— Muy bien, hermosa, ya estás lista para la cama —. Jonathan habla después de pasar por última vez el cepillo por mi cabello, el espejo me permite saber qué está diciendo sin tener que voltear a ver los movimientos de sus labios.
El leve olor de la colonia de bebé que me había echado me agrada, bastante, era suave y olía a talco de bebé…
Cargándome velozmente me saca del baño. La cuna se encuentra con las barras abajo, lo cual hace más fácil que me deje en ella, sentada en el suave colchón empieza a subir las barreras, luego que termina de apretar los seguros se mueve un poco, a mi dirección contraria. Antes de que se alejara más, estiró mi brazo entre los barrotes para detener su ida.
— ¿Qué sucede hermosa? —. Sus labios se mueven lentamente, me resulta tierna su forma de ponerse cuando es hora de dormir, todos los movimientos que hace se vuelven delicados intentando hacer el menor ruido posible… aunque no serviría de nada, porque no puedo escuchar… pero es tierno que intente mantener la tranquilidad y paz a esta hora.
Después de haberle lanzado sin querer el helado a Axel nos fuimos de la heladería, aunque Axel no nos acompañó, se despidió de mí con un veloz beso en la frente… y no me dio tiempo de explicarle… Necesitaba disculparme, no podía permitir que algo que hice sin querer me trajera consecuencias como otro castigó, yo… no quiero más castigos, tampoco quiero que esté enojado conmigo… le tengo que pedir perdón.
— Yo de verdad no… —. Intento explicar, pero Jonathan me interrumpe, admito que he pasado el resto del día intentando hacer que llame a Axel, tal vez ya está cansado mi insistencia, pero… tengo que disculparme. Tengo que hacerlo.
— Emy, hermosa, sé que no quisiste hacerlo, ya me lo explicaste, ¿recuerdas? —. En el auto le había explicado… algo. No quería que aquella situación me llevara a otro castigo. — Todos tenemos nuestros días malos, y este es el de Axel, él está bien, y no está enojado contigo, lo prometo —. Su intento de tranquilizarme no hace ningún efecto. Tengo que ir con él, y disculparme.
— Si… per… —. Inténtente volver a capturar su atención, mi mano se desliza de la de él. Rápidamente y antes de que se vaya hago un pequeño sonido con mi garganta, él detiene su salida para dirigirse esta vez hacia mí, elevando mis brazos para que me saque de la cuna, espero… si logro salir, poder ir con Axel a disculparme, tengo que hacerlo. Espero que Axel ya allá llegado.
— Oh, no, no hermosa. Es hora de dormir —. Recuerda. — Ya no puedes volver a salir, bebe —. Explica hacia mi dirección. Cambiando mis facciones faciales intento parecer lo más tierna posible, en estos últimos días con ellos he aprendido que, siendo tierna y fingiendo ser de una edad menor de la que realmente tengo, logro obtener lo que quiero, a veces. Una especie de manipulación, o algo así. Aunque, debo perfeccionar mis tácticas.
— Oh, mi hermosa Emy... princesa —. Su boca se mueve lentamente mientras su cabeza niega, saltando un poco, sigo con los brazos levantados… solo un poco más… un poco más.
— Bonita… —. La forma en la que se refiere a mí me hace mantenerme con aún más en mi papel. Al principio me parecía completamente innecesario ese tipo de apodos, no nos conocíamos en nada como para que me llamara bebé, 'Mi nombre es Emilia, no bebe'… pero ahora, ahora no me molestaba. Cerrando y abriendo las palmas de mis manos logro cumplir mi objetivo.
— Ya deberías estar durmiendo, chiquilla —. Sus manos bajan por mis axilas, elevándome, me deja aún lado de su cadera.
— Mi hermosa bebé —. Su alago hacia mí, hace que mi cara empiece a sentirse caliente, moviéndome, recuesto mi cabeza en su hombro. Jonathan me mesé un poco, pero no hace ningún movimiento para abandonar la habitación… tengo que salir, para lograr ir con Axel y pedirle perdón.
Después de mecerme un poco más, Jonathan intenta volver a dejarme en la cuna, pero sosteniéndome aún más fuerte a él, logro evitar que cumpla con su plan. Su pecho empieza a vibrar, pero no me muevo lo suficientemente rápido como para percibir lo que estaba diciendo, aunque cuando se acerca hacia la puerta y camina con dirección a las escaleras para luego llegar a la cocina comprendo, ya me resultaba raro que no me haya obligado a usar el biberón, aún no me agrada hacer uso de tal artefacto, aunque siempre colocan bebidas agradables para mi paladar.
Moviéndose velozmente me aferro aún más a su cuello, parece como si no le costara nada moverse conmigo en sus brazos, apretándome con sus brazos logra rodearme por completo, enroscando la tapa del biberón en el envase, luego la toma con su mano libre para después apretar la tetilla de silicona con uno de sus dedos y empezar a mover velozmente el líquido de un lado a otro, mezclándolo. En un segundo ya estamos sentados en el sillón, con mi cabeza aún en su hombro, intento evitar este momento lo más posible, conozco el resultado que da tomar de aquel líquido tibio, y aún no estoy lista para ello, tengo que disculparme primero con Axel.
Mi plan no funciona, Jonathan me mueve rápidamente, mi cabeza queda recostada en su hombro y mi cuerpo estirado, esta vez, con vista a la puerta principal, no noto cuando la mano de Jonathan se acerca a mi boca con el biberón. Moviendo mis manos intento tomarlo, pero el niega con la cabeza, jugando un poco con la tetilla en mis labios la sube y baja, indicándome que abra la boca, resignada la abro lo suficiente para que la tetilla pase por mis dientes, succionando un poco siento como el líquido pasa por mi boca, antes de tragar el primer bocado de líquido elevo mi vista, nunca me había percatado de los detalles en su apariencia, tanto en la de él cómo en la de Axel.