— ¿Por qué los llamas así? —. Pregunta Sara después de haberle gritado a Jonathan que no tenía hambre, por fin había logrado que se mantuviera más de dos minutos en un solo lugar, al menos ahora ambas estábamos sentadas en la parte más lejana del trampolín, aunque, no era tan lejana, aún podía ver a Jonathan y Axel hablando con sus amigos perfectamente desde aquí, por lo que presentía que ellos también nos podían ver a nosotras.
— Por qué... ¿Son sus nombres? —. Mi respuesta sale más como una pregunta, quitando mi vista de ambos, la dirijo a Sara, había logrado que me quitaran los audífonos, al menos por un rato, y aunque no los tenía, me sentía mejor, sin nada que me estorbara en la oreja.
— Si —. Sara ríe — Pero ¿Alguna vez los has llamado 'daddy o papi'? —. Pregunta. Frunciendo el ceño, niego.
— No... nunca —. Esta vez mi respuesta sale insegura, no recuerdo haberlos llamado así, nunca.
— Vaya —. Suelta como si fuera algo que le sorprendiera — A mí me gusta llamar a mis papis así, cuando lo hice la primera vez se pusieron muy felices —. Su cara se mantiene con una sonrisa, mientras empieza a relatar cómo fue cuando los llamo así, la observo, aunque su boca se mueva muy rápido y no llegue a comprender más de cuatro palabras asiento cada dos por tres para que siga hablando. Tal vez ser sorda no sea tan malo. Literal podía ignorarla y hacerla creer que le estaba prestando atención al mismo tiempo. Nunca había pensado en a Jonathan y Axel por esos apodos… ellos nunca me lo habían pedido, no creo que sé necesario ¿o sí?
— YA SE —. De un salto se levanta del trampolín haciendo que yo pierda estabilidad a pesar de estar sentada — Vas a llamarlos —. Declara — Ahora —. Su entusiasmo me confunde.
— ¿Qué? —. Esta chica es demasiado… metiche. Que los llame o no daddy, no es asunto suyo. Pero después de hacerla llorar por una respuesta brusca de mi parte, opte por seguirle la corriente, pero en este instante no lo iba a hacer.
— Los vas a llamar daddies —. Recalca. — Ahora —. Un momento, ¿Qué?
— No —. Rechino negando con la cabeza — No —. Repito — No — no — no — no —.
— Oh vamos — rechina — Por favor, por favor, por favor — Repite, y repite, y repite…
— No —. Continuó yo
— Vamos — Insiste — Se van a poner muy felices que lo hagas —. Asegura — Quiero ver sus reacciones —.
— No —. Vuelvo a repetir, no lo veo para nada necesario.
— Por favorrrrrrrr —. Negando con la cabeza, volteo a verlos, siguen hablando con los 'daddies' de Sara. Esta niña es como un grano en las nalgas.
— ¿No los quieres ver felices? —. Pregunta cerca de mi cara, muy cerca, demasiado. Apretando los labios no le doy respuesta, ¿verlos felices? Tal vez. Pero esto no lo veo necesario, para nada.
Sin darme tiempo de volver a hablar, ella se voltea rápidamente, sus labios se mueven, su garganta vibra, lo que me hace saber que está gritando
— Jonathan Axel —. Rápidamente los llama, volteando la vista hacia donde están ellos, veo cómo todos, los cuatro dejaron lo que estaban haciendo para dirigir su atención a nosotras, trame tierra.
Callada, espero que arregle lo que ha hecho, ella sola se metió en esto, pero no lo hace, jalándome del brazo, hace que me ponga de pie, los cuatro aún siguen viendo a mi dirección. Hasta que Owen, creo, habla.
— Sara, te hemos dicho más de mil veces que no grites —. Sus labios se mueven rápido, pero logro captar lo que dice a pesar de la lejanía. Vaya visión de halcón. Volteando observo como la cara de Sara se agua, su labio empieza a tener un leve temblor. ¿Porqué es tan llorona?
— Eh… —. No entiendo qué está sucediendo, pero al ver como sus ojos se aguan volteo de nuevo hacia ellos.
Owen tiene un semblante serio, me recuerda mucho al de Jonathan cuando recibí mi primer castigó. La tela elástica del trampolín empieza a moverse, Sara está avanzando hacia ellos, no puedo permitir esto, que la castiguen por, una estupidez.
En un solo paso logró llegar hacia donde ella está, tomando su mano intentó hacer que se detenga, pero al verla negar con la cabeza, se suelta de mi agarre. No lo puedo permitir.
Avanzando con ella, la detengo antes de llegar a la zona de la malla, por donde entramos. Pasando primero que ella me acercó a Owen, tomando valor habló
— Yo... eh le pedí que gritara... señor Owen —. La cara de sorpresa de Sara me hace querer reír, pero el estar enfrentando a su Daddy me lo impide. No llevo conociéndola ni dos horas, cuando ya he roto una regla más, esta vez por ella, mentir.
— Oh —. La cara de Owen cambia por completo. — Entonces si es así —. Se toma un segundo para pensar — Lamento haberte hablado de esa forma pastelito —. su disculpa parece muy sincera. Sara está feliz ahora en los brazos de Owen, su Daddy... o papi, ya ni sé donde me encuentro parada.
— ¿Qué necesitabas de nosotros hermosa? —. Esta vez Axel es quien se acerca a mí, mis manos empiezan a sudar. La salve a ella, pero ahora estoy yo en una posición muy débil.
— Yo..." —. Alentó mis palabras al hablar, para darme tiempo de pensar — Solo quería... un poco de agua —. Suelto ¿Agua?. Es lo único que se me pudo ocurrir en tan poco tiempo, tomando valor habló — si no es molestia Daddy —.
Es increíble que esa pequeña frase casi nos pusiera en aprietos a ambas, pero ahora que veo como los ojos de Axel se engrandecen, luego sus labios muestran su perfecta línea de dientes, siento que al final de cuentas, no fue tan malo como creía. Pero igual no le voy a dar ningún crédito a Sara, aunque, es verdad lo que decía, se iba a poner feliz, mucho por lo que veo, una pequeña sonrisa sale de mis labios, creo que, valió un poco la pena, tal vez.