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VII. Rara situacion

Capítulo 7: Rara situación

 

Definitivamente eso no era lo suyo, es decir si amaba el vestido azul marino que estaba usando y definitivamente los aretes estaban los más de preciosos y seguro que estaba cansada de oír de sus padres y hermano lo lindísima que lucía con esos zapatos altos de tacón fino que la estaban matando, su madre realmente se había pasado.

Comprendía que verían a sus padrinos nuevamente después de años de que ellos estuvieran en el extranjero y conocerían a sus hijos pero no estaba acostumbrada a os tacones, para ella los convers eran la mejor invención del mundo , eran comidos , livianos y se moldeaban perfectamente a sus pies que no sentía más que perfección al ponérselos, sin embargo aquí estaba con un hermoso vestido, maquillaje cálido y perfecto para su piel, lindos aretes y unos insoportables tacones de ,los que se desharía si la fiesta se tardaba más  horas de lo esperado.

 

― ¿En serio tengo que ponerme algo tan incómodo?―inquirió mientras señalaba los tacones una y otra vez para que su madre captara la pregunta en cuestión.

― Debes lucir elegante linda, así como tu madre― pellizcó su mejilla derecha y Grace se quejó en voz alta.

―Mamá basta, me siento incómoda con ellos de verdad, puedo usar un vestido más largo y ponerme mis convers nadie lo notará― la mirada que le dio respondió todo, esta mujer no iba a ceder.

Se rindió y espero la hora en la que tendría que irse, su padre estaba vestido tan elegante si se pudiera aún más de cómo lo hacia generalmente en su trabajo, de verdad parecía que la fiesta era muy importante. Recordó que solo e algunas semanas ella tambien estaría de cumpleaños y sonrió por el regalo que seguramente recibirá.

 

El momento tan “esperado” llego más rápido de lo que imagino, mas sin embargo no dudo en colocarse los tacones e intentar no tropezar cada dos por tres pasos que daba, la limosina  (la que no era usada con mucha frecuencia) los esperaba para dirigirse a la nación de los Manson que estaba a solo algunos treinta minutos de su casa.

Subió a ella y espero que esta fiesta no fuera tan desastrosa como la última a la que fue, esos aperitivos encima de todas las fresitas del lugar fue uno de los mejores momentos que paso, aunque recibió un buen regaño por ese motivo que la tuvo sin celular por una semana. Suspiro, el ambiente de fiesta se observaba metros atrás de llegar al destino.

Parecía que literalmente habían echado la casa por la ventana, seguro sus amigos ya estaban dentro y todo sería más fácil de soportar. Bajaron al instante de aparcar la limosina y sonrió a las cámaras que se encontraban en el lugar. ¿Era normal  sentirse algo asfixiada por todo? ¿Acaso podría soportarlo?

Camino lentamente junto a su  madre y hermano y por fin entraron al lugar, busco con la mirada a sus amigos y los encontró riéndose de alguna broma o chiste que habían contado, eso le emociono demasiada puesto que no se sentiría tan aburrida en toda la fiesta.

―Hay que buscar a sus padrinos y los chicos ―asintieron a las palabras de Deborah.

Se acercaron al salón principal, la casa era enorme pintada de un azul marino con detalles muy lindos en las paredes, el poso de azulejo que parecía brillar y que seguramente se habían tardado mucho tiempo en enserar, era de dos pisos uno menos que la de la casa de los Wilson pero aun así, una construcción tan majestuosa que parecía de ensueño. Claramente se notaba que los señores Manson si sabían cómo lucirse con una fiesta.

― Allí están Dave y Merary vamos hacia ellos―en el salón la música era diferente al que estaba en los pasillos y mientras más se acercaban todo el ambiente cambio drásticamente.

Especialmente porque sin saberlo exactamente estaba frente a Darren, Grace casi pega un brinco del susto al verlo junto a Lizzy y dos señores que obviamente eran sus padrinos sonriéndole ¿amablemente?

¿Qué estaba pasando aquí?― fue la pregunta que paso por su mente en ese mismo instante.

―Hola Gracy, que lindo que estés aquí ―Missy la saludo de lo más alegre con un beso en la mejilla, el que devolvió al instante.

―Hola Missy

― Pero que lindos que están mis dos niños, no pensé que crecerían tanto pero… ¿ya conocen a mis dos hijos? ―asintieron con una sonrisa, fue Merary la que hablo esta vez.

Habían pasado tanto tiempo de trabajo y en otros países que se sorprendieron al ver a sus ahijados, los cuales estaban muy grandes casi como sus propios hijos, la nostalgia la embargo y los abrazó a ambos.

― Que lindo que se conozcan, seguramente que deben llevarse así como lo hacían antes como hermanitos ―Darren y Grace se observaron burlonamente.

― Si claro ―respondieron al unísono habiendo reír a los demás.

― Entonces sabrás que el que esta de cumpleaños es Darren, así espero y me lo felicites― desees de enterarse que era el famoso niño con el que jugaban su hermano y ella cuando esta pequeño no tenía dudas de que era su cumpleaños.

 

―claro madrina, obvio que lo felicitare―desprevenido tomo a Darren en un abrazo algo apretado que lo dejo medio sin aire, y le susurro al oído― “aunque seas el hijo de mis padrinos, aun así no te soporto”―se separó al instante, sonrió algo falsamente y se alejó un poco del ya confundido chico.



#41358 en Novela romántica

En el texto hay: cliche, romance

Editado: 03.06.2020

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