Lorena estaba sentada en una banca del colegio viendo como unos chicos jugaban fútbol.
"¿Quién será ese chico? —pensó la joven—. El hijo del jefe de mi madre. Lo único que recuerdo de ese señor es que una vez llegué a su casa y partí un florero muy costoso haciendo que alguien se cortara. Pero nunca vi a su hijo porque se iba de viaje en sus vacaciones, así que tiene que ser un chico bastante refinado que debe ser muy popular y engreído, lo peor es que ahora tiene novia. Esa chica me va a dar una paliza cuando se entere que yo armé todo este problema".
En aquel momento el balón con el que estaban jugando los estudiantes golpeó a Lorena en la frente haciendo que cayera de espaldas de la banca golpeándose fuertemente con el suelo, no escuchó nada por un momento, sólo vio que un joven con unos hermosos ojos grises le hablaba bastante asustado. El sudor corría por su frente y su cabello negro estaba húmedo, sus labios eran de un rosado oscuro y lo hacía ver sumamente lindo.
—¿Este es el cielo? —preguntó Lorena.
—¿Qué? —inquirió el joven. Miró a todos lados y empezó a gritarles a sus amigos.
"Si voy a tener a un novio me gustaría que fuera como él, sería igual como los libros que leo donde el chico guapo se enamora de la joven tímida y un poco rara. Sería un gran cliché donde todos sabrían el final, pero sé la razón por la que los leen, es algo que todos quisiéramos vivir. ¿Será que el hijo del jefe de mi madre es así?, ellas dicen que es muy guapo" pensaba Lorena mientras dormía.
Empezó a despertarse y escuchó algunos ruidos a su alrededor, abrió sus ojos y vio a aquel muchacho observándola, le mostró una sonrisa que se veía aliviada.
—Está bien —dijo la enfermera.
—Pensé que la había matado —soltó el muchacho con alivio.
—¿Es la rara del parque? —escuchó Lorena.
—Sí, es ella, ¿quién hubiera pensado que estudiaba en nuestro colegio?
"¿Por qué todos siempre me tachan de rara?" pensó Lorena.
Cristian era el chico que había golpeado a Lorena con el balón y Camilo el joven que estaba con él. Lorena observaba a los muchachos con algo de impresión, seguramente conocían al hijo del jefe de su madre, se veía que ellos eran bastante populares en el colegio.
—¿Cómo te sientes? —inquirió Cristian.
—Bien. Creo que perdí el conocimiento por un momento —respondió Lorena mientras se sentaba.
—Te golpeaste fuerte. —Cristian volvió a mostrar una sonrisa— Bueno... Entonces, si ya estás bien, nosotros nos vamos, perdimos una hora de clase —los dos jóvenes salieron de la enfermería dejando a Lorena con aquel sueño romántico como castillos de humo.
—Creo que sería mejor que vayas a tu casa y descanses un poco —sugirió la enfermera.
Lorena estaba en su cuarto dando vueltas en su cama mientras andaba su celular, era algo que le gustaba bastante; tenía muchos amigos, el problema estaba en que no eran de su país natal. De esa manera se volvía asocial donde vivía, algo que seguramente la hacía ver rara frente a las otras personas, pero, en realidad no lo era, en lo absoluto; solo que prefería el mundo virtual y los libros.
—No tengo nada que decir al respecto, hoy voy a desmentir aquel malentendido —decía Lorena por una vídeo llamada.
—¿Por qué mentiste diciendo que tenías novio? —inquirió su mejor amigo Marc.
—Mis hermanas y mi madre no dejaban de molestarme sobre eso de que soy lesbiana. No lo soy, ¿sabes?, sé que algún día encontraré a un chico que me quiera.
—¿Y cómo lo harás si no hablas con nadie? —cuestionó Marc.
—Bueno... Me dijiste que a comienzo de este año vivirías con tu abuela, ¿qué sucedió?
—Lorena, lo que sucede es que vivir con mi abuela es muy… aburrido.
—Viviríamos cerca... No tengo con quien salir a paseos y cómo conocer gente, estaría a tu lado y buscaríamos novio, ¡¿eso no es divertido?! —Lorena se emocionó con solo decirlo.
—Así que quieres un novio para poder seguir con tu farsa —soltó Marc y después un gran silencio llenó el cuarto— ¡Lorena, eso es absurdo!
—¡¿Pero, por qué?! Hoy mi madre y mis hermanas no me molestaron en lo absoluto, estaban alegres conmigo y eso me hizo sentir muy bien.
—¡¿Pero qué cosas dices niña?! Ellas están así porque creen que eres la novia del hijo de su jefe, sabes que será imposible el que tú lo seas de verdad y vas a terminar como una loca que inventó toda una novela. Es la peor farsa que me han contado, en serio —refutó Marc y después puso los ojos en blanco.
—Yo nunca dije que era novia de ese chico, ellas fueron quienes lo inventaron, fue un malentendido...
En aquel momento se escuchó un ruido en el primer piso.
—¡Lorena! —era el grito de su madre.
—Llegó mi mamá, hablamos más tarde —dijo Lorena.
Bajó las escaleras y observó la peor escena, era más aterrador que sus pesadillas de media noche.
—Buenas noches Lorena, vaya, has crecido mucho —era el jefe de su madre con una gran sonrisa desplegada.