estaba.

Taehyung y Yoongi se habían enterado por mi parte anoche. E insistieron en acompañarme por la mañana a la estación para averiguar qué podía haber sucedido y claro, hablar en persona de cierto tema.

También me costó lo suyo convencer a Jiah y su amiga de quedarse en la casa. Se quedó en cuanto le dije que por obra de algún milagro, Misuk podría regresar a la casa. Y por supuesto, una mínima parte de ella se retuvo al escuchar que Yoongi estaría cerca.

Mientras iba al volante, la imagen de los padres de Misuk se instaló en mi mente. Tanto Jiah como yo no nos sentíamos seguro de hacerles saber que su hija había desaparecido. Entendíamos que ellos tenían derecho y que no se les podía ocultar por mucho tiempo. El hecho de retrasar más el momento, podría volver agravante la situación.

La mejor opción era comunicarles la noticia una vez que el policía descubriera o nos diera un informe de la situación.

Bajé del auto con la atenta mirada de Tae que aguardaba a pie de la acera, era posible que Yoongi estuviera ya en el interior, esperando sentado.

  —Estoy bien, deja de mirarme así —comenté suavemente una vez llegué a su lado con un porte cabizbajo y las manos en los bolsillos de la chaqueta.

No pareció convencido con mis palabras por su expresión de ojos entornados. —No pareces bien. ¿No dormiste, verdad? —cuestionó en aquel tono de voz tranquilizadora, ronca y suave.

Exhalé con fuerza por la nariz y detuve mis pasos para girarme de costado. Clavé la mirada en la suya. —Dime, ¿tú descansarías si supieras que han secuestrado a una persona importante para ti? —Cada palabra me costó pronunciarlas de una forma normal. El solo hecho de pensar en la realidad, formaba un nudo en mi garganta.

Expulsó aire por su boca y me dio una palmada en el hombro. —Sé que no la estás pasando bien, simplemente quiero decirte que no te desgastes tan pronto.

Nos miramos por unos segundos más, pero corté el contacto visual para no perder más el tiempo en esa charla. El informe no se iba a hacer solo.

Como lo suponía, Yoongi esperaba por nosotros en el interior, y se levantó de la silla una vez que nos vio entrar.

  —Creí que sería el último en llegar, pero vaya sorpresa al ver que no fue así. —Yoongi profirió una mueca, seguramente al ver mi aspecto. Aunque hice lo que pude, se notaba a leguas que el cansancio y estrés hacía mecha de mi.

Pasé de su lado ignorando su comentario. No quería más charla que se interpusiera a lo que debía hacer primero. Pero no se me escapó el detalle por el rabillo del ojo cuando Taehyung se colocó al costado de Yoongi y palmeó con delicadeza su hombro. Ni tampoco se me escapaba de mis oídos el murmullo de sus voces porque me pisaban los talones.

  —No durmió. —Más que una pregunta, lo dijo como un hecho al que identifiqué sin mirar, la voz de Yoongi.

  —¿Esperabas que lo hiciera? —Ambos sabían que podía oírlos mientras nos dirigiamos a un lateral para hacer la denuncia.