Nubes de amor

16|Te deseo lo mejor

Félix Holfman:(hace un día atrás por la tarde de vuelta a casa) Flashback:

No entendía el motivo por el que Savannah me ignoraba. No comprendía que había hecho mal, era una chica muy terca, pero a la vez interesante.
Siempre que la veía intentaba acercarme, pero esa chica se escabullía como si la vida le fuera en ello.
Así que deje de insistir, hable con Emily para que me ayudara, y ella me ofreció su ayuda.

—Hablaré con ella, pero es ella la que deberá abrirse cuando esté segura —me dijo en una ocasión.

—Está bien. —le respondí

Era un viernes, y ya debía irme a casa, pero me entretuve por el camino, y pasee sin rumbo fijo, pensando las cosas que podría hacer para que Sav, confíe en mí.

Se me ocurrieron muchas ideas, así que luego hablaría con Emily y Byron sobre ello.

Cuando llegue a casa, sabía que mis padres no estarían, ya que trabajaban hasta muy tarde.

Me encontré con una escena, que no me gusto nada.

— ¡Case, no te vayas! ¡Yo te quiero, no puedes hacerme esto! —mi hermana gritaba, hacia Case uno de los chicos más populares, no sabía que había con mi hermana.

Miré sus pintas, su cabello negro largo estaba desordenado, sus ojos morenos oscuros estaban rojos de haber llorado.

— Te lo dije desde un principio, no quiero nada sentimental con nadie, me dijiste que estabas de acuerdo conmigo condiciones. —le decía él, con su rostro cansado, quería intervenir, pero debía oír un poco de que trataba todo esto.

—Case, pensé que cambiarías por mi — mi hermana lo agarraba del codo —. ¡Yo te quiero, lo me hagas esto!

—Desde un principio, te dije que no te involucraras conmigo. Te dejé en claro lo que quería, y tú lo aceptaste— sus palabras hasta me dolieron a mi —. No es mi culpa que te hayas enamorado de mí, pero no puedo darte lo que quieres — sus palabras eran crudas.

— ¡Me ilusionaste, todo esto fue mi culpa! —Gritaba mi hermana histérica — por llegar a quererte.

—Error tuyo, yo te avise pero tú fuiste la estúpida que no dejo de lado sus sentimientos —sus palabras me calaron hondo, no iba a dejar que hablara a mi hermana de esa manera. — Adiós Isabella. — le dio un beso en la coronilla de la cabeza, pero cuando se giró y me vio junte las orejas con desconcierto.

Actúe por puro impulso, y le di un puñetazo en la cara.

— ¿¡A qué ha venido eso!? — se levanto con un poco de inseguridad, y me miro con enfado.

— ¡No tienes ningún derecho a hablarle a mi hermana, de esa manera! — era difícil, que yo perdiera la paciencia, pero él colmo mi paciencia, con sus palabras llenas de inflexión —. No tienes el derecho de romperle el corazón de esa manera.

—No es mi culpa, ella se lo buscó —me puse encima de Case, y le empecé a dar de golpes, no solía ser una persona que se caracterizaba por ser violento, pero esta situación lo requería.
Bueno, en realidad no lo requería, pero me deje llevar por la ira.

— ¡Félix, párate! ¡Déjalo, no debes recurrir a la violencia, tú no eres así! —no se molestaba en defenderse, mi hermano consiguió separarme de él.

—Golpeas bien, pero no lo suficiente fuerte —estaba por abalanzarme a él.

— ¡Yo te enseñaré lo que es completa fuerte! — mi hermana me halo, lejos de el chico. — Isa, déjame que le enseñé una lección.

—Así, no se llegará a nada. Tranquilízate, voy a hablar con él —deje que ella tomara el control.

Me quede en la puerta de casa mirándolos.

Case se levanto del suelo, haciendo una pequeña mueca que era de dolor.

«Y luego dirá que no lo golpeé bien. Mentiroso.»

—Llegará el día en el que ames a alguien, y cuando no seas correspondido te darás cuenta del daño que has hecho a tantas chicas. Adiós, Case. —noté como las lágrimas se resbalaban de su rostro, quise acercarme pero ella me detuvo con su brazo Te deseo suerte, espero que la chica que sea capaz de conquistar tu corazón sepa apreciarte.

Se acercó a él, y le dio un beso en la mejilla.

—Isabella yo...

—No quiero volver a verte —se notaba que le dolía decir esas palabras — Vamos Félix.

Entramos a casa, y antes de cerrar la puerta le vi, con la cabeza cabizbaja, su cabello negro tapando sus ojos.

Sentí un poco de pena por él.

Pero debía consolar a mi hermana, y eso hice.

Me pase la tarde con ella.

— ¿Por qué no me quiere? Le di lo más importante de mi, y me uso como un papel que ya no es de utilidad — dejé por alto que dijo se que le dio lo más importante de ella, le acaricié la espalda.




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