Nuestra Emilia

Capítulo 42

AD_4nXf5OxIP7SwCpClN7ba6L33WbIqcPAT0JX05cX47XNaAsu97xtcD0cJLXLsh9jyXl4LctAMvx7b8E9yuGYDrgZldYZXIErl66pMtHFoSczXQvDdQRQ1UyjJ5Zf2r8cYOPLO1HZr6FlDFE5Oj9WQNrdQL7DY?key=JtSzTaY8qBMxrfdgbgyl5Q

Nuestro plan era sumergirnos por completo en el Mundo Disney, así que Jonathan y yo decidimos no salir de las propiedades de Disney World en esta visita. Los parques fuera del complejo podrían esperar; teníamos todo un mundo mágico aquí mismo y tal vez esa podía ser la excusa perfecta para que en un futuro pudiéramos regresar.

Hoy, con un pronóstico de casi 40 grados de sensación térmica, decidimos cambiar los parques temáticos por la refrescante aventura de uno de los parques acuáticos de Disney. Sabíamos que con este calor, el parque estaría a rebosar de gente buscando un poco de alivio. Por eso, Jonathan se adelantó para asegurarse de conseguir un buen lugar donde pudiéramos relajarnos a la sombra cuando nos cansáramos de estar en el agua. Teniendo en cuenta que llegó justo antes de la apertura, estoy seguro de que lo logró. Y efectivamente, acaba de confirmarlo por mensaje: ¡Tenemos un lugar reservado!.

— ¿ Desean algo más ? — El mesero que nos lleva atendiendo desde que llegamos al desayunador aparece, incluso me percato de cómo las mejillas de mi bebé se tornan un tanto rosas cuando el chico la ve. Soy un hombre adulto que no tiene pena de admitir si algo me da celos y demonios que no me gusta la bonita reacción que mi bebé tiene cuando el chico le sonríe.

— Sí, un jugo de naranja pequeño, por favor — Que el chico no me caiga bien por la reacción que genera en mi bebé no significa que deba ser grosero, ¿verdad?.

— ¿Puedo tomarlo en un vaso normal? — Emilia pregunta moviendo sus dedos entre sí. Sé que con vaso normal se refiere a uno igual al que estoy usando, uno de vidrio

— ¿ Qué te parece si pido un vaso con tapa y lo tomas desde la pajilla ? — Pregunto usando el lenguaje de señas. El mesero no tenía por qué enterarse de lo que dice mi bebé.

— Sí, con pajilla está bien —. Su respuesta genera una pequeña sonrisa en mi cara.

— Que sea para llevar, por favor —. Termino de ordenarle el jugo a Emy. El chico asiente con la cabeza antes de irse. Mientras más alejado esté de mi niña mejor.

Unos minutos pasan hasta que él vuelve a llegar con el pequeño vaso de jugo de Emilia. Dejando que escanee la pulsera de mi mano me indica que la cuenta ya fue transferida a la de la habitación, por lo que ya estamos listos para irnos.

Se lo incomoda que se llega a poner cuando cree que le daremos su biberón en público, y es algo que ya ambos hemos hablado. Puede que le dejemos el pañal cuando salimos, pero siempre nos aseguramos que no sea algo que se note, tratando de mantenerla en su pequeño espacio el mayor tiempo posible, sin exponerla al mundo en el proceso, al menos no de una forma que a ella le perjudique y le haga sentir expuesta, debido a que apenas ella ha empezado a mostrarse cómoda con todo lo que conlleva estar en este espacio mental.

— Es momento de irnos, princesa. Puedes tomar tu jugo en el camino — Le aviso levantándome de mi asiento, acercándome al de ella, logro arrastrar su silla un poco hacia atrás para que pueda salir con más comodidad de ella. Con su vaso en la mano se levanta, espera de pie hasta que pongo mi mano en su espalda indicándoles que avance, así y sin necesidad de adelantarme le hago saber que nos dirigimos al elevador. Debíamos buscar unas cuantas cosas en la habitación antes de irnos en dirección al parque de agua donde Jonathan nos estaría esperando.

[ . . . ]

— Coloque la pulsera aquí y después ponga su dedo aquí —. La chica en la entrada nos explica exactamente el mismo procedimiento que hemos hecho desde que empezamos a visitar los parques de Disney.

Las pulseras que llevábamos eran muy útiles, además de servir como llave para la habitación del hotel, tenía otras funciones, como servir de entrada para los parques, incluso si querías puedes conectarlas con tu tarjeta de crédito para comprar cosas dentro de todo los que fuera Disney. Bastante útil, si me lo preguntas.

Ya dentro del parque de agua, empiezo a caminar con Emilia tomada de mi mano hacia el lugar donde Jonathan me indico que estaba. El camino no era muy largo, lleno de vegetación, la música paradisiaca de fondo hacía sentir completamente el ambiente como si estuvieras en una verdadera playa en vez de un lugar creado por el hombre.

— ¡ oh . . . ! —. La sorpresa de Emy me hace sonreír, ella no lo sabía, pero en ocasiones dejaba escapar unos pequeños soniditos que nos hacían morir de amor.

El panorama frente a nosotros era impresionante, una enorme piscina artificial creada como si fuera una playa se encontraba en el medio de todo el parque. Asombroso. Con una corazonada de saber cuál parte Emilia elegirá primero para zambullirse en el agua, seguimos caminando hasta que logro ver a Jonathan, sentado en una piedra, con su traje de baño puesto.

— ¿ Se ve divertido, verdad ? —. Grita al vernos llegar. Emilia asiente entusiasmada. Sí, se ve divertido.

— Bien. Bien. Ahora. . . ¡ A cambiarse ! ¡ Me estoy achicharrando ! —. Su comentario hace a Emilia soltar una carcajada. Hoy está muy feliz y eso me alegra bastante.

— Ax, ve a cambiarte. Yo la cambio a ella —. No tuve tiempo de decir algo al respecto cuando ya se perdieron de mi vista.

AD_4nXfR-aLW2J9oZCMEhQc3CgR915Bbc5cCK_IngvUI3LIjzsIF42pxcuBNI92Q_YDHgIR4I-bqEDiizodaB_i8MJL5-9M6lq5InJ_88J8hPkjjuzN5dLFGcfrLy1_jFl44Q6bayjJN56U7gegqzE72BS7iauhT?key=JtSzTaY8qBMxrfdgbgyl5Q



#49 en Joven Adulto
#464 en Otros

En el texto hay: estocolmo, ageplay, abdl y ddlg

Editado: 24.11.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.