Novio Falso; Jeon Jungkook [#1]

ENFRENTAMIENTO

[Treinta y tres]

 

Todavía podía recordar la incertidumbre y la sensación de estar perdida en mi propio mundo para aquél primer día que sería diferente al resto que había tenido en toda mi vida. 

Un primer lunes en el que incluso respirar se sintió de manera inusual, extraño, pero sin evitar que el cosquilleo recorriera cada parte de mi cuerpo ante la expectativa.

La expectativa ante un nuevo día con un futuro prometedor que se alzaba frente a mí. Ya no me levantaba para arreglarme y asistir a la universidad.

Como lo había dejado, no tenía esa necesidad y tensión sobre mis hombros en el que cada pensamiento era sobre tener cuidado para no cometer ningún fallo para ese día. No, ya no existía esa carga que sólo entumecía mi corazón con el pasar de los días.

Por primera vez podía sentirme relajada en todo sentido. Por ahora no tenía que preocuparme ni atormentarme con la mortificación latente sobre mi futuro. El tema de los estudios era algo delicado para mí, no estaba para nada contenta con la medicina, y ahora que ya no volvería tocar ni un libro con respectivo tema, me aliviaba y me llenaba de dicha en sobremanera.

No había nada de qué preocuparse por ahora... Todo comenzaba a caer en su debido lugar.

Sí... Sonreí con la vista clavada en el techo de mi habitación. Recordé el hermoso fin de semana que pasé al lado de Jungkook. Dos días maravillosos donde nos hicimos compañía y pudimos hablar tan extensamente que a veces me asombraba lo fluida que podía ser nuestras conversaciones. Parecía tan natural entre nosotros contarnos anécdotas, trivialidades, secretos, pensamientos, remordimientos, sueños, metas, frustraciones... La conexión que crecía entre nosotros afianzaba nuestra confianza en el otro.

Después de haberle contado ese pasado del cual no estaba orgullosa, prosiguió a echar otro granito de arena que solo continuaba en acumulación para enamorarme un poquito más de él. Su compresión y el modo en que me trató entenerció mi agitado corazón y removió mis entrañas. Más que mi novio, podía sentir que también era mi amigo, y tener aquella sensación no se podía comparar. Porque significaba que podía contar en cualquier momento con él. No me fallaría, porque antes de ser pareja, nosotros éramos amigos. E incluso si terminábamos, tenía la seguridad de que la relación especial que se tejió no se rompería.

Evoqué la conversación que habíamos mantenido luego del frenesí y que la llama de la pasión se apagó.

—¿Y qué piensas hacer ahora? —La voz afable de Jungkook llegó como un susurró detrás de mí oído. Me sentía tan a gusto en sus brazos. Le estaba dando la espalda y él me tenía ceñida completamente desde atrás, trazando con su pulgar dulces caricias inocentes en mi abdomen.

—¿Respecto a qué? —pregunté un tanto soñolienta, aunque no debía dormir porque pronto tendría que regresar a mi hogar, a pesar de sentir que ya estaba allí.

—Ya sabes cariño, si abandonaste los estudios de medicina, ¿harás aquello que te gusta?

No pude evitar mordisquear mi labio inferior al pensar en sus palabras. Por supuesto que tenía en mente poder hacer aquello que verdaderamente me entusiasmaba, pero un pequeño temor se sembró en mi interior y apenas germinó.

—Dime Kook, ¿ha sido obvio para ti que no disfrutaba de lo que estudiaba?

El mudismo nos invadió brevemente, cada uno con sus propios pensamientos, pero Jungkook no tardó en eliminarlo. —Cariño, no es por alardear, pero se me da muy bien analizar a las personas con su simple silencio. —Sonreí ante su tono de adulación hacia sí mismo. —Pero tenía la ventaja de tres meses para darme cuenta de pequeños matices acerca de ti… —se calló por un momento—. Eh, antes de que digas algo, no soy un acosador, te observaba cuando podía y aprovechaba cuando te encontrabas en mi mismo espacio de varios metros —se excusó, lo cual provocó que soltara una pequeña risita. Escuché que aclaró su garganta y continuó—: Como decía, bastó poco tiempo para darme cuenta de que no estabas cómoda y que tus ojos realmente brillaban cuando aconsejabas a alguien sobre como vestir bien. Lástima que varios no sé lo tomaron bien. —Apretó los brazos y me acercó más, si fuera posible. —Ellos se lo pierden. —Besó mi cabello.

—Siempre tuve esa sensación de ser transparente ante ti. Me asustaba porque pensaba que mi fachada estaba fallando. Y que si una simple persona que apenas me conocía de unos días se daba cuenta, ¿cuánto no tardarían los más allegados en verlo también?

Sentí sus manos hacer presión en mis caderas y me volteé siguiendo su movimiento. Quedé de espaldas y él se hincó sobre su codo para verme desde arriba. Tenía el cabello desordenado y sus ojos resplandecían a más no poder, junto a sus pómulos rosados. Se veía sumamente hermoso.

Alzó su mano y deslizó con sus dedos alrededor del costado de mi rostro. Sonrió tranquilo. —No estabas fallando amor, la cuestión es que yo estaba demasiado interesado en ti y es por eso que veía más allá.

Deslicé un dedo sobre su frente y aparté el mechón que caía, de nada sirvió cuando bajé hasta su mentón y éste volvió a su lugar. —Aún no les he dicho lo que estudiaré.

Se empezó a distraer con mi cuello, bordeando con la punta de su dedo seguramente un chupón que había dejado allí. —¿Y qué piensas estudiar?

Fruncí los labios suavemente, lo cual llamó su atención y detuvo el movimiento circular en mi cuello. —Ya te habrás dado una idea, pero es sobre estilismo o asesoría en imagen. No estoy segura. Necesito investigar ahora que puedo.




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