Novios por accidente

Capítulo 19: migajas de recuerdos

La historia fue así, Lorena después de levantarse del piso comenzó a cantar con fuerza y Camilo decidió llevarla a uno de los cuartos de la casa con ayuda de Robert, pero la joven llegó a un punto en el que no pudo ni caminar, por esa misma razón Robert la cargó.

La hicieron entrar a una habitación y lograr que se durmiera, pero ella estaba empecinada en que debía bajar a la fiesta. En un momento parecía que ella ya estaba calmada y a punto de dormir cuando, de repente, se sentó en la cama y trató de quitarse el vestido ¡y en frente de los muchachos!

—¡No, no, no! ¡Lorena! —Camilo trataba de detenerla.

—¡Tengo calor! —soltó la joven.

—Pero no te quites el vestido —decía Camilo.

—Es mi cuarto, yo puedo hacer en él lo que quiera.

—No, este no es tu cuarto, por eso no puedes hacerlo.

—¿Cómo que no puedo hacerlo?

—Sí, no puedes hacerlo.

En aquel momento el celular de Robert comenzó a sonar y al contestar, le informaron que su prima Sasha estaba creando un gran espectáculo junto con otra chica en la piscina. Y sí, ellas dos estaban gritando como locas en el patio de la casa.

El joven llegó y trató de calmarlas, pero ellas lo aventaron a la piscina para después tirarse también. Desafortunadamente, Laura no sabía nadar, así que comenzó a ahogarse y Cristian, que estaba viendo aquel espectáculo fue a su rescate, pero él también estaba tomado y comenzó a ahogarse.

Los dos jóvenes fueron ayudados por Robert y otros chicos que estaban un tanto en sus cabales.

—Casi te ahogas —le decía Laura a Cristian.

—Tú también —dijo el muchacho y los dos comenzaron a reír.

Se dirigieron al cuarto en el que estaba Lorena. Robert llevaba a su prima cargada, para ese momento ella se había dormido en sus brazos. Al entrar, Lorena vio a Laura completamente mojada y empezó a reír con mucha fuerza, al igual como también lo hizo su amiga.

Pero, al ver Laura a Camilo, comenzó a llorar.

—Tú…, ay no —Laura llevó una mano a su pecho—, tú, ¡tú…!

—Amiga, ¿qué te sucede? —inquirió Lorena, trató de levantarse de la cama, pero cayó al piso.

Eso hizo que Laura volviera reír, pero, después empezó a llorar.

—¡Ay, no puedo ver nada, no puedo ver nada! —empezó a gritar Laura.

Esto hizo que todos se asustaran e intentaran ayudarla, sin embargo, Laura de un momento a otro empezó a reír.

—Se la creyeron, wey —dijo.

—Están locas —soltó Robert.

Lorena se levantó del piso y entre tambaleos, se acercó a Cristian, lo miró fijamente con el ceño fruncido.

—Tú… eres un idiota —le dijo.

Cristian comenzó a reír mientras la veía.

—Novia mía, ¿estás enojada conmigo? —le preguntó mientras llevaba una mano a su rostro.

—¡Suéltame! —gritó Lorena con mucho enojo.

Cristian borró la sonrisa de su rostro, volteó a ver a sus amigos que los veían fijamente.

—¿Son novios? —preguntó Robert a Camilo.

En aquel momento Lorena se abalanzó a Cristian mientras gritaba y los dos cayeron al piso. La joven como loca comenzó a golpearlo, pero, al estar ebria, sus golpes no eran la gran cosa, de hecho, se veía bastante gracioso, por lo mismo sus amigos no dejaban de reírse.

—¡Lorena, cálmate, cálmate! —gritaba Cristian.

—¡Eres un idiota, eres un idiota! —decía Lorena.

La joven dejó de golpearlo y comenzó a llorar.

—Eres un idiota —soltó—, ¿cómo es que no te das cuenta?

—¿De qué? —preguntó Cristian.

—Estoy enamorada de ti y no te das cuenta.

Camilo llevó una mano a su boca de la impresión, esto debía grabarlo. Rápidamente, sacó su celular y comenzó a filmarlos.

—Lorena, estás ebria —dijo Cristian.

—No, eso no es cierto —Lorena llevó una mano a su pecho—, Cristian, yo te amo, ¿no lo ves? ¿Cómo puedes tratarme mal cuando me siento así por ti?, no quiero que seamos novios de mentiritas, quiero que sea real.

 

Cuando Lorena se despertó, sintió un fuerte dolor de cabeza atormentarla, como si le estuvieran taladrando el cráneo, y para colmo de males, también su estómago estaba hecho un ocho.

Se bajó de la cama y corrió al baño que había en la habitación y vomitó. Se sentía muy mal y sin nada de fuerzas.

Fue muy mala idea el embriagarse de aquella manera siendo esa noche su primera vez en una fiesta tan revoltosa. Su boca estaba muy seca y su cuerpo le gritaba a todo pulmón que tomara mucha agua.

Al salir del baño se dio cuenta que estaba sola en la habitación y fue cuando notó que no sabía dónde estaba, era la primera vez que dormía allí.

Abrió la puerta y se encontró con un largo pasillo en los que había en total cinco puertas de madera oscura sin contar por la que ella había salido. Había cuadros de paisajes urbanos colgados en las paredes blancas y altas del pasillo que le daban un toque artístico y a la vez refinado al lugar. En el techo había vigas de madera oscura en la cual colgaban lámparas de cristal brillantes que daban mucha luz y un aire elegante que dejó a Lorena con la boca abierta.




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