Capítulo 19. Pesadillas… comienzos.
El silencio reinaba en aquel inmenso lugar, todo estaba oscuro y maloliente, una pequeña chica lloraba de manera incansable porque estaba sola y nadie venía a rescatarla, los sollozos se escapan de su boca y la incertidumbre de saber que estaba sola la hacían llorar aún más, a lo lejos las voces parecían ser lo único que callaba aquel silencio sepulcral de ese terrible lugar… pero de un momento a otro callaron y se reflejó ante ella su cuarto, el sudor cubría su cuerpo y la ansiedad parecía no querer dejarla respirar.
Marie trataba de manera desesperada de que Grace se tranquilizara, tenía una pesadilla por la manera en la que temblaba y lloraba, eran más de las 2 de la madrugada y había pasado la noche junto a ella, hasta que sintió que todo volvió a la normalidad y por fin se calmo pudo tranquilizarse. Hace más de una semana que había despertado, después de incontables sesiones con el psicólogo había podía hablar y decía algunas cosas a toda la familia, era tan terrible el verla todo el tiempo como si no estuviera en el lugar, la escuela le había permitido recibir sus lecciones en casa y sus amigos siempre tenían ese deseo por estar junto a ella.
El sol brillaba cuando decidió levantarse de su cama y tomar un baño, constantemente tenia pesadillas y la mayor parte del tiempo se basaban en ese lugar, en ese hombre y en las ganas de salir corriendo para escapar de la realidad, decidió una vez y se hubiera vestido que bajaría a desayunar, ya una semana parecía un buen tiempo para que intentara volver a tener una vida normal, sabía que en algún momento tenía que hacerlo.
Lentamente recorrió las escaleras y bajo para sentarse en su habitual lugar, su hermano le sonrió e intento hacerlo tambien, sus padres la saludaron y aunque en algún momento no quiso hacerlo al final igual y saludo, no hubieron preguntas, ni charlas largas, ni nada incómodo para ella, fue tan tranquilo que pensó en lo bien que se sintió junto a ellos, la tristeza por pensar que sus problemas se solucionarían si dejara de existir y las ganas de no sentirse triste porque eso no le ayudaría para nada.
―En matemática vamos a entregar un trabajo, ¿te ayudo a hacerlo Grace?―sus días por la tarde se basaban en estudiar con Darren, en realidad no se lo imagino pero cada día mas se hacía a la idea de que era un gran chico y que lo juzgo tan mal que ahora no sabe cómo agradecerle.
―Si me encantaría, además hay algunos temas que no recuerdo tanto― se sentía bien el no estar sola y sin nada que hacer, ser útil era lo más le ayudaba para sentirse bien.
Es así como un mes paso volando y entre terapias y más terapias se sintió mejor cada día, no importaba lo que hubiera siempre tenía esas ganas d demostrarle al mundo que podía hacerlo y que creía en ella, siempre que tuviera a personas con las que siempre contaría estarían a su lado. Así se fueron acercando los últimos meses de clases y debía volver otra vez a pisar el instituto, sintió miedo y un poco de ansiedad al saber que quizás todo el coraje que había reunido por estos meses, en un solo momento se desvanecería.
Vio la cantidad enorme de estudiantes que reían sin parar en la entrada de sus aulas, parecían tan felices que tal vez y no les importaría que una persona quien no asistió a clases por un buen rato, por fin volvía… era esa incertidumbre de saber que ese lugar no era el mismo que dejo pero que enfrentar la realidad tenía que ser más importante.
― No debes preocuparte, estamos aquí contigo nada va a pasarte―sintió la mano de Darren apretar la suya, observo las sonrisas dulces de su hermano y sus amigos y sonrió, ¿Por qué tendría miedo?
― Gracias ― sintió nervios pero poco a poco se calmaron, si pudo observar que era el centro de atención, pero recordó que siempre fue así, en ese momento no podía dejarse llevar por esas cosas, eso nada le haría bien.
Sabía que tenía muchas cosas en contra su situación le hizo ver la realidad en la que nada está exento de sufrir o de colapsar en algún determinado momento, se sentó y le sonrió a algunos chicos pero no recibió ni una mala cara, fue suficiente para que se sintiera realmente mejor de lo que imagino que lo haría. Las clases fueron más rápidas, Lizzy tenía algunas cosas que hacer debido a que era uno de las organizadoras de la despedida para los últimos años, así que solo se quedó con los chicos.
― Tengo que ir al baño, ya regreso― se levantó y a pesar de que Darren no quería que saliera ella sola porque aún no quería dejarla sola, al final no dijo nada.
Recibió algunos saludos por chicos de diferentes grados, era tan lindo la forma en la que se preocupaban por ella que sintió extraño el haberlos ofendido a algunos de ellos, se disculparía sin duda, entro al baño solamente para refrescar su rostro ya que se sentía algo de calor a pesar de que aún era temprano, cuando apareció una chica que la vio de una manera tan horrible como si tuviera una enfermedad contagiosa o algo peor, ¿Por qué tenía la idea de que se pelearía con ella?
―Es tan lindo volver a verte―la burla era evidente en su voz, Grace intento que no le afectara pero era difícil.
― Gracias, es mucho más lindo volver a verte otra vez… no pensé que me extrañarías Kimmy― la chica en cuestión se trataba de la estudiante con el segundo promedio del instituto eterna rival de Grace.
― Realmente no te extrañe, pero me contaron que quisiste matarte. Eso es tan, como decirlo… tan tu―realmente quería golpearla, estaba segura que si hubiera dicho eso en otro momento en ese instante ya la hubiera dejado sin cabello, pero no le dejaría nada.
― Kimmy, Kimmy sabes en otro momento que me dijeras esto me molestaría, de verdad ya tuvieras menos extensiones, pero solo quiero decirte algo que seguro te va ayudar, no es bueno burlarse de otros, quien sabe y se te dé por seguir mis pasos― se acercó más a ella viendo como cambiaba de color― y sí, es cierto, quise matarme pero al menos soy lo suficiente valiente para aceptarlo y no tan tonta para pelear contra una persona que cree ser tan perfecta como si no tuviera iguales o peores problemas que yo― y con estas palabras salió de ese lugar.