Novios por conveniencia

XII. De álgebra al desastre

Capítulo 12. De Algebra al desastre

Lo más difícil en la vida es aceptar que no tenemos la razón y el hecho de que lo que deseamos no siempre lo tendremos, que la vida no es color de rosa, que el sufrimiento está a la orden del día, somos cobardes, tenemos cicatrices que son difíciles de sanar. Cuando podríamos cambiar si tan solo pudiéramos aceptar que necesitamos de otros y que solos no podríamos soportar todo.

Darren se dirigía a la biblioteca donde una distraída Grace lo esperaba para iniciar sus tutorías, tendrían que quedarse aproximadamente dos horas después de clase, para Grace no había problema porque estaba muy cerca de sus casa, aunque para Darren no era lo mismo ya que estaba acostumbrado  a salir todos los día con sus amigos. Se sentó junto a ella la que no había notado su presencia, hoy iniciaría con algebra y era lo peor de lo que les tocara estudiar, realmente odiaba matemáticas.

―Hola, ya podemos iniciar ―era normal que la viera más linda de lo normal, porque eso era lo que estaba viendo Darren.

―Muy bien ya era hora, empecemos―sacó todos lo que necesitaría y vio a Grace mostrarle un libro de álgebra I del año pasado y solo con verlo le dolió la cabeza.

Todo parecía extraño para ambos chicos ya que prácticamente nunca habían estado en un lugar los dos solos, respirando el mismo aire y compartiendo un día normal como dos viejos amigos que se supone que debían ser. En ese momento en el que comprendieron lo difícil que seria que convivieran esas dos horas, aun así para Grace era una oportunidad e la podía saber por qué del extraño comportamiento de Darren hacia ella prácticamente desde el día de su cumpleaños. Tambien su cumpleaños 16 se acercaba y sabía que debía invitarlo, lo que no le gustaba.

― Tengo algo que darte ―ambos hablaron al mismo tiempo, se vieron sorprendidos pero no dijeron nada.

―Tu primero Grace―asintió y le ofreció un sobre el cual tomo al instante, pero con la duda de no saber de qué se trataba― ¿Qué es esto?

―Ábrelo y veras ―el sobre se trataba de una invitación de cumpleaños que sería en los próximos días y comprendió todo, la chica lo invitaba a su cumpleaños― bueno creo que por hoy hemos terminado solo recuerda recordar las fórmulas que nos dieron el año pasado ya que las necesitaremos…umm adiós ―tomo sus cosas y se levantó rápidamente sin darle tiempo a Darren de poder decir algo.

 

Cuando eres capaz de entender la complejidad de la vida, puedes darte cuenta de que aunque parezca que otros viven mejor de lo que uno lo hace, es una mentira toral. Puedes tener todo el dinero del mundo, la más grande y lujosa casa, la mejor educación, los lujos o todo lo que desees, pero muchas de esas cosas solamente intentan llenar ese espacio vacuo en tu corazón por la falta de ese afecto que solo tu familia puede darte.

Leo a igual que Grace parecían ser chicos tranquilos llenos de alegría de adolescentes por mucho por vivir, pero cuando entraron  a su casa solo encontraron a Marie con la que habían  compartido muchos años de su vida, era como una madre para ellos por la ausencia de los mismos, el recordar que estuvo tanto en los momentos de alegría como de tristeza, los hacían suspirar de nostalgia a aquella época de su niñez donde no existían preocupaciones para ellos.

Marie era estéril por lo tanto uno de sus sueños, el de ser madre nunca se pudo cumplir, aunque conoció a esos dos pequeños revoltosos como los decía su vida se llenó de luz, le entristeció el saber que sus padres estaban tan lejos y que estaban prácticamente solos, así que fue como una madre para ellos y les dio todo el amor que no podría darle a un hijo de su sangre, tanto así que con el tiempo ellos la llamaban mama lo que le hacía muy feliz, aunque por ese motivo estuvo a punto de perder su trabajo.

―Hola mami, tengo hambre―su niña pequeña a quien tanto quería aun en secreto siempre la llamaba mamá, Grace a pesar de su gorma de ser siempre la estaba abrazando y bromeando con ella.

Para ella Marie siempre seria su madres, aquella que estivo cuando por primera vez alguien la golpeo y ella respondió igual, Marie siempre la aconsejó y defendió, al igual que la primera vez que le vino su “menstruación” fue ella quien estuvo ahí junto a ella diciéndole lo que debía hacer y que no tenía que asustarse, fue quien siempre que se peleaba con alguien  llamaban porque estaba solo ella y su verdadera madre ni sabía todo lo que su hija necesitaba.

―Hola mi pequeña niña ―Grace se quejó peo aun  así sonrió, no podía enojarse con su madre― siéntate ya casi está el espagueti que dijiste que querías ―hizo caso a la petición y se sentó mientras Marie le servía la comida y el jugo de maracuyá― ¿Por qué vienes tan tarde hoy?, tu hermano sé por qué pero ¿tu?―siempre estaba al pendiente de sus niños y le gustaba que tuvieran todo lo que necesitaban.

―Tenía un a tutoría con el insoportable de Darren, serán tres días a la semana que tendré que venir algo tarde má― probo el espagueti y sonrió, su madre era la mejor cocinera del mundo―¡Esta delicioso!,  me tienes que enseñar a cocinar este plato tambien  mami.

―Está bien Grace, solo no pelees con él lo has hecho por mucho tiempo, estas por cumplir dieciséis debes pensar como alguien mayor, tus padres no quieran ver meterte en problemas nuevamente― el silencio volvió a reinar en la sala pero no tenía nada de incomodidad.



#38251 en Novela romántica

En el texto hay: cliche, romance

Editado: 03.06.2020

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